Fue una de las primeras residenciales de Latinoamérica y está ubicada en el ‘picante’ distrito de La Victoria: la historia de la Unidad Vecinal Matute

Este espacio es una memoria viva de las ideas relacionadas al crecimiento urbano que tuvieron las autoridades durante el siglo pasado

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Unidad Vecinal Matute, la expresión del crecimiento urbano de Lima. (cammp.ulima.edu.pe / Time Builds)
Unidad Vecinal Matute, la expresión del crecimiento urbano de Lima. (cammp.ulima.edu.pe / Time Builds)

Actualmente es imposible imaginarse a Lima sin sus diversos edificios y construcciones que entremezclan la modernidad con tiempos tan antiguos como la época colonial e incluso, precolombina. Caminar por sus calles es toda una clase de historia vivencial que vale la pena experimentar al menos una vez en la vida. Sin embargo, también hay algunos espacios que hablan de la memoria un poco más reciente de la capital.

Estamos hablando de las unidades vecinales, grandes estructuras que se asemejan a condominios, con la capacidad de albergar a miles de familias y que datan del siglo pasado.

En Lima hay más de una y son bastante representativas, entre ellas se encuentra la Unidad Vecinal Matute, que se caracteriza estar en uno de los distritos más peligrosos de la ciudad, La Victoria, pero también porque se encuentra fuertemente relacionada a la tradición del fútbol y al popular club Alianza Lima, cuyo estadio fue edificado en las inmediaciones.

Lo cierto es que, su historia es un perfecto ejemplo de lo que fue la planificación de antaño para el crecimiento demográfico de la ciudad.

Lima se expande

Calle de Lima a inicios del siglo XX. (El peruano)
Calle de Lima a inicios del siglo XX. (El peruano)

Desde finales del siglo XIX, Lima inició un proceso de modernización que se vio plasmado en la construcción de nuevos edificios para bancos, comercios, instituciones, entre otros; sin embargo, la primera expansión urbana llegaría durante el gobierno de Augusto B. Leguía, luego de que fuese demolida la recordada muralla que rodeaba la ciudad y que frenó su crecimiento durante mucho tiempo.

Hacia 1930 se empezó a planificar un crecimiento ordenado para Lima a través del Programa de vivienda colectiva popular, que dio paso a los barrios obreros o fiscales. Con ello se pretendía dar un lugar digno a las personas del sector trabajador que vivían en casonas tugurizadas y espacios insalubres, una particular herencia de la colonia que poco a poco iba quedando atrás.

La migración interna en Lima dio paso a espacios poco dignos para las personas de provincias. (El montonero)
La migración interna en Lima dio paso a espacios poco dignos para las personas de provincias. (El montonero)
Ya en 1940 Lima tenía 650 mil habitantes, sin embargo, enfrentó el proceso de migración que dio paso a la creación de nuevos barrios de pocos recursos alrededor del casco urbano capitalino. El déficit de vivienda, sanidad pública y demás se hacía evidente, especialmente cuando era de conocimiento que el 46% de la ciudad era de origen provinciano y tenían las peores condiciones de vida.

Poco después nacería el concepto de unidad vecinal que, según Plan de vivienda del Gobierno Peruano, extraído de “El Arquitecto Peruano” y recogido en el libro Utopías construidas, las unidades vecinales de Lima, de Sharif S. Kahatt, significa “una ciudad en miniatura donde están resueltos los problemas de habitación, educación, de sanidad, de vivienda, de recreación, de comercio para un número previamente determinado de habitantes (...) es una célula urbana, un elemento de descentralización”.

Nace “Matute”

Aunque no fue la primera unidad vecinal, ya que a la par se culminaba la Unidad Vecinal 3, Matute, llamada así por que ocupaba los terrenos del fundo con ese nombre, recogió toda la experiencia de su predecesora y tuvo algunos conceptos nuevos durante su edificación. El proyecto de Matute, cuyo terreno en su totalidad tiene una extensión de aproximadamente 20 hectáreas, fue elaborado por los arquitectos Santiago Agurto, Germán Costa y Luis Santisteban en el año 1952.

La primera etapa de su construcción se dio entre 1953 y 1954 a manos de Santiago Agurto, con una capacidad inicial para albergar a 718 familias. Sin embargo, luego del término de las obras iniciales, no se retoma la construcción hasta una década después, bajo la dirección del arquitecto Enrique Ciriani. Es así como la segunda etapa de construcción finalizó en el año 1981 y Matute tuvo un total de 1155 viviendas. Ciriani, a diferencia de Agurto, le dio más importancia a la planificación sísmica.

Primera etapa de la construcción de Matute. (cammp.ulima.edu.pe)
Primera etapa de la construcción de Matute. (cammp.ulima.edu.pe)
El lugar designado era ideal para tener acceso a vías como el actual Paseo de la República, donde por aquel entonces pasaba el ferrocarril a Chorrillos. Además, gran parte de la zona central y sur de Lima ya se veían invadidas por algunos edificios y vivienda, quedando poco espacio para un proyecto tan grande.

En su interior se evitaron cruces de calles internas para no provocar accidentes dentro de la zona urbana y de recreación, y se le dotó de áreas verdes como una de las preocupaciones principales. La idea inicial era que los habitantes se sintieran identificados con el lugar donde vivían y tuvieran lugares para desarrollar sentimientos de colectividad.

Su arquitectura, que es estudiada hasta hoy, está basada en estos ideales, pero con una visión moderna para la época. Incluso los colores elegidos buscaban romper con la niebla invernal de Lima que nos da una ciudad ‘gris’ cada año.

Así, una vez culminada, la unidad pretendió ser el alivio al problema de la vivienda, pero con subvención del estado, convirtiéndose en una de las primeras residenciales de Perú y Latinoamérica.

Viviendas modernas en Matute. (cammp.ulima.edu.pe)
Viviendas modernas en Matute. (cammp.ulima.edu.pe)

Pese a ello, una vez culminada la primera etapa la obra quedaría paralizada durante varios años, hasta que en 1963 el arquitecto Enrique Ciriani empezaría la construcción de la segunda etapa. Vale mencionar que esta vez se edificaron 437 viviendas, haciendo un total de 1155 familias en la unidad vecinal.

Hasta hoy se pueden apreciar las viviendas que se edificaron, diferenciadas entre departamentos con cuatro dormitorios, dúplex y hasta pequeños chalets.

La expresión del progreso

Aunque la Unidad Vecinal Matute fue parte de un planteamiento que contempló siete complejos de esta naturaleza, su importancia principal recae en las ideas que el Gobierno tuvo para su construcción.

En primer lugar, la preocupación por el crecimiento de Lima, que en un inicio se pretendió regular y ordenar, pero que terminó dándonos a una capital caótica como la conocemos era por aquel entonces un panorama de importancia.

Por otro lado, la visión de la vivienda moderna también se vio plasmada en su distribución, edificios y áreas comunes. Y aunque hoy este espacio luce más bien descuidado y está insertado ya como zona popular del distrito de La Victoria, fue en sus inicios la expresión misma de la búsqueda de ofrecer una vivienda digna y lugares donde los ciudadanos se sientan seguros y puedan desarrollarse personal y colectivamente.

Todas estas ideas resultaron en su momento atractivas y viven en cada una de las calles de este particular complejo habitacional por el cual los años han pasado con mucha dignidad.

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