Conoce cuál fue el lugar más sagrado de los incas y que fue saqueado por tres españoles

Situado en Cusco, este santuario era el altar más sagrado del imperio incaico, y en él convergían la historia, la religión y la arquitectura para adorar al sol

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Este templo, ubicado en Cusco, fue el altar más venerado de su imperio, en donde se unían la historia, la religión y la arquitectura en un culto al sol sin comparación.
(Rap Travel)
Este templo, ubicado en Cusco, fue el altar más venerado de su imperio, en donde se unían la historia, la religión y la arquitectura en un culto al sol sin comparación. (Rap Travel)

En medio de los enigmáticos paisajes del Perú, surgen historias y leyendas que capturan la imaginación de propios y extraños en busca de respuestas sobre el pasado glorioso de las civilizaciones antiguas. Entre los majestuosos vestigios del Imperio Inca, dos nombres resuenan con fuerza: Machu Picchu y Pachacamac, lugares que han monopolizado durante años el interés de historiadores y turistas. Sin embargo, más allá de estos icónicos parajes, existe un sitio que, según registros menos divulgados, ostentaba la posición del espacio más sagrado dentro del mundo incaico.

Este lugar, a diferencia de Machu Picchu, con sus terrazas escalonadas y centros ceremoniales, o Pachacamac, escenario de uno de los encuentros más determinantes entre incas y conquistadores, encierra un misticismo aún más profundo, arraigado en la esencia misma de la cultura inca. Era aquí donde los soberanos del Tahuantinsuyo se encomendaban a los dioses y realizaban los rituales más trascendentales para asegurar la prosperidad y estabilidad de su imperio. La historia y la religión se entrelazan en este punto para revelar aspectos desconocidos que resaltan la complejidad y riqueza de una civilización que, incluso hoy, sigue siendo causa del asombro y admiración.

¿Cuál fue el lugar más sagrado de los incas?

La civilización Inca surgió como uno de los imperios precolombinos más influyentes en la región andina, prosperó desde el siglo XII hasta que fue sometida por los conquistadores españoles a mediados del siglo XVI. Este imperio, conocido como el Tahuantinsuyo, se caracterizó por una organización estatal avanzada, notables logros en arquitectura y una extensa red de caminos que cruzaban la cordillera de los Andes, lo que demostró su compleja ingeniería y cohesión territorial.

Dentro de su estructura social y cultural, los incas otorgaban una importancia primordial a sus creencias espirituales, veneraban diversos lugares sagrados o huacas, que actuaban como centros de culto y peregrinación. Dos de los sitios de mayor relevancia espiritual eran Pachacamac y Coricancha, según destaca el historiador del canal de YouTube “La Biblioteca de Merlín”. Este último, el Coricancha, ubicado en lo que hoy es Cusco, era un complejo templo dedicado al culto del Sol, y era considerado el lugar más sagrado del imperio incaico, incluso por encima de Machu Picchu en términos de significado espiritual.

la sombra de las conocidas Machu Picchu y Cajamarca yace el Coricancha, el tesoro menos explorado del Perú, cuyos secretos y simbolismo lo constituyen como el verdadero corazón espiritual del mundo inca.
(Foto: Peru Rail)
la sombra de las conocidas Machu Picchu y Cajamarca yace el Coricancha, el tesoro menos explorado del Perú, cuyos secretos y simbolismo lo constituyen como el verdadero corazón espiritual del mundo inca. (Foto: Peru Rail)

¿Qué características hacían único al Coricancha?

El Coricancha, templo supremo del Imperio Inca, sobresalía gracias a sus distintivas características, posicionándolo a la vanguardia de los sitios espirituales en el Tahuantinsuyo. La transformación que sufrió bajo el mandato de Pachacútec marcó el inicio de una era dorada para este santuario. Pachacútec, insatisfecho con la simplicidad inicial del templo, emprendió una ambiciosa remodelación para dignificar la morada de Inti, el dios Sol.

Este proceso de reconstrucción, destacado por la gran cantidad de mano de obra empleada, se realizó en un tiempo relativamente corto, lo que dotó al Coricancha de una opulencia sin precedentes. Como señalaba el historiador Merlín, a través de su canal de Youtube, Pedro Cieza de León describió al Coricancha como: “las paredes estaban hechas de una piedra finamente labrada y en la parte superior tenían una especie de borde de oro. Las puertas y las portadas también estaban cubiertas de oro y las cuatro casas que se encontraban en este lugar, también poseían una recubierta de este magnífico metal”

La técnica arquitectónica empleada en este lugar sagrado, es otro de sus rasgos distintivos. Según el arqueólogo Amadeo Valer, los incas adoptaron un método constructivo único, caracterizado por el traslado de piedras parcialmente trabajadas desde las canteras hasta el sitio de construcción. Allí, a través de un meticuloso proceso de ensayo y error, ajustaban cada piedra hasta lograr un encaje perfecto, testimonio de su avanzada comprensión de la ingeniería y su búsqueda de la perfección estética.

Las “piedras cuña”, mencionadas por Valer, ilustran un detalle fascinante de la maestría inca en la talla de piedra. Estas piezas, diseñadas para llenar los vacíos entre las grandes piedras de los muros, no solo cumplían una función estructural, sino que también añadían un elemento de belleza intrincada a la construcción, por los que se destaca el equilibrio entre funcionalidad y estética que los incas perseguían en todas sus edificaciones.
Estas piezas, creadas para ocupar los espacios entre las enormes piedras de los muros, tenían un doble propósito: brindar soporte estructural y embellecer la construcción, resaltando así la armonía entre utilidad y belleza que los incas valoraban en sus obras.
(Composición Infobae Perú | Captura de foto)
Estas piezas, creadas para ocupar los espacios entre las enormes piedras de los muros, tenían un doble propósito: brindar soporte estructural y embellecer la construcción, resaltando así la armonía entre utilidad y belleza que los incas valoraban en sus obras. (Composición Infobae Perú | Captura de foto)

¿Por qué era considerado el lugar más sagrado?

El Coricancha se distinguía como el lugar más venerado dentro del Imperio Inca. Esta sacralización se derivaba no solo de su impresionante arquitectura recubierta de oro, sino también de su profundo simbolismo y riqueza cultural e histórica. Hernán Iván Hurtado Castro, en su artículo “Coricancha como artefacto de poder inca y un lugar sagrado como [proto] museo”, aborda como diferentes crónicas históricas resaltan el valor sagrado del Coricancha, enfocándose en su significado más allá del material.

A través de la investigación de crónicas, especialmente la obra de Juan Santa Cruz Pachacuti, se destaca una perspectiva única sobre el Coricancha. Este cronista no solo reconoce su importancia histórica y religiosa, sino que también lo compara con un trofeo de guerra, lo que simboliza tanto el resultado de conflictos como un medio para establecer la paz entre conquistadores y conquistados. Este análisis resalta el Coricancha como un eje de poder, sacralidad y autoridad inca, lo que une diversas facetas desde lo espiritual hasta lo sociopolítico.

Explorando el enigma del Coricancha, el lugar que, en la vastedad de los Andes, era considerado el epicentro espiritual del Imperio Inca, eclipsando incluso a las famosas Machu Picchu y Cajamarca en su sacralidad.
(Boleto Machu Picchu)
Explorando el enigma del Coricancha, el lugar que, en la vastedad de los Andes, era considerado el epicentro espiritual del Imperio Inca, eclipsando incluso a las famosas Machu Picchu y Cajamarca en su sacralidad. (Boleto Machu Picchu)

¿Cómo fue la caída del Coricancha?

La caída del Coricancha se desencadenó con la llegada de los conquistadores españoles a Cusco, un evento que marcó el destino del Imperio Inca. La captura de Atahualpa en Cajamarca fue el preludio de una serie de saqueos que llevarían al despojo de los tesoros acumulados por siglos en el Tahuantinsuyo, uno de esos fue el Coricancha como uno de sus principales objetivos.

Según narra el historiador Merlín, en 1533, a instancias de Francisco Pizarro, tres españoles -Martín Bueno, Pedro Martín y Zárate- fueron enviados específicamente a Cusco con el fin de extraer las riquezas del templo.

“Fue saqueado en 1533 y Francisco Pizarro envió 3 españoles para el desmantelamiento. Martín Bueno, Pedro Martín y Zárate, llegaron a Cusco y empezaron a sacar las planchas de oro que se encontraban dentro del templo”, relata Merlín, sobre uno de los episodios más trágicos en la historia de este santuario.
Descubriendo el misterio del Coricancha, considerado el corazón espiritual del Imperio Inca en los Andes, superando en sacralidad a Machu Picchu y Cajamarca.
(Foto: Viajero Errante)
Descubriendo el misterio del Coricancha, considerado el corazón espiritual del Imperio Inca en los Andes, superando en sacralidad a Machu Picchu y Cajamarca. (Foto: Viajero Errante)

La obra “Religión en los Andes” de Sabine MacCormack ofrece detalles sobre la magnitud de este saqueo, reveló que se extrajeron hasta 700 planchas de oro. Ante esta situación, los cusqueños, probablemente abrumados y sin un liderazgo claro que los dirigiera, no opusieron resistencia y permitieron el completo desmantelamiento del sitio más sagrado para su cultura.

No obstante, la historia del Coricancha no termina con su saqueo. Sobre sus antiguas y sagradas fundaciones, la Orden de los Dominicos construyó lo que hoy se conoce como la Iglesia de Santo Domingo, un símbolo de la superposición cultural y religiosa que caracterizó la conquista española en América. Este edificio, que aún hoy se posiciona en Cusco, es un testigo de la transformación que sufrió la capital Inca, manteniendo viva la memoria de lo que fue el Coricancha en el tejido urbano y espiritual de la ciudad.

Además de proveer soporte estructural, la iglesia Santo Domingo incorporaba un toque de delicadeza a las edificaciones.
Foto: Boleto Machu Picchu
Además de proveer soporte estructural, la iglesia Santo Domingo incorporaba un toque de delicadeza a las edificaciones. Foto: Boleto Machu Picchu

¿Dónde se encuentra el lugar más sagrado de los Incas?

El Coricancha, uno de los símbolos más representativos y sagrados del Imperio Inca, se encuentra en la actualidad en la ciudad del Cusco, Perú. Esta emblemática ciudad andina, conocida como la “Capital Arqueológica de América”, guarda en su corazón los restos de este templo que alguna vez estuvo completamente revestido de oro. Situado a una altitud aproximada de 3 mil 400 metros sobre el nivel del mar, el Coricancha se erige en el centro mismo de lo que fue el núcleo del poder incaico, ilustrando la importancia estratégica y espiritual que Cusco tenía para este antiguo imperio.

A pesar de las transformaciones y los siglos transcurridos, el Coricancha continúa siendo un punto de referencia esencial para entender la riqueza y complejidad de la civilización inca, además de ser un lugar de gran atractivo turístico y espiritual en la moderna ciudad de Cusco.

Inti Raymi / Créditos: Y tú qué planes.
Inti Raymi / Créditos: Y tú qué planes.

Machu Picchu y Pachacamac: lugares sagrados para los incas

Machu Picchu fue una ciudadela construida como un lugar sagrado para la civilización incaica. En su interior se encuentran varios templos que fueron utilizados como lugares de culto y adoración de sus principales deidades.

Entre los templos sagrados de Machu Picchu se encuentran el Templo del Sol, el Templo de la Luna, el Templo del Cóndor, el Templo Principal o Wayrana, el Templo de las Tres Ventanas y el Intihuatana.

Mientras que en el caso de Pachacamac, se trata de un santuario arqueológico reconocido como el más importante centro ceremonial prehispánico de la costa peruana. Entre los templos sagrados de Pachacamac se encuentran el Templo Viejo, el Templo del Sol, el Templo de la Luna o Mamaconas y el Templo Pintado o Templo de Pachacamac.

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