Amores y finanzas

Se pueden hacer varios arreglos. Una opción es que cada uno se haga cargo de ciertos gastos para que cada uno tenga roles claros vinculados al nivel de sus ingresos.

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Los mejores planes (y las mejores relaciones) se pueden ir a la ruina por no tener claridad cómo atender imprevistos. (Andina)
Los mejores planes (y las mejores relaciones) se pueden ir a la ruina por no tener claridad cómo atender imprevistos. (Andina)

Este mensaje es para aquellas parejas que aún no viven juntos o se han casado y están en la disyuntiva de cómo pasar a la siguiente etapa sin destruir la relación amorosa, porque valgan verdades hablar de temas de dinero en pareja puede empantanar inclusive a la pareja más romántica.

Paso 1: Transparentar lo que tienen. Lo primero es poner en blanco y negro algunas decisiones y datos claves. Empezaría sincerando activos y pasivos de cada uno. Es decir, alguno tiene departamento propio, o tiene una deuda muy grande por pagar, alguno tiene auto propio. Todo esto es importante, porque varias de las decisiones se tendrán que tomar sobre lo que ya hay, o lo que falta. Una vez hecha esta pequeña lista, lo siguiente es transparentar los ingresos que cada uno genera. Es muy importante entender si estos ingresos son estables o no. Esto permitirá completar con éxito el siguiente y crucial paso.

Paso 2: El presupuesto familiar. Vivir juntos implica compartir gastos y por ello es crítico empezar conociendo cuánto tenemos juntos. Esto nos pone un techo para sueños locos, y nos pone también la claridad de que para construir algo más de aquello con lo que uno empieza requiere un esfuerzo premeditado y constante de ahorro. El presupuesto debe tener aquellos gastos fijos que, si o si deben hacerse, pero también reconocer los gastos que siempre hacemos porque marcan nuestro estilo de vida.

Paso 3: Asignar roles. Se pueden hacer varios arreglos. Una opción es que cada uno se haga cargo de ciertos gastos para que cada uno tenga roles claros vinculados al nivel de sus ingresos. Uno paga los servicios públicos, otro paga los alimentos, y así. La otra opción es centralizar una parte de los recursos en una cuenta común y que de esa cuenta se gaste. Esto tiene el problema que igual alguien se tiene que hacer cargo de los pagos. A mi me gusta más la primera opción.

Paso 4: Planificar mínimamente. No se trata de saber que nombre le vas a poner al tercer hijo o con quien se casará el primero, pero la pareja mínimamente debería hablar de un número de hijos deseado, de colegios a los que aspira, de viajes que espera hacer, y de planes de educación por delante. Todo esto pone presión no sólo al presupuesto de este año sino hacia adelante y esto nos exige discutir cómo vamos a financiar estos gastos futuros.

Paso 5: Cuidar los imprevistos. Los mejores planes (y las mejores relaciones) se pueden ir a la ruina por no tener claridad cómo atender imprevistos. Es importante incluir en el presupuesto que fondos de emergencia tendremos, que seguros debemos tener para que la aventura en pareja no sea una pesadilla financiera.

Paso 6: Revisar cada tanto. No hay plan que se pueda mantener inmutable por mucho tiempo así que parte del proceso exige revisar con cierta frecuencia estos pasos.

Eduardo Morón, presidente de Apeseg
Eduardo Morón, presidente de Apeseg
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