Dicen que cuando uno se convierte en artista, aspira a serlo en diversas disciplinas. Ni los más grandes o renombrados han escapado de esta tentación de querer destacar en más de un rubro artístico.
Una de esas grandes figuras del mundo del entretenimiento es el legendario vocalista de ‘The Rolling Stones’, Mick Jagger, quien con el paso del tiempo logró convertirse en un ícono indiscutible del rock mundial. Pero el intérprete de ‘Sympathy For The Devil’ también ha transitado por un camino lleno de aspiraciones en el ámbito cinematográfico.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no logró culminar con el mismo éxito rotundo que su carrera musical. Aunque ese camino logró traerlo al Perú para grabar una película. Esta es la historia de la increíble aventura del rockero en nuestra Amazonía hace más de 40 años.
Sus inicios como actor
La estrecha relación de Jagger con el cine comenzó en la década de 1970, una época marcada por el auge y la consolidación de los Rolling Stones como una de las bandas más influyentes de la historia del rock.
No obstante, el deseo de Jagger de trascender su identidad como músico y explorar nuevas facetas creativas lo llevó a incursionar en la actuación con películas como “Ned Kelly” y “Performance”. Sin embargo, estos primeros intentos pasaron casi inadvertidos ante la audiencia y la crítica, no logrando el impacto deseado en su carrera actoral.
La posibilidad de participar en la emblemática “La Naranja Mecánica” era una oportunidad de oro para Jagger, pero el destino le tenía reservado un rumbo diferente. Aunque estas experiencias no alcanzaron el éxito esperado, el cantante de ‘(I can’t get no) Satisfaction’ no abandonó su pasión por el cine ni su deseo de encontrar ese papel que consolidara su carrera como actor.
Llegó su momento
Fue hacia finales de los 70 cuando una oportunidad de magnitud apareció en su horizonte. El proyecto “Fitzcarraldo”, bajo la dirección del alemán Werner Herzog, prometía ser esa obra monumental que Jagger anhelaba.
La película, que se rodaría en la selva peruana, representaba no solo un desafío actoral para Jagger, sino también una experiencia de vida inolvidable. Herzog, conocido por su meticulosa atención al detalle y su pasión por proyectos retadores, había encontrado en la selva el escenario perfecto para narrar la obsesiva misión de su protagonista. No obstante, el destino volvió a jugar en contra de Jagger.
Y es que la producción de la cinta enfrentó numerosos desafíos, desde enfermedades hasta problemas logísticos, que eventualmente causaron la salida de Jagger del proyecto, marcando otro capítulo en su serie de intentos frustrados por brillar en el cine.
¿Qué fue lo que pasó?
Durante el rodaje de “Fitzcarraldo”, el director Werner Herzog se encontró con un obstáculo significativo. Jason Robards, uno de los actores principales, contrajo disentería, provocando retrasos y, en última instancia, su salida del proyecto.
Herzog, frente a esta adversidad, buscó a Mick Jagger como reemplazo, pero el líder de los Rolling Stones declinó a tomar su lugar. Y en vista de que la producción tomaría más tiempo del programado, el cantante de labios gruesos optó por dejarlo todo por una gira mundial y la grabación de su nuevo álbum: ‘Tattoo You’.
Este revés llevó a Herzog a reconfigurar por completo el elenco y reiniciar el proceso de filmación. Aunque Jagger y Jason no aparecieron en la versión final, sus vivencias quedaron inmortalizadas en el documental “Burdel of Dream” de Les Blank, que detalla los desafíos del rodaje, y en “Mi Enemigo Íntimo”, el documental de Herzog.
Lo que no pudo ser
A pesar de estos reveses, el legado de “Fitzcarraldo” como una obra maestra del cine y el reconocimiento a Herzog en el Festival de Cannes resaltan la magnitud de lo que pudo haber sido una significativa contribución al cine por parte de Jagger. La experiencia, aunque marcada por la desilusión, deja entrever el espíritu incansable de Jagger y su voluntad de explorar nuevas formas de expresión artística más allá de los escenarios musicales.
En retrospectiva, el recorrido cinematográfico de Jagger es testimonio de un artista en búsqueda constante de nuevas experiencias y desafíos creativos.
Aunque su carrera en el cine no alcanzó las mismas cumbres que su trayectoria musical con los Rolling Stones, es innegable que su incursión en el cine añadió facetas interesantes a su perfil como artista multidisciplinario.
Las vivencias acumuladas en proyectos como “Fitzcarraldo” y su amistad con figuras como Monique Pardo durante su estancia en Iquitos enriquecen la narrativa de un artista cuya vida trasciende los límites de la música.
Tal vez el papel más recordado como actor de Jagger sea en “Freejack”, de 1992, en la que ofrece a los espectadores una visión alternativa del carismático músico en un rol futurista. Este proyecto, al igual que sus experiencias previas, subraya la persistencia del artista en su afán por desempeñarse en un ámbito tan competitivo y diverso como el cine.