La actividad humana en Chilca, provincia de la región Lima, desencadenó la creación de un sorprendente humedal de forma completamente inesperada. Lo que comenzó como el funcionamiento cotidiano de una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) se ha transformado en un oasis natural en pleno desierto.
Investigadores de la Universidad Científica del Sur han quedado asombrados por este fenómeno sin precedentes, que ahora se ha documentado en un estudio publicado en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Desde su aparición en 2015, este humedal artificial ha florecido exuberantemente, atrayendo a cientos de aves residentes y migratorias, catalogándolo como una muestra impresionante de cómo la naturaleza puede prosperar incluso en entornos urbanos.
Bajo la dirección del experto en medio ambiente Mg. Sc. David Montes-Iturrizaga, los científicos peruanos han realizado un exhaustivo estudio que revela la sorprendente diversidad de vida en este nuevo hábitat, descubriendo a un total de 56 especies de aves, incluyendo playeritos, chorlos, garzas, parihuanas, cormoranes y patos.
“Entre las aves identificadas destacaban un grupo de alrededor de 60 parihuanas, cantidad inusual para humedales de la región Lima, ni siquiera en Pantanos de Villa se ha encontrado este número de ejemplares”, comenta David Montes-Iturrizaga, biólogo, veterinario especialista en conservación de fauna silvestre e investigador de la Universidad Científica del Sur y autor principal del estudio.
Este estudio, llevado a cabo entre diciembre de 2020 y marzo de 2023, ha arrojado resultados fascinantes sobre la estacionalidad y los hábitos de las especies, destacando la importancia de este humedal como refugio para la vida silvestre.
¿Por qué es tan relevante este humedal?
Los humedales artificiales como este no solo son testigos de la capacidad de la infraestructura humana para albergar procesos naturales, sino que también desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad y en la mejora de la calidad del agua.
El descubrimiento del humedal de Chilca subraya la importancia de proteger y valorar estos ecosistemas únicos que, aunque no hayan sido planificados, pueden albergar una biodiversidad excepcional.
“Si no existiera el humedal, existiría un riesgo enorme a la salud pública y una fuente de contaminación. Además, los cuerpos de agua sirven para regular el clima de las zonas aledañas y algunas especies de aves se alimentan de insectos que pueden ser perjudiciales”, afirma Montes-Iturrizaga, quien también es docente de biología marina en la Científica.
A diferencia de los humedales naturales que se forman por el agua proveniente de ríos y filtraciones subterráneas, este humedal artificial depende directamente del buen manejo de las aguas tratadas que llegan a él. Por ello, es necesario que las autoridades pongan especial atención en la preservación de este ecosistema que alberga cientos de especies.
“Con un buen manejo del humedal y capacitaciones se puede dar trabajo a la comunidad como guías o ventas de objetos alusivos. Es solo decisión de ellos de tener un lugar que pueda ser icónico como atractivo turístico”, agrega el experto.
Alertan presencia de extraños
De otro lado, los investigadores alertaron de la presencia de actividades humanas cercanas al humedal que pueden generar desorden y alterar el comportamiento de las aves.
“Vehículos motorizados y paseos a caballos en cercanía causan disturbios. Están construyendo quioscos que impiden el paso de las aves entre el humedal y la zona de orilla de playa. Esto significa un estrés para aves residentes y migratorias lo cual ocasionará que busquen otros sitios. La presencia de basura por parte de los visitantes y perros asilvestrados son otros factores de impacto”, advierte Montes-Iturrizaga.