En 2014, un grupo de médicos comenzó a realizar un procedimiento pionero en Perú. Se trata de la cirugía intrauterina, que busca salvar la vida del feto cuando este aún sigue dentro de la madre. Hasta ahora se han llevado a cabo más de 200 de estas operaciones en el país, de las cuales la gran mayoría resultó exitosa.
Infobae Perú conversó con Walter Ventura, quien lidera el equipo de especialistas que realiza esta cirugía. El ginecólogo especializado en medicina fetal nos cuenta los pormenores de este tipo de operaciones y su aplicación en el país.
Complicaciones en el embarazo
“La cirugía intrauterina la planteamos cuando el bebé está en malas condiciones o la enfermedad que ha desarrollado es tan severa que le va a ocasionar muchas secuelas o incluso va a poner en riesgo su vida”, indica Ventura.
Entre las enfermedades que suelen requerir una cirugía intrauterina destacan la espina bífida abierta, anemia fetal, hernias diafragmáticas, tumoraciones pulmonares, tumoraciones placentarias, síndrome de transmisión fetal, entre otras.
“Si no se hicieran estas cirugías, la mortalidad para el bebé en el útero sería muy alta, casi el 100%, o la secuelas que va a presentar al nacimiento serían muy severas. Por ello, con la cirugía, lo que hacemos es tratar de detener la evolución de la enfermedad para que mejoren las condiciones o disminuir esas secuelas que tendrían al momento de nacimiento”, explica el experto.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del Ministerio de Salud (Minsa), se estima una tasa de 8 muertes fetales y neonatales por cada 1.000 nacidos vivos en Perú.
El procedimiento
- Mínimamente invasiva o percutánea: consiste en ingresar a la cavidad amniótica, donde se encuentra el feto, con agujas. A través de ellas se puede pasar algún medicamento, un catéter o una fibra láser y hacer el tratamiento específico.
- Medianamente invasivas o endoscópicas: consiste en ingresar una cámara óptica muy pequeña (endoscopio), de 1mm de diámetro, observar, y hacer el tratamiento a través de ella.
- Altamente invasiva o cirugía intrauterina abierta: se hace un corte en el abdomen de la mamá, como una cesárea, luego una incisión pequeña en el útero y se expone la parte que se requiere tratar.
Riesgos
A más invasiva la operación, más riesgo para el feto y la madre.
Ventura explica que una de las principales complicaciones de la cirugía intrauterina es el parto prematuro.
“Después de hacer la intervención y el útero cierra, pueden empezar las contracciones o la ruptura de la membrana y se produce un nacimiento prematuro, lo que es gravemente riesgoso”, afirma.
También puede darse el caso de que la madre sufra un sangrado excesivo en el momento de la operación.
“Se puede producir una hemorragia masiva y la madre tendría que requerir transfusiones sanguíneas”, agrega Ventura.
Los médicos son conscientes de estos riesgos, por ello recalcan que la cirugía intrauterina se realiza cuando no hay muchas expectativas de vida para el feto.
Experiencia internacional
La cirugía fetal tuvo sus inicios en 1961, cuando Sir William Liley completó la primera transfusión sanguínea hacia el feto a través de la vía percutánea. Más adelante, 1981, Michael Harrison realizó la primera cirugía intrauterina abierta.
Sin embargo, como se ha mencionado, la cirugía fetal es relativamente nueva en Perú. Quien la aplicó por primera vez en el país es precisamente Walter Ventura.
Tras capacitarse en medicina fetal en el King’s College Hospital de Londres, Reino Unido, entre los años 2009 y 2012, Ventura visitó países como Reino Unido, España, Japón, Estados Unidos, Canadá, Bélgica y Brasil, para aprender las diversas técnicas de cirugía fetal. Finalmente, en 2013, regresaría a Perú para aplicar los nuevos conocimientos adquiridos.
Ventura formó su equipo y comenzaron con las primeras cirugías fetales en una clínica.
En los últimos cuatro años, el equipo realiza estos procedimientos en hospitales de Essalud.
El próximo reto
En marzo, el equipo de Ventura realizará en el Hospital Sabogal una cirugía intrauterina abierta, la más complicada.
Se trata de un feto de 24 semanas que tiene espina bífida, un defecto en la columna vertebral que pone en riesgo sus capacidades motoras e intelectuales.
Para reparar esta malformación, participarán alrededor de ocho médicos, entre ginecólogos, neurocirujanos, anestesiólogos e intensivistas.
“Esta cirugía es tan compleja que, más o menos, equivale a realizar un trasplante, por la gran cantidad de médicos que intervienen y por la gran cantidad de recursos que se van a desplegar”, sostiene Ventura.
Hasta el momento, solo se han realizado 25 cirugías intrauterinas abiertas en el país, con una tasa de éxito del 100%, según Ventura.