Edson Vílchez Soto, un agente de la Policía Nacional (PNP), dejó morir a un gatito después de arrojarlo desde el quinto piso de un edificio en Juliaca (Puno), denunció este domingo la vocera de la Asociación de Defensa Animal ‘Proyecto Libertad’, Heidi Paiva.
“Exigimos su inmediata detención, se trata de un delito grave penado con cárcel efectiva. Que la institución demuestre que hace cumplir la ley sin distinción”, demandó la activista en un mensaje difundido en su plataforma de X, antes Twitter. De acuerdo con un despacho de Pachamama Radio, el maltrato animal ocurrió el pasado 7 de febrero.
Janet Mendoza contó que ‘Misho’ era la mascota de asistencia de su hijo, quien presenta trastorno del espectro autista (TEA). Las cámaras de vigilancia evidencian que el momento en que el felino descansaba sobre baranda de la escalera, cuando el efectivo lo empujó sin motivo aparente hasta producirle un shock y luego la muerte.
“Yo estaba de viaje por terapias de mi pequeño. Un familiar me hace una videollamada, hasta ese momento no sabíamos nada. Mi hermana ha ido a buscar [al atacante] y le dijo que era una broma, pero en las cámaras sale que lo ha lanzado con crueldad”, señaló Mendoza.
“Esperamos que las autoridades actúen contra este reprochable hecho, sancionando con todo el peso de la ley la crueldad del efectivo Vilchez. Ningún ser vivo merece un final así”, continuó. Hasta el momento, la institución policial no se ha pronunciado sobre el ataque perpetrado por este agente que labora en la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes), según medios locales. La legisladora Susel Paredes (Cambio Democrático-Juntos por el Perú) ha exigido una “sanción severa”.
Ocurre dos semanas después de que una perrita fuera enterrada viva en una tumba en Lambayeque y liberada días después por un joven que escuchó sus aullidos. En septiembre pasado, la pug ‘Dachi’ fue apuñalada en La Victoria (Lima) por Alonso Santa Cruz, quien fue sentenciado a un año y seis meses de cárcel por abandono y crueldad animal.
La cachorra recibió varias lesiones punzocortantes profundas de aproximadamente de hasta seis centímetros cerca de la zona torácica y abdominal, y se enfrentó a un daño medular que le imposibilitaría volver a desplazarse con normalidad. Su atacante, ahora recluido en el penal de Lurigancho, compartió el registro a través de Facebook.
Ese mismo mes, la gata ‘Blanquita’ fue lanzada dentro de una bolsa desde el piso 13 de uno de los edificios del condominio Alto Colonial, en el Cercado de Lima. Los vecinos denunciaron el maltrato en la comisaría Unidad Vecinal n.° 3, aunque el agresor no fue identificado. La felina sufrió fracturas múltiples en la cadera y hemorragia interna a nivel del bazo (que fue controlado posteriormente).
Otros dos casos —la agresión sexual contra ‘Moly’ y un baño con agua hirviendo a ‘Negrito’, ambos cachorros— pusieron al país ante el espejo de la violencia animal extrema, un delito que solo desde el 2016 empezó a castigarse con penas privativas de la libertad.
La Ley 30407, vigente desde entonces e impulsada por el excongresista Yonhy Lescano, reconoce a los animales como seres vivos con derecho a recibir un adecuado cuidado y tenencia apropiada.