El Ejército del Perú y la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME) están siendo investigados por la Fiscalía de la Nación a raíz de la serie de irregularidades advertidas por la Contraloría General de la República en el marco de la compra de 10.000 mil fusiles israelíes en la que se habrían advertido una serie irregularidades desde su contratación. Como se sabe, estas irregularidades se habrían perpetuado, incluso, hasta después de adquirido el armamento, sin embargo, la compra fue realizada durante la gestión del actual Comandante General del Ejército, César Briceño Valdivia, como presidente de la FAME.
La noticia del inicio de diligencias preliminares fue alertada por el periodista Ángel Páez, quien también advirtió inicialmente la existencia de presuntos favoritismos durante el proceso de selección para tentar a la adquisición del armamento. Es así que la Fiscalía Provincial Especializada en Corrupción de funcionarios de Lima Este emitió una disposición fiscal a fin de investigar la presunta comisión del delito de negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo.
El motivo para iniciar investigaciones por estos delitos por un plazo de 120 días, radica en lo denunciado por varios representantes de las empresas armamentísticas a los que dicho medio entrevistó en su momento, que denunciaron irregularidades en el proceso de contratación que se llevó a cabo mientras Briceño Valdivia era el presidente de la FAME. Estas acusaciones fueron recogidas por el mismo Páez en su momento.
Fiscal advierte presunto direccionamiento en contratación
Según se reportó, el proceso estaba destinado a ser una convocatoria de licitación para la adquisición de 10.000 fusiles, para los que se requirió, de manera privada, ofertas de diversos compradores; sin embargo, y en circunstancias inexplicables, la adquisición final se dio mediante adjudicación directa con la FAME, bajo la excusa de que “tenía una oferta más atractiva”.
En informes posteriores de Hito de Control de la Contraloría General de la República, se pudo conocer que esta “oferta atractiva” quedó solo para el contrato, pues se habían advertido una serie de deficiencias en el ensamblado de los fusiles ARAD 7 israelíes adquiridos a la empresa Israel Weapon Industries (IWI) por más de 27 millones de dólares.
Es, a raíz de estas deficiencias, que fueron catalogadas como una “compra poca beneficiosa para el Ejército”, según la Contraloría, que el fiscal a cargo del caso, José Bustíos Ledesma, consideró en el parte fiscal: “existen elementos suficientes que ameritan investigar el proceso que derivó en el contrato suscrito el 22 de agosto del 2023 entre el Servicio de Material de Guerra del Ejército (SMGE) con FAME —que en ese momento estaba a cargo de César Briceño Valdivia, ahora Comandante General del Ejército—, para el suministro de fusiles israelíes tipo ARAD 7″.
¿Quiénes estarían implicados en la contratación señalada como irregular?
En el marco de esta investigación, el fiscal Bustios Ledesma requirió a la FAME que “remita las copias certificadas completas del expediente de contratación en el plazo de 10 días hábiles”. Según Páez, también se ha consignado como uno de los presuntos implicados al Alto Mando del Ejército en dicho periodo, quien, de acuerdo a lo detallado por la misma institución al ser consultada por la convocatoria privada que nunca se efectuó, “había decidido contratar directamente con FAME”.
Previamente, el 15 febrero del 2023, se había firmado una modificatoria de la ley de la Fábrica de Armas y Municiones que el Ejército habría considerado como un “mandato para contratar solo con esta empresa estatal”. Esta brindaba respaldo a un contrato posterior entre la FAME e IWI para el “ensamblaje, coproducción, comercialización, mantenimiento y transferencia tecnológica de sistemas de armas”, según lo detallado por el periodista de investigación.
La adquisición desventajosa fue alertada por la Contraloría en su momento e hitos de controles posteriores le dieron la razón. Un informe del 6 de febrero de dicha institución confirmó la existencia de irregularidades en las que se detallan: deficiencias en la planta de ensamblaje de la FAME, implementos aún no entregados, pese a que el pago de una sola vez a ambas empresas (FAME e IWI) ya se hizo, y demora en la entrega de los fusiles e implementos, que ahora están retrasados.