Entre Perú y Ecuador, dos ciudades rompen con la idea ordinaria de una frontera. Huaquillas y Aguas Verdes están simplemente divididas por un puente peatonal, pero unidas en todos los demás aspectos. Aquí, las diferencias de país, moneda y política se desvanecen en el día a día de sus habitantes, quienes viven una realidad compartida marcada por la cooperación y la interdependencia.
La pandemia intentó separarlas, se cerró la frontera y se puso a prueba su unión. Pero lejos de dividirse, estas comunidades mostraron ingenio y resiliencia, de modo que encontraron formas de mantener el flujo de vida y comercio, sin importar los obstáculos. En la siguiente nota explicaremos una historia de resistencia y unidad que merece ser contada.
¿Cuál fue el inicio de esta historia?
El inicio de esta peculiar historia de interconexión entre Huaquillas en Ecuador y Aguas Verdes en Perú se remonta al año 1942, marcado por la construcción de un puente que no solo serviría como nexo físico entre ambos territorios, sino también como símbolo de un nuevo comienzo tras conflictos territoriales. Esta infraestructura fue construida como parte de los acuerdos alcanzados con la firma del Protocolo de Río de Janeiro, instrumento que puso fin a la Guerra del 41, un enfrentamiento que había tensado las relaciones entre ambos países, según la información publicada en el portal GatoPardo.
En aquel entonces, Huaquillas emergía apenas como un pequeño caserío, notablemente tranquilo y de escasa población. Por su parte, Aguas Verdes mostraba un panorama similar de desolación, siendo únicamente reconocida por albergar campamentos militares en su territorio. Con el tiempo, la construcción de este puente no solo propició un vínculo entre dos puntos hasta entonces aislados, sino que también impulsó una fusión cultural y social, para así sentar las bases de una comunidad con identidad compartida más allá de las fronteras nacionales y geográficas.
¿Cómo es la vida cotidiana en la frontera de Ecuador y Perú?
Esta región se presenta como un escenario donde culturas y economías se entrelazan estrechamente para fromar un entorno único y vibrante. Un reportaje de Alexis Serrano, publicado en GatoPardo, ofrece una visión profunda de esta área, donde apenas sesenta pasos sobre un puente peatonal separan dos naciones pero no dos pueblos. Aquí, las diferencias nacionales se difuminan, permitiendo que ecuatorianos y peruanos convivan bajo una dinámica singular donde circulan dos monedas oficiales: el sol peruano y el dólar estadounidense.
La frontera entre Huaquillas y Aguas Verdes desafía las convenciones. Lejos de estar marcada por barreras físicas imponentes, esta se distingue por su accesibilidad. Un puente sobre un canal del río Zarumilla facilita un intercambio continuo, sin la necesidad de papeles o trámites burocráticos, esto simboliza la conexión estrecha entre ambos territorios.
Un comerciante local lo resume bien al señalar cómo la vida económica y social de Aguas Verdes se entrelaza con la de Huaquillas; los habitantes de una ciudad buscan en la otra bienes y servicios no disponibles en su lugar de origen
“Los pueblos de Aguas Verdes y Huaquillas dependen el uno del otro. En Aguas Verdes nuestros clientes son de Ecuador, y los peruanos van allá, a Huaquillas, para comprar cosas que no hay acá”, comenta un comerciante al medio GatoPardo.
¿Cómo funciona la economía en este país?
La economía en la frontera entre estos países se caracteriza por su dinamismo y particularidad, para destacar principalmente el manejo monetario: el dólar estadounidense y el sol peruano. Según testimonios recabados y publicados en diversos canales de YouTube, así como reportajes especiales en Gatopardo, este fenómeno monetario impacta significativamente en las operaciones comerciales y las preferencias de compra de los habitantes y visitantes de la zona.
Al cruzar a la frontera, los visitantes se encuentran de inmediato con cambistas que ofrecen sus servicios, ellos aconsejan frecuentemente que realizar compras en dólares resulta más económico comparado con hacerlo en soles.
Es así que, la frontera se presenta como un mercado vibrante donde es posible encontrar una amplia variedad de productos, para reflejar la diversidad y la capacidad de adaptación de los comerciantes para satisfacer las necesidades de una población acostumbrada a maniobrar entre dos monedas.
¿Cómo impactó la inseguridad en la economía fronteriza?
La economía en la frontera entre Ecuador y Perú experimenta severas turbulencias debido a la escalada de violencia en Ecuador. Este país enfrenta una crisis de seguridad por la actividad de bandas criminales que ha causado alarma a nivel internacional, lo que afectó no solo a la nación sino también a sus vecinos. Perú ha expresado su solidaridad con Ecuador, al tiempo que mueve esfuerzos para protegerse de posibles repercusiones en su propio territorio. Esta situación ha llevado a un reforzamiento de las medidas de seguridad en la frontera, con especial atención en el área cercana al puente Internacional que conecta Aguas Verdes en Perú con Huaquillas en Ecuador, esto impacta dramáticamente el intercambio comercial entre ambos países, por lo que se llegó a reducir las operaciones comerciales hasta en un 80%.
Carlos Jumbo, presidente de la Cámara de Comercio de Huaquillas, compartió su perspectiva en una entrevista con RPP sobre cómo afecta esta situación la dinámica económica local:
.“La inseguridad en la frontera no es un tema nuevo, pero las recientes crisis han exacerbado sus efectos negativos. En Huaquillas, nuestra economía está intrínsecamente ligada a la de Aguas Verdes, y viceversa, formamos un ecosistema comercial binacional. Por lo tanto, es inevitable que cualquier perturbación en uno de los dos lados nos afecte de forma adversa. La crisis actual ha provocado tal nivel de temor entre los comerciantes que apenas el 20% de las actividades comerciales siguen operativas.”