Iñapari intenta recuperarse de las inundaciones, una vez más. Desde hace una semana, las viviendas de los habitantes del distrito de Madre de Dios están siendo afectadas por el desborde de agua. Alrededor de 600 hogares están totalmente inhabitables, afectando a 2.800 personas, que incluye a la comunidad nativa Bélgica.
Las lluvias intensas provocaron el desborde de los ríos Acre y Yaverija, que además de viviendas, han llegado a afectar comercios, centros de salud y entidades públicas. Esta situación inició el 21 de febrero, días después, el Gobierno Central decretó estado de emergencia en Iñapari, provincia de Tahuamanu, Madre de Dios y otros distritos de la selva sureña por 60 días debido a la gravedad de las inundaciones.
La medida fue publicada recién este jueves 29 de febrero, luego de que Iñapari sufriera la inundación de 33 manzanas de viviendas urbanas, según reportes de las autoridades locales. Las familias no cuentan con agua potable y escasean en alimentos. Por tal motivo, el director del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), César Sierra, resaltaba la importancia de declarar en estado de emergencia.
Desde la localidad, ubicada en la frontera con Brasil y Bolivia, han expresado su preocupación por la insuficiente atención gubernamental. La comunidad ha visto cómo el agua deteriora sus hogares, invade los centros de salud y sus centros de trabajo, poniendo en riesgo la seguridad y el bienestar de las personas. Además, han solicitado apoyo para asegurar el acceso a bienes de primera necesidad en este difícil momento.
Las autoridades precisaron que la declaración de emergencia facilitará la coordinación entre los Gobiernos Regionales de Arequipa, Ica, Madre de Dios, Moquegua y Ucayali y los gobiernos locales, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Este conjunto de acciones busca implementar medidas inmediatas de respuesta y rehabilitación en las zonas afectadas. La demora en la adopción de esta resolución había sido motivo de críticas por parte de los residentes locales, quienes enfrentan dificultades por el lodazal y la amenaza de enfermedades.
Centros de salud no están preparados
La situación crítica en Iñapari amenaza con desencadenar una epidemia de dengue, dada la acumulación de agua en lugares inadecuados por la ausencia de medidas preventivas efectivas.
La situación del distrito de Madre de Dios ha resultado en el colapso de infraestructuras críticas, incluidos los centros de salud, puestos de vigilancia, juzgados y el edificio del municipio. Este deterioro ha ocasionado la pérdida de equipos médicos esenciales y materiales, complicando aún más la respuesta a la emergencia.
Se estima que la restitución de estos equipos y materiales podría tardar entre 15 a 20 días, lo que compromete gravemente la atención sanitaria en el lugar. La comunidad ha expresado su insatisfacción frente a la respuesta del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), alegando una notable escasez de recursos para enfrentar la situación.
El Ministerio de Salud (Minsa) ha respondido enviando brigadistas al Puesto de Salud de Iñapari en un esfuerzo por suplir las necesidades más urgentes. Sin embargo, los voceros del establecimiento han declarado que este apoyo resulta insuficiente ante la magnitud de la crisis. Los habitantes de la zona, quienes han experimentado negligencia por parte de las entidades gubernamentales, claman por una intervención más efectiva que prevenga la expansión de enfermedades y restablezca los servicios básicos con prontitud.