Jorge ‘Coky’ Molina y una carrera de perseverancia: el inquebrantable motivo para retirarse, la mala noticia que recibió antes de una final con Alianza Lima y su relación con André Carrillo

Infobae Perú charló en extenso con el ahora exfutbolista profesional, quien reveló pasajes inéditos e íntimos de su vida, que culminaron de manera satisfactoria. Además, habló de una frustrada convocatoria a la selección de Sergio Markarián.

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Exjugador narró la travesía que vivió junto con su esposa para conseguir ser padres después de ocho años de espera y cómo ello cambió totalmente su perspectiva. (Paula Elizalde/ Infobae Perú)

Hace exactamente una semana, el martes 20 de febrero, el volante Jorge ‘Coky’ Molina anunció su retiro del fútbol profesional con la edad de 36 años. El ahora exfutbolista, que consiguió hacerse un nombre en Alianza Lima, ser campeón nacional con Juan Aurich y convertirse en referente de Cienciano, cerró una etapa de su vida defendiendo la camiseta de Universidad San Martín. Pese a tener el deseo de seguir en actividad, el pisqueño visitó las oficinas de Infobae Perú para explicar los poderosos e inquebrantables motivos de su decisión. Además, contó un sinfín de anécdotas de sus 24 años de trayectoria.

La paternidad: el imponente motivo detrás de su retiro

- Cómo van estos primeros días post retiro. ¿Fue una decisión muy meditada?

Ya lo tenía pensado hace algún tiempo, igual tenía planificado jugar un año o dos años más, pero sabemos que a veces la vida te pone retos delante en los que tenemos que decidir rápido y por mi familia pensaba que no quería irme a provincia, pero solo había opciones para jugar ahí. Yo tengo una hija de un año de nacida y no quería alejarme mucho de la familia y quiero disfrutar de esta etapa con ella, porque nos costó mucho tener un hijo. No me quería mover de mi casa. Esta transición la estoy sintiendo recién después de haber anunciado mi retiro porque todas las mañanas salía a entrenar, compartir con mis compañeros, estar dentro de un camerino, vivir la sensación de estar dentro de un campo de juego, es totalmente diferente a pasar mucho tiempo en casa, que es totalmente lo opuesto. Antes eran más viajes a diferentes ciudades, aviones, concentraciones fuera de casa dos o tres días. Hoy paso casi todas las horas del día en mi hogar y estoy feliz, disfrutando obviamente de esta etapa.

- ¿Ese fue el principal motivo para terminar con tu carrera?

Sí, tengo 17 años con mi esposa y nos costó mucho tener un hijo, casi ocho años. Para contarte una anécdota fuerte, que la viví en Alianza en 2014. Yo me entero de que mi esposa salió embarazada en una final contra la San Martín (Copa del Inca). Ella me llama y me dice que estaba embarazada después de un proceso largo que habíamos hecho. Fue un día antes de la final y me comunica que el doctor le dijo que se tenía que extraer al hijo porque estaba ubicado en un lugar donde no debía estar. Ahí nos dimos cuenta de que no podíamos tener hijos de una forma natural y fue un proceso largo, constante, con mi esposa. Inversión de dinero, de tiempo, psicólogos y de muchas cosas que vivimos juntos. Después de ocho años tuvimos la suerte y la bendición de Dios de poder tener un hijo y no quería moverme de mi casa. Ese fue el factor principal.

La amistad con André Carrillo, a prueba de años y distancias

- André Carrillo te despidió con mucho cariño en redes. Coincidiste con él en Alianza Lima…

Con André Carrillo tenía una relación muy íntima en ese momento. Él era más joven que yo, pero yo no era un referente, no tenía muchos años encima, pero tenía un auto y vivía cerca a mi casa. Él era una de las personas con las que me iba al entreno las veces que podía pasar por mi casa. Nosotros, en las menores de Alianza, generalmente se da la costumbre de ser muy íntimos y por eso al equipo le dicen así. Siempre hay esa relación hasta ahora con él. Ahora él es el que me regala los zapatos, cuando jugaba me los regalaba. A mí obviamente me puso contento recibir un mensaje de él, porque creo que es una forma de agradecimiento por las veces que lo podía ayudar en su momento, llevándolo al entrenamiento y me lo devolvió dándome zapatos. He recibido un sinfín de mensajes que no tenía pensado esa magnitud, no por lo que le dejé al fútbol, sino a mis compañeros en los diferentes equipos en los que estuve. Eso me llena de orgullo y emoción, recibir hasta hoy ese tipo de mensajes.

Ambos coincidieron en Alianza Lima entre 2009-2010 y Jorge solía llevarlo a los entrenamientos en su auto. (Paula Elizalde/ Infobae Perú)

Su inicio como futbolista y la llegada a Alianza Lima

- No eres natal de Lima, ¿cómo llegas a la capital para empezar tu carrera y en qué momento la dejas de tomar como un pasatiempo?

Soy de Pisco, a cuatro horas de Lima y me vengo para una prueba en Alianza Lima. Mi hermano mayor ya estaba en Alianza y el profesor ‘Cholo’ Castillo, que es el visionario y descubridor de los talentos en el club, que en paz descanse, me invita a pertenecer a una categoría que recién se estaba formando, que era la 87. Obviamente, era uno de mis sueños jugar en el equipo que soy hincha, en el más grande del Perú y que él me invite a pertenecer a las divisiones menores, para mí era uno de mis sueños logrados en ese momento, pero no sabía lo que venía después, que era dejar mi familia, mis amigos, mi colegio, mis costumbres. Venir a una cultura totalmente diferente a la de Lima, me costó un montón. Fueron varios días y meses de llorar, de acostumbrarme a la vorágine de Lima. Hubo una llamada de mi padre, quien era el que me decía las cosas de frente siempre. Siempre llamaba a mamá, metía mi moneda al ring, esos 50 céntimos que a veces no tenía, para decirle que me quería ir, que no me acostumbraba y quería regresar. Ella me decía que ya me iba a recoger, pero era solo para aliviarme en las noches que lloraba. Pero ya eran tantas las llamadas y mi papá se dio cuenta de que no estaba bien, le pasaron el teléfono y con palabras fuertes me dijo que si quería regresara a Pisco, pero que me olvidara de la pelota. Eso era lo que necesitaba para darme cuenta de lo que venía a buscar a Lima, que era ser futbolista profesional y desde ahí las frecuencias de llamadas disminuyeron a cada fin de semana o una al mes. Obviamente, también estaba mi hermano, que era el que ayudaba y acompañaba. Era el que jugaba en realidad, mejor que yo incluso. Así, poco a poco, fui formando mi camino.

Jorge Molina tuvo tres etapas como profesional en Alianza Lima: el primero entre 2008 y 2010, mientras que el segundo en 2014 - Crédito: difusión
Jorge Molina tuvo tres etapas como profesional en Alianza Lima: el primero entre 2008 y 2010, mientras que el segundo en 2014 - Crédito: difusión

El título con Juan Aurich y la frustrada llegada a la selección peruana

- ¿El título con Juan Aurich en 2011 fue el punto más alto de tu carrera?

Sí, creo que hay dos títulos importantes que conseguí en mi carrera. El primero es con Juan Aurich, que me convertí en campeón nacional en un equipo de provincia, que es hasta ahora su único campeonato, y el otro es con Cienciano, haber conseguido el ascenso después de cinco años.

- ¿Cómo se dio tu llegada a este superequipo de Juan Aurich?

A mí me lleva un intermediario, porque en ese entonces todavía era un desconocido para el fútbol peruano, no tenía un nombre conocido ni jerarquía, era ‘joven’ de 23 años y en Alianza no había tenido partidos como para que digan ‘oye este chico juega bien o tiene condiciones para llamarlo’. Un intermediario me lleva, pero como quinto volante. No llego ni como primero, ni de suplente, era un extra. Ahí estaban Rinaldo Cruzado, Renzo Sheput, Ricardo Ciciliano, el paraguayo Diego Gavilán que había jugado mundiales y ‘Coki’ Molina como quinta opción. Llegué y en la pretemporada nomás al ‘profe’ Umaña le encantó mi juego. Antes del primer partido, ‘Cuto’ Guadalupe me llama a su habitación y me pregunta cómo me siento, le dije que estaba bien, cómodo. Le pregunté por qué y me respondió que mi juego le gustaba a Umaña y que iba a jugar de titular. Imagínate, esa noche no pude dormir, porque era mi primer partido como titular y dejando atrás nombres importantes. Que pongan a un desconocido como yo era un logro conseguido. El partido lo ganamos y desde ahí empieza una carrera que el fútbol peruano empieza a conocer.

- Esa regularidad duró todo el año, porque sumaste minutos en las tres finales con Alianza Lima

En ese año, compañeros que estuvieron en el plantel también fueron llamados a la selección y me decían que estaba en la mira para que en algún momento me puedan convocar con Sergio Markarián para una Copa América. Pero, a mitad de año llega la bolsa de minutos, que recién la crean ahí y llega Alfredo Rojas para cumplir la bolsa justo en mi puesto, comenzamos a alternar y no tuve la misma continuidad que al inicio. Y sí, jugué las tres finales que pudimos ganar. (…) Había sentimientos encontrados (por ganarle a Alianza), pero como profesional quería que Aurich campeonara porque pertenecía ahí y me dieron un lugar. Fue donde empecé a ser más reconocido, jugué muchos más partidos y casi me llaman a la selección. La única manera en la que podía retribuir era jugando de una manera óptima para conseguir el objetivo: campeonar.

El ahora exjugador contó su frustrada llegada a la 'blanquirroja' de Sergio Markarián en 2011. Además, mencionó cómo vivió la experiencia de ganarle la final a Alianza Lima, club donde se formó y es hincha. (Paula Elizalde/ Infobae Perú)

- Te pregunto por dos nombres propios: el primero ya lo mencionaste, Diego Umaña. ¿Qué significó para ti?

Significó mucho porque fue uno de los técnicos que me dio la oportunidad que necesitaba para tener una carrera como la que tuve. Ningún técnico me la había dado y él sí me la dio.

- El segundo, Luis ‘Pana’ Tejada

Luis Tejada era un compañero muy alegre, chacotero con sus bromas. Era un visionario, decía que en un partido iba a hacer dos goles y se salía con la suya, metía dos goles. O íbamos a tal lugar, decía que ganábamos, que estemos tranquilos, que se la den y era de esos compañeros que a veces uno necesita en algún momento. Si yo no estaba bien en algún partido, me decía ‘dámela a mí que no pasa nada’. Siempre pedía la pelota para quitarme presión. Todos lo queríamos.

Estancia en León de Huánuco

- En 2013 pasas a León de Huánuco, ¿te chocó dejar un equipo económicamente poderoso?

Sí, mi carrera creo que no ha sido fácil, siempre fue de muchas experiencias que le pude sacar algunas enseñanzas. Yo firmo por tres años con Juan Aurich, en el último Alianza me pide porque sabían que venía de hacer buenos partidos, que era campeón. Pedí a la directiva que me deje ir, porque había llegado el español José Mari Bakero, que en su momento me dijo que no me iba a utilizar. Me negaron la salida por temas de contrato. Después de la pretemporada el técnico me llama a la oficina y me dice que busque otro club, porque no iba a jugar. Me dolió porque tenía la oportunidad de regresar a donde soy hincha y saber si podía hacer una carrera ahí. En ese momento parece León de Huánuco y no era tan llamativo, pero que peleaba los campeonatos. En una ciudad donde no había un mall en ese momento porque recién estaba construyendo uno. Me prestaron y ahí estaba el técnico Édgar Ospina, que duró pocos partidos y luego llegó ‘Pepe’ Soto. Había compartido camerino con él y para mí fue oportuno que llegara porque me conocía, sabía cómo jugaba, mis características y por poco no clasificamos a una Copa Sudamericana.

Jorge Molina, ahora exfutbolista profesional, incursionará en el rubro de coaching deportivo - Crédito: Paula Elizalde/ Infobae Perú
Jorge Molina, ahora exfutbolista profesional, incursionará en el rubro de coaching deportivo - Crédito: Paula Elizalde/ Infobae Perú

El renacer con Cienciano que acabó en tristeza

- ¿Cienciano fue un renacer en tu carrera?

Sí, claro, porque antes de Cienciano había pasado por Coopsol, por Mannucci y estaba rondando por ahí los equipos de Liga 2, ya casi estaba mirando lo que iba a hacer porque no conseguía un equipo donde pudiera renacer, pero tampoco era un jugador grande o muy experimentado, tenía 27 o 28 años, estaba con ganas de jugar, de conseguir cosas grandes y aparece Cienciano en el 2018. Ese año no ascendimos, entramos al cuadrangular final. Empezaron a sacar a todos los jugadores al final del año para armar otro equipo y al único que hicieron quedarse para 2019 fue a mí. El equipo tuvo muchos jóvenes y ahí empecé a ser un jugador más de liderazgo, de inspirar a mis compañeros porque ya sabía que me iba quedando poco en mi carrera como deportista. Empezaba a ver otras cosas más allá de jugarlo, sino cómo jugarlo, cómo transmitir a mis compañeros, qué va a pasar si perdemos, qué le digo a mis compañeros para seguir empujando el carro. Ya en ese 2019 vi más a un Jorge Molina líder y capitán, que también me eligieron.

- Llegaste a ser capitán, ascender y clasificar a Copa Sudamericana

En 2019 ascendimos a Cienciano después de cuatro años que venían luchando, tenían muchas deudas por pagar, con muchos problemas internos. Jugamos la Liga 1 2020 y por diferencia de goles no clasificamos a una Copa Sudamericana. En 2021 sí pudimos entrar a una Copa y qué crees que pasó, me sacaron del club. Por eso digo que mi carrera en el fútbol fue de mucha perseverancia, de no rendirme. Encontré un lugar, me sentía cómodo, conseguí cosas y de un momento a otro te voltean y te dicen ‘no vas a participar’.

- ¿No te explicaron los motivos?

No. En el fútbol, lo que tú consigues en años anteriores no te determina que vas a seguir en un club. Un éxito del pasado no te asegura los del futuro, entonces, tienes que empezar a reinventarte rápido. Me las olía que iba a pasar algo así, porque pasé tantas cosas en el fútbol, tantas experiencias vividas, sabía que iba a pasar algo, no porque sea negativo, sino porque sé cómo se maneja el fútbol en el Perú. Había pensado en retirarme en Cienciano. Me llamó el gerente y me comunicó que no iban a seguir contando conmigo. ‘Listo, doctor, no hay problema. Conozco el fútbol’ (respondió). La llamada duró diez segundos, entre que me informaba lo que iba a pasar y lo que le agradezco. Cuelgo y estaba con mi señora triste, obviamente cayeron lágrimas porque conseguí cosas importantes. Pensé que iba a ser un poco más valorado en ese momento. No se dan cuenta que los jugadores grandes pueden ayudar en el desarrollo de otros líderes que en su momento van a necesitar.

Jorge Molina militó cuatro años en Cienciano del Cusco: logró un ascenso  y una clasficación a Copa Sudamericana - Crédito: archivo 'Coky' Molina
Jorge Molina militó cuatro años en Cienciano del Cusco: logró un ascenso y una clasficación a Copa Sudamericana - Crédito: archivo 'Coky' Molina

Su nueva etapa como coach deportivo y futuros proyectos

- Cuánto metraje de distancia hay entre el Coki Molina que se peleó con Roberto Ovelar con el que vemos sentado y pausado en esta oficina…

Justo estoy por sacar algo sobre ese episodio que sucedió en 2009. Era un joven que estaba en búsqueda de sus sueños, sin una planificación, sin un rumbo, en el sentido que tenía el objetivo claro, pero no sabía cómo conseguirlo. Me habían apodado ‘Tyson’, ‘Foreman’ y me la creí, que era ese jugador luchador, la misma gente me alimentaba de eso y yo consumía ese tipo de noticias, de frases que me gustaban. Después, con el pasar del tiempo, ya con saber gestionar mejor mis emociones, aprendiendo algunas cosas, algunas técnicas de cómo hablar, comunicarme, de entrar a esta etapa, donde quiero ayudar a muchos jóvenes a que no pasen lo que yo viví o que estén mejor preparados para algunos episodios, o que estén más conscientes, que desarrollen tipos de liderazgos, cosas en su vida personal van a perdurar en el tiempo, porque nosotros nos retiramos en algún momento, el futbolista tiene fecha de caducidad. Ahora me siento bien con la carrera que hice, las cosas que he experimentado en cada etapa de mi vida me sirvieron para ser la persona que soy ahora.

'Coky' protagonizó una pelea con su compañero de Alianza Lima en octubre de 2009. Después de 14 años hace un visionado de cuánto cambió su manejo emocional. (Paula Elizalde/ Infobae Perú)

- ¿Cuáles son los proyectos que tienes a partir de ahora? Tienes una marca personal y aparte lanzarás asesorías personalizadas con Óscar ‘Neka’ Vílchez…

Sí, ‘Neka’ ha creado un centro de entrenamiento deportivo personalizado que se llama Next Pro y él lo ha visto conveniente dentro de nuestro fútbol peruano. Hay un vacío que algunos jugadores están cubriendo por su cuenta que es el desarrollo personal. Él creó un área de coach deportivo y vio oportuno que yo me encargue de esa área. Yo también voy a impulsar una marca personal que es “Tu compañero ausente”, porque yo ya no voy a estar en los entrenamientos ni en los viajes con mis compañeros, estaré ausente en esa parte, pero siempre voy a estar para un compañero que quiera tener una conversación productiva, que los haga crecer, porque yo, con 24 años en el sistema, cinco en menores y 19 en etapa profesional, nunca tuve un compañero con el que podía compartir mis sueños, mis objetivos. Compartir con alguien que me dé un tip, una indicación, que me acompañe, que me digan que ‘todo va a estar bien’ o en qué me puede ayudar. También para los que quieran seguir desarrollándose, no solo en la parte deportiva, sino como la comunicación y liderazgo, que encuentren sus valores. Esa es la parte en la que quiero enfocarme ahora.

Con diversos estudios en coaching, el exfutbolista brinda mayores detalles de su futuro profesional, en los que trabajará con su colega Óscar 'Neka' Vílchez. (Paula Elizalde/ Infobae Perú)
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