Al hablar de la historia peruana es imposible no remitirse a periodos tan apasionantes como el incanato, sin embargo, su su caída marcó un antes y un después para el país, y es una de las épocas más estudiadas debido a la cantidad de información que existe de ella en comparación con el tiempo transcurrido antes de la llegada de los españoles.
En ese marco, un capítulo bastante resaltante es la captura de Atahualpa, considerado el último inca del Perú, quien estuvo frente a frente con Francisco Pizarro, que encabezaba la expedición que conquistó Perú y al cual le hizo un millonario ofrecimiento para tratar de comprar su libertad.
Aunque el desenlace de la historia no fue positivo para el inca, lo cierto es que el monto que ofreció por su rescate hoy destaca por ser el más caro de la historia y con justa razón, ya que muchos han estimado cifras millonarias que siguen siendo muy altas pese al paso de los años y los cambios en la economía.
El rescate más caro de la historia
La fatídica historia del último inca es popularmente conocida. Fue capturado en Cajamarca como parte de una emboscada y recluido en un edificio en esa misma ciudad. Se dice que cenaba todas las noches con Francisco Pizarro e hizo amistad con el hermano de este, Hernando Pizarro. Algunas crónicas narran que aprendió a jugar al ajedrez y que era sociable y alegre.
El inca también era bastante hábil y había sido educado de una forma diferente a la del pueblo debido a su condición de noble. Al darse cuenta de que el oro y los metales preciosos encendían los ánimos de sus captores, decidió hacer el impresionante ofrecimiento que todos recordamos.
¿Cuál fue el monto?
Atahualpa aseguró que llenarían de oro y plata la habitación donde se encontraba exactamente hasta donde alcanzara a levantar la mano.
Vale mencionar que el cuarto de rescate, que hoy en día puede ser visitado, tiene unas dimensiones de 11.80 metros de largo por 7.30 metros de ancho y 3.1 metros de alto, y allí se empezaron a acumular los tesoros que iban llegando desde diferentes partes del imperio.
Una vez fundidos, su equivalencia en ese momento fue de 1 millón 326 mil 539 pesos de oro, con un peso de casi 6 toneladas; y 51 mil 610 marcos de plata, equivalente a 12.3 toneladas. Para ese momento, era probable que no hubiera persona en el mundo que haya visto tal cantidad de oro y plata en un mismo sitio, pese a esto, se sabe que el cuarto de rescate no se llegó a llenar.
Lo cierto es que esto daría como resultado en estimaciones actuales del oro un aproximado de 300 a 350 millones de dólares, haciendo un cálculo simple de conversión al precio del metal precioso actual.
Sin embargo, el libro Descubrimiento y conquista: En las garras del imperio, de Alfonso Klauer, del año 2006, da algunas aproximaciones al respecto tomando en cuenta parámetros que permiten imaginar lo que el dinero obtenido del oro significó en su tiempo para los españoles. Así, Klauer indica que el rescate equivaldría hoy en día a inyectar 695 millones de dólares a una economía.
Adicional a estos datos, también vale mencionar que, según History Latinoamérica en su programa Inexplicable, el rescate ofrecido por Atahualpa tendría un valor aproximado de 1 billón 200 mil millones de dólares hoy en día, si se toma en cuenta que el cuarto donde estaba tenía capacidad para 170 metros cúbicos de oro y 340 metros cúbicos de plata.
Lo cierto es que tanto expertos en historia, como en el área de economía resaltan la cuantiosa suma como una de las más impresionantes de la historia, la cual, a pesar de su magnificencia, no fue suficiente para salvarle la vida al último inca del Perú.
El cuarto de rescate
En la actualidad, el famoso cuarto de rescate puede ser visitado en Cajamarca, esta estructura sobrevive actualmente con sus cuatro muros originales de piedra volcánica, aunque su techo ha sido reemplazado por uno de construcción más moderna. Una marca roja en una de las paredes señala el límite hasta donde Atahualpa ofreció llenar la habitación con oro para garantizar su libertad, un acontecimiento histórico de significativa relevancia.
Excavaciones iniciadas en 2023 han llevado al descubrimiento de objetos de cerámica pertenecientes a las épocas inca, cajamarca, republicana y colonial, así como restos de antiguas estructuras de piedra. Este hallazgo se produjo en las proximidades del cuarto de rescate, conocido por ser el último vestigio inca en la urbe y una de las principales atracciones turísticas de la región.
¿Cómo murió Atahualpa?
El último soberano inca estuvo cautivo durante varios meses en Cajamarca, luego de su captura en 1532. Los cronistas señalan que tenía ciertos beneficios e incluso audiencias mientras entablaba relaciones con los españoles. El oro iba llegando con el paso del tiempo, pero los conquistadores tenían en mente la posibilidad de una sublevación por parte de los indígenas que los superaban en número.
Así, Francisco Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa mediante la hoguera acusándolo de cargos como incesto, poligamia, entre otros. Pese a esta condena, al final el soberano accedió a bautizarse obteniendo el nombre de Francisco y fue ultimado mediante la horca un 29 de agosto de 1533.
¿Qué alimentos le entregaron los nativos a los españoles tras la ejecución de Atahualpa?
Se ha difundido mucho sobre los acontecimientos que giraron en torno a la captura y muerte del inca Atahualpa en Cajamarca, pero poco se ha contado acerca de los alimentos que recibieron los españoles luego de que un soldado lo estrangulara mediante el garrote.
En el libro “La cocina en el Virreinato del Perú”, Rosario Olivas Weston escribió que los foráneos “recibieron para su alimentación grandes cantidades de maíz, papas, quinua, llamas, alpacas, pescado, perdices y azua o chicha”. Las personas que entregaron estos productos fueron grupos que eran enemigos del emperador del Tahuantinsuyo, entre los que figuraban los caciques Mango Cusichac y don Diego Iñaupari.
¿Cuándo murió Francisco Pizarro?
El conquistador español que logró la fama murió el 26 de junio de 1541. Fue asesinado en Lima, la ciudad que él mismo fundó, por un grupo de rivales liderados por Diego de Almagro el Mozo, hijo del antiguo compañero del conquistador. Este buscaba venganza por la ejecución de su padre a manos de fuerzas leales a Pizarro. El fundador de la capital fue brutalmente atacado en su palacio y, pese a su resistencia, fue mortalmente herido con múltiples estocadas. Su muerte marcó un punto de quiebre en la historia del virreinato del Perú, desencadenando una serie de conflictos internos entre los conquistadores.