En la década de los noventa, mucho antes de la expansión del Internet y la era digital, cuando los dispositivos móviles eran un concepto futurista y la televisión por cable un lujo que pocos podían permitirse, los programas de señal abierta tenían el poder de unir familias enteras frente a la pantalla del televisor.
Muchos crecieron viendo personajes que se convirtieron en sus ídolos y modelos a seguir. Imaginar qué habrá sido de ellos es común, pero descubrirlo es una aventura apasionante.
Uno de esos entrañables rostros de la televisión peruana es Lilianne Braun —o simplemente Lily—, la rubia dalina de ojos verdes que cautivó corazones en el programa infantil peruano ‘Nubeluz’, que marcó un hito en la década de 1990 y no solo se convirtió en un fenómeno en Perú, sino que logró trascender fronteras, llegando a 18 países con su mensaje de alegría y diversión.
Años después de la fama televisiva, el destino tomó rumbos impensados: desde educadora hasta defensora del medio ambiente, mostrando que la vida detrás de las cámaras puede ser tan o más fascinante que la fama en los reflectores.
Lily nació en Perú el 8 de enero de 1971. Su nombre completo es Lilianne Rachel Braun Grodziensky, hija de Harry Braun y Nejume Grodziensky, ambos de origen judío y descendientes de inmigrantes húngaros y rusos-rumanos, respectivamente.
Desde temprana edad, destacó por su belleza única y encontró deleite en la danza, la actuación y el canto, protagonizando presentaciones en su escuela, el Colegio León Pinelo de Lima, donde se graduó en 1987. Posteriormente, incursionó como modelo en desfiles y colaboró con diversas marcas, tejiendo así los primeros hilos de su camino en el mundo artístico y del entretenimiento.
En 1989, empacó maletas y se instaló en Miami. En 1992, su vida dio un giro al ser convocada para integrar el elenco de presentadoras en ‘Nubeluz’, en reemplazo de Mónica Santa María, quien se retiraba momentáneamente del show, y formó una buena dupla con la otra conductora, Almendra Gomelsky.
“Nubeluz llegó de sorpresa a mis puertas. Era muy jovencita. Tras varias pruebas, me eligieron para ser dalina. Como vivía en Miami, viajaba los fines de semana para grabar en vivo. A veces me quedaba en Lima para los ensayos o algún compromiso de trabajo. El programa creció, llegó a muchos países y las giras empezaron una tras otra. Era increíble. Haber estado en Nubeluz fue un sueño hecho realidad. Un regalo hermoso que vive conmigo desde que pisé la nube”, recordó la exdalina.
Lily recibió el apodo de la ‘dalina traviesa’ por su habilidad atlética y su activa participación en los juegos del programa. En la segunda mitad de 1993, con el regreso de Mónica y la llegada de la conductora colombiana Xiomara Xibille, se formó el grupo de las cuatro dalinas que dieron vida a un programa excepcional que marcó la época de mayor esplendor del espectáculo, alcanzando audiencia en prácticamente todos los países latinoamericanos e incluso algunos de habla no hispana.
La trágica noticia del fallecimiento de Mónica Santa María el 13 de marzo de 1994 afectó profundamente a sus compañeras, especialmente a Lily, quien tomó la decisión de renunciar poco después.
Tras la fama televisiva, Lily llevó sus sueños más allá. De regreso en Estados Unidos, la ‘dalina traviesa’ persiguió su pasión por la educación y obtuvo una licenciatura en la Universidad de Florida y se dedicó a la enseñanza por muchos años, como maestra de segundo grado de primaria.
Años después, pudo retornar a la TV como conductora de varios programas de Miami. En 1998, tomó las riendas de la conducción del reality ‘Sueños de Fama’, en la reconocida cadena Telemundo. Aunque participó en algunas producciones que no alcanzaron gran relevancia, en 2003 volvió a brillar al unirse al elenco del programa ‘Las Comadres’, también transmitido por Telemundo.
Sin embargo, su inquietud por contribuir a la sociedad la llevó por caminos aún más significativos.
Su anhelo de continuar aprendiendo, su compromiso con causas sociales y su innata preocupación por el bienestar de las personas la impulsaron a seguir creciendo profesionalmente.
Comprometida con el desarrollo personal y el bienestar social, Lily Braun se especializó en resolución de conflictos, logrando certificarse como Mediadora/Conciliadora de casos familiares reconocida por la Corte Suprema de la Florida.
Su búsqueda por hacer una diferencia no se detuvo ahí. Entró al mundo inmobiliario con la intención de generar impactos positivos en la comunidad. Pero fue su preocupación por el medio ambiente lo que la llevó a asumir uno de sus roles más importantes y transformadores hasta la fecha.
Actualmente, Lily Braun se desempeña como vicepresidenta de Alianzas Corporativas en UBQ Materials, una innovadora empresa que convierte los desechos domésticos no reciclables —como cáscaras de plátano, huesos de pollo, cajas de pizza, pañales y plásticos derivados del petróleo—, en un sustituto del plástico para combatir la acumulación de residuos y la contaminación.
“Su impacto es significativo a escala global, ya que impide que los desechos terminen en vertederos, reduciendo la huella de carbono y fomentando la economía circular. Grandes empresas ya han adoptado esta tecnología”, declaró la exdalina de ‘Nubeluz’ que ha traído la magia de la nube al plano del activismo ambiental, liderando con el ejemplo en la lucha por un futuro sostenible.
Lily asegura que, a pesar de los años y la distancia, su corazón permanece ligado a Perú, su tierra natal. Sus visitas frecuentes y el trabajo en diversas causas sociales reflejan su profundo amor y conexión con sus raíces. Además, sus numerosos admiradores la mantienen presente, ya que siguen de cerca sus redes sociales, en las cuales comparte experiencias y memorias de esos tiempos.
Los recuerdos de su época en ‘Nubeluz‘ son invaluables, pero es su incansable labor y dedicación a mejorar el mundo lo que ahora la define. Lily Braun, la ojiverde y rubia dalina, es un claro ejemplo de que los ídolos de la infancia pueden evolucionar para inspirar de maneras que nunca uno se imagina.