La gestión de riesgos de desastres es fundamental para enfrentar los impactos del cambio climático. La entidad líder en elaborar estudios, cursos, políticas, entre otros, es el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres, más conocido como CENEPRED. Si bien, puede presentarse un trabajo, lo más importante es la potencial articulación entre los diversos niveles de gobierno.
Si bien, en los niveles de gobierno se tienen considerado las entidades del estado, es decir los funcionarios o servicios públicos, tener información y difundirla a los ciudadanos será fundamental para la prevención, mitigación y que tengamos las lecciones aprendidas o aplicadas de eventos previos (2017, 2022) y así, como país, no tengamos impactos significativos en sectores como agricultura y turismo, motores complementarios a la minería que el Perú tiene para el 2024, de cara a superar la recesión del 2023.
A continuación, se presentan algunas mejores prácticas para la gestión de riesgos de desastres en el contexto peruano:
- Integración de la gestión de riesgos en la planificación del desarrollo como eje transversal: Incorporar la gestión de riesgos de desastres en la planificación del desarrollo a nivel nacional, regional y local para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. En este caso, se tiene la ISO 31000 que además es NTP Peruana.
- Contextualizar y una evaluación de riesgos y vulnerabilidades: Realizar evaluaciones exhaustivas de riesgos y vulnerabilidades para identificar las amenazas y determinar la exposición de las comunidades y los recursos a estos peligros, esto permite tener información actualizada.
- Participación ciudadana: Involucrar a las comunidades locales en la planificación y toma de decisiones para garantizar que sus conocimientos locales y necesidades específicas se integren en las estrategias de gestión de riesgos, esto parte por dar información clave, sensible y con ejemplos acorde con la realidad geográfica, tan diversa que como país tenemos.
- Potenciar el desarrollo de capacidades: Fortalecer las capacidades de las comunidades, gobiernos locales y regionales en la gestión de riesgos, incluyendo la formación en respuesta rápida, evacuación y primeros auxilios, para ello la cooperación internacional puede tener un rol representativo.
- Desarrollar infraestructura resistente y con integración a nivel de desarrollo de clusters: Diseñar y construir infraestructuras resilientes a desastres, teniendo en cuenta las condiciones climáticas y geográficas específicas de cada región.
- Implementar un sistema de alerta temprana, empleando los canales o medios de mayor alcance: un mecanismo de alerta temprana efectivos permiten una respuesta rápida y organizada ante eventos climáticos extremos.
- Ordenamiento territorial y uso sostenible del suelo: Actualizar y establecer políticas considerando la realidad actual y regulaciones que promuevan un ordenamiento territorial adecuado y el uso sostenible del suelo, considerando la reducción del riesgo de desastres, considerando los diversos compromisos que el Estado Peruano tiene, siendo clave tener el eje en el ciudadano.
- Desarrollar productos como seguros contra desastres o lucro cesante: Incentivar el desarrollo y la adopción de seguros contra desastres para ayudar a las comunidades y empresas a recuperarse más rápidamente después de eventos catastróficos.
- Finalmente, la investigación y monitoreo continuo: Fomentar la investigación científica y el monitoreo constante para entender mejor los cambios en los riesgos de desastres y adaptar las estrategias de gestión en consecuencia, que complementa las prácticas antes mencionadas, siempre el rol de la academia y la empresa es vital para tener acciones con base y fuente de información no solo primaria, sino también secundaria.
Estas prácticas pueden ayudar a fortalecer la resiliencia de las comunidades, ciudadanos y autoridades frente al cambio climático y a reducir los impactos negativos de los desastres naturales en el Perú. Es crucial que estas medidas se adapten a las características específicas de cada región y se actualicen regularmente en respuesta a los cambios en los riesgos climáticos, que no solo son en la costa sino también en la sierra y selva de nuestro Perú.