Perú registra dos casos confirmados de sarampión, según informó hace unos días el Ministerio de Salud (Minsa). Los afectados son un joven de 21 años, quien se cree contrajo la enfermedad en Europa, y una menor de 10 meses, ambos residentes en Surco.
No obstante, el número de casos confirmados serían más. El Minsa señaló que están investigando 34 casos sospechosos de sarampión y que están a la espera de confirmación mediante análisis de laboratorio o la recolección de una segunda muestra sanguínea.
Estas noticias han despertado cierto temor en la población, principalmente en los residentes del distrito de Surco debido a que la mayoría de los casos sospechosos provendrían también de esta misma comuna, lo que pone en manifiesto que la enfermedad es altamente contagiosa.
Ricardo Peña, viceministro de Salud Pública, mencionó que en un contexto donde la población tiene una susceptibilidad moderada, un individuo contagiado con esta enfermedad puede transmitirla a hasta 18 personas simultáneamente con facilidad.
¿Cómo se contagia el sarampión?
Según indicó una representante del Minsa a Infobae Perú, el contagio de la enfermedad se de forma directa, es decir, de persona a persona.
“Se produce de una persona a otra mediante el contacto con fluidos corporales o secreciones, tales como la saliva, mocos, o cualquier partícula expulsada al toser, estornudar, hablar o simplemente respirar cerca de otra persona. Cuando estas partículas, que pueden contener virus o bacterias, entran en contacto con otra persona, ya sea a través de las mucosas de la nariz, la boca o los ojos, pueden transmitir la enfermedad, provocando el contagio”, indicó.
Por esta razón, es fundamental cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar, y mantener distancia de quienes no lo hacen, dado que el virus se transmite a través del aire.
Síntomas del sarampión
El sarampión se manifiesta inicialmente con síntomas como alta fiebre, congestión nasal, ojos rojos, dolor de garganta, tos y pequeñas manchas blancas dentro de la boca, seguido por la aparición de erupciones rojizas en la piel.
Esta afección evoluciona en tres fases: la inicial o prodrómica, caracterizada por síntomas semejantes a los de un resfriado, incluyendo fiebre alta y malestar general. En la fase de brote, se observan las erupciones rojas en distintas partes del cuerpo y un incremento significativo de la fiebre.
La etapa final, conocida como fase de recuperación o seca, marca el comienzo de la mejora del paciente. No obstante, es posible enfrentar complicaciones durante las fases anteriores.
¿Qué hacer para prevenir que la enfermedad se agrave?
Si una persona ya ha sido diagnosticada con la enfermedad, lo primordial es verificar que ésta cumpla con todas las indicaciones del médico especialista, como la ingesta de medicamentos exclusivos para contrarrestar los síntomas como la fiebre.
Es importante que la persona se mantenga en reposo para que el cuerpo tenga la reserva necesaria de energía para luchar contra la infección. Asimismo, aislar al paciente a fin de que la enfermedad no se propague en las personas cercanas.
El Minsa recomienda también no automedicarse, estar en constante hidratación, consumiendo suficientes líquidos durante el día, y en caso de presentar dificultad para respirar, regresar al centro de salud más cercano.
.