Alberto Otárola, el primer ministro que enfrentó investigaciones por homicidios, pero fue removido por un audio

El último miércoles finalmente se dio la renuncia de Alberto Otárola a la Presidencia del Consejo de Ministros, en la que se mantuvo por un año y poco más de dos meses. Durante dicho periodo, el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte, a la que el funcionario prestaba sus servicios, perpetró una serie de acciones en las que el mismo Otárola Peñaranda ha sido implicado y que posteriormente han sido consideradas como presuntos delitos, los cuales van desde el homicidio calificado, genocidio, y otros; sin embargo, pese a la gravedad de las imputaciones, estos no son el motivo de que el saliente primer ministro y mano derecha de la presidenta abandona el cargo.

Como se sabe, el comienzo de la caída de Alberto Otárola se dio mediante la difusión de un audio en el que se confirmaba que había mantenido una relación cercana con la joven Yaziré Pinedo, quien posteriormente se hizo acreedora de diferentes órdenes de servicio con el Estado cuando él ejercía el cargo de primer ministro.

La revelación del audio y posterior confirmación del vínculo que Pinedo y el primer ministro mantenían, generó tal indignación en la escena política, que tanto los miembros del Congreso como la sociedad en general expresó su repudio.

El cuestionamiento fue tal, que impulsó la salida de quien hasta la semana pasada era conocido como “la mano derecha de Dina Boluarte” luego de ser acusado de la presunta comisión del delito de negociación incompatible. No obstante, Alberto Otárola está siendo investigado por una serie de delitos mucho más graves de los que el legislativo lo cuestionó por el caso de Yaziré Pinedo.

Estos delitos comprenden la comisión de homicidio calificado, genocidio y lesiones graves, enmarcados en el asesinato de las más de 50 personas durante el periodo de protestas suscitado tras el ascenso de Dina Boluarte al poder. En este caso, el primer ministro cumplió la función de titular de la cartera de Defensa en las mismas fechas en las que se perpetraron los crímenes contra civiles por parte de miembros del Ejército y las Fuerzas Armadas.

Por ende, su responsabilidad política y ejecutiva es más que corroborada; sin embargo, para los miembros del Congreso este hecho no es suficiente. Para el mismo Alberto Otárola, los asesinatos tampoco serían motivo de su salida, pues en el mensaje de renuncia del pasado martes, no tardó en tildar su actuación ante estos sucesos como “hechos de violencia mitigados”.

“Con la presidenta Boluarte hemos defendido de manera incansable el Estado de derecho del Perú y hemos enfrentado a la violencia y a los violentos, permitiendo que el día de hoy podamos tener las bases sólidas para tener un país en libertad. (...) ¿Qué pretenden? ¿Que regresemos al caos, a la discordia? ¿Que el país vuelva a caer en manos de la violencia?”, alegó el exfuncionario

Como si este hecho no fuera suficiente, Alberto Otárola también arremetió en contra de los deudos de las víctimas y todos aquellos ciudadanos que participaron en las protestas suscitadas a lo largo de todo el país, a quienes señaló como “violentos”.

“Eso no lo vamos a permitir, hemos derrotado 500 manifestaciones, todas ellas violentas. Ya lo hemos hecho, y les hemos ganado ahí, en la calle”, afirmó el exprimer ministro en la conferencia de prensa en la que anunció su salida del Gobierno, que ya ha establecido una serie de protocolos para la juramentación del reemplazo de Otárola Peñaranda, quien deja el cargo, pero no termina por alejarse del entorno presidencial en su totalidad, pues aún cuenta con investigaciones que lo relacionan directamente con la presidenta Dina Boluarte.