El ranfañote, uno de los dulces más antiguos de Lima: La historia detrás del postre que fue preparado dentro de conventos

Este manjar, que surge de la unión de tradiciones culinarias durante la época colonial, ha continuado siendo parte esencial en la cultura gastronómica peruana a través de los años.

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Este platillo cautivó a los
Este platillo cautivó a los paladares de las personas de distintas clases sociales. (Composición Infobae: Marca Perú/PROMPERÚ)

El postre, ese plato dulce reservado para culminar la experiencia culinaria, se disfruta habitualmente entre risas y conversaciones amenas de amigos o familiares, quienes dejan a un lado las preocupaciones para centrarse en temas que despiertan emociones. En las calles, el ambiente es parecido: personas de todas las edades toma un respiro en su día a día para deleitarse con delicias vendidas en carretillas que cargan historias en cada producto.

Ya sea que te encuentres en el interior de un acogedor establecimiento o en la acera de una bulliciosa avenida en Perú, observarás a ciudadanos con el ánimo elevado momentos antes de probar una mazamorra morada, un suspiro a la limeña, picarones, sanguito, champú limeño, entre otros postres que aguardan ser seleccionados. Tras la primera degustación, los consumidores expresan su satisfacción, relamiéndose los labios o haciendo gestos; todo esto bajo la mirada atónita de los transeúntes que se pierden la oportunidad de disfrutar de estos dulces.

Entre la diversidad de postres, que son resultado de la amalgama de culturas indígena, española, africana y asiática, existe uno que raramente se avista en las vitrinas de las carretillas, a pesar de ser uno de los dulces más antiguos de Lima.

Nos referimos al ranfañote, un postre tradicional peruano con orígenes en la época colonial que cautivó a los paladares de las personas de distintas clases sociales. Aunque no se encuentra fácilmente en la calle, los peruanos han disfrutado del dulzor y el sabor especiado de este platillo, cuya creación data de la era colonial peruana.

Postres típicos del Perú. (Composición
Postres típicos del Perú. (Composición Infobae: Andina)

El origen del ranfañote

Al hablar sobre una época histórica, resulta inevitable mencionar lo que aconteció antes o después de dicho periodo. Cuando uno investiga sobre un tema en particular, el interés no se limita únicamente a la página que detalla las circunstancias de su creación; la curiosidad impulsa a revisar lo que precedió o siguió a este descubrimiento.

En este contexto, es importante reconocer que, aunque en América no existían postres como tal, sus habitantes ya disfrutaban del dulzor de ciertos alimentos. De acuerdo con el cronista Inca Garcilaso de la Vega, los pobladores del continente apreciaban el sabor dulce, pero no en forma de postres elaborados. Antes de la llegada de los españoles, los indígenas consumían miel de abeja y experimentaban con el dulzor de algunas frutas y plantas.

En el Tahuantinsuyo, el azúcar tal como la conocemos hoy, derivada de la caña de azúcar, no existía, ya que esta planta fue introducida al continente americano por los europeos después del descubrimiento en 1492. Santo Domingo, uno de los primeros emplazamientos en el Nuevo Mundo donde los españoles establecieron una colonia, vio el comienzo del cultivo de la caña de azúcar en el siglo XV.

La introducción de una planta azucarera en América se realizó poco después de la llegada de los españoles en 1492, siendo Santo Domingo (actual República Dominicana) uno de los primeros focos de producción, gracias a sus condiciones climáticas ideales.

Afrodescendientes eran esclavizados por los
Afrodescendientes eran esclavizados por los españoles. (Difusión)

A medida que avanzaban las décadas, su cultivo se expandió a otras regiones americanas que ofrecían condiciones óptimas, lo que llevó a la necesidad de contar con una gran cantidad de trabajadores. Ante esta situación, los colonizadores recurrieron al comercio transatlántico de esclavos para satisfacer la demanda de mano de obra.

Es posible que estos esclavos fueran los creadores del ranfañote, tal como indica el portal web de la Marca Perú, describiéndolo como un dulce popular entre los menos afortunados que surgió durante la época del Virreinato. “Se dice que los restos de comida de los señores se mezclaban para alimentar a los esclavos”, comentó Pamela Cartagena, nieta de Agustina Reyes Ballumbrosio (considerada en Chincha como la máxima exponente de este dulce), en el portal web de la Marca Perú.

Por su parte, Norma Martínez, reconocida actriz, directora de teatro y presentadora de televisión, mencionó en el programa ‘Sucedió en el Perú’ que “el ranfañote es uno de los dulces más antiguos de Lima y está vinculado a la población negra”.

Estas declaraciones dan luces sobre cómo los esclavos afrodescendientes aprovechaban los pedazos de pan desechados por sus amos para crear el ranfañote. No solo preparaban este postre, sino que también lo vendían en las calles. Sobre este último tema, Ricardo Palma escribió: “A las once pasaban la melonera y la mulata de convento vendiendo ranfañote, cocada, bocado de rey, chancaquitas de cancha y de maní, y frijoles colados”.

Criollos de antaño vendiendo postres.
Criollos de antaño vendiendo postres. (Acuarela de Pancho Fierro: 1809-1879)

Existe otra teoría sobre el origen de este dulce. “También se refiere que el pan tostado y el queso eran el rancho que recibían los soldados en la guerra con Chile”, mencionó Cartagena. Respecto a su preparación, la cocinera Elena Santos compartió cómo se hacía antiguamente este dulce: “Yo escuchaba historias de mi familia, de mi abuela, quien decía que el pan se freía en manteca porque antiguamente se usaba mucho este producto. Luego lo escurrían y lo rociaban de miel. Con el tiempo, esto se ha transformado y la gente le ha ido añadiendo pasas, coco, queso, que es básico. Lo importante en esta preparación era la fusión del queso con la miel de chancaca y el pancito”, declaró al programa cultural de ‘TV Perú'.

El ranfañote, un dulce elaborado en los conventos de Lima

El ranfañote también se elaboraba en los conventos, lugares que no solo eran centros de fe y espiritualidad, sino también de enseñanza, arte y cultura. En Lima se encuentra el Convento de San Francisco, conocido por sus catacumbas y su impresionante biblioteca antigua; el Convento de Santo Domingo, que alberga los restos de santos peruanos y cuenta con una torre desde la cual se pueden apreciar vistas panorámicas de Lima; y el Convento de Santa Rosa de Lima, dedicado a la primera santa de América. En algunos de estos lugares se habría prepado uno de los primeros postres de Lima.

Según la repostera Sandra Plevisani, en los centros religiosos, como el convento de Santa Catalina, las mujeres preparaban postres para solventar algunos gastos del local. “Las madres venían con mucha influencia de España, tenían tiempo y muchas de ellas rezaban mientras hacían los dulces en los conventos. Se realizaron muchas recetas desde estos lugares”, mencionó en “Sucedió en el Perú”.
En el convento de Santa
En el convento de Santa Catalina (Arequipa) se preparaban postres. (PROMPERÚ)

Marisa Guiulfo, destacada cocinera, agregó que “en los conventos, las monjas pasaban horas elaborando postres con recetas de España”. Agregó que enseñaban a las esclavas negras e indígenas a preparar platillos dulces.

En conclusión, el ranfañote es más que un simple postre; es una expresión de la historia y riqueza cultural del Perú. Este manjar, que surge de la unión de tradiciones culinarias durante la época colonial, ha continuado siendo parte esencial en la cultura gastronómica peruana a través de los años.

Para aquellos interesados en experimentar esta emblemática delicia, la feria gastronómica ubicada en la Alameda Chabuca Granda, en el Rímac, brinda la ocasión perfecta. Allí, el ranfañote sigue encantando tanto a locales como a visitantes, destacándose no solo como un deleite para el paladar sino también como un auténtico encuentro con la historia y la cultura peruana.

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