La forma en que las personas se comunican varía significativamente de acuerdo al lugar donde se encuentren, el país donde nacieron o crecieron, el contexto de su crianza, entre otros. Lo cierto es que el lenguaje apareció casi tan pronto como el ser humano debido a la necesidad de expresión, y aunque existen otras formas de hacerlo, nada mejor que la claridad de una palabra para despejar cualquier duda.
Por supuesto, este también ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes contextos. Así, hoy en muchas partes del mundo tenemos idiomas diferentes que a su vez contienen palabras únicas.
En ese sentido, nos remitimos al idioma español, tan vasto que no importa en qué lugar de habla hispana te encuentres, siempre habrá expresiones diferentes, pero también algunas que son ampliamente conocidas y utilizadas, como es el caso de la palabra ‘tocayo’.
Actualmente, sabemos que el uso de este término en líneas generales es para referirse a una persona que tiene el mismo nombre que otra. Es decir, todos tenemos un tocayo y si no, lo encontraremos pronto.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene esta palabra y por qué es tan común no solo en Perú, sino también en otras partes del continente americano?
¿De dónde viene la palabra ‘tocayo’?
Como siempre, para dar con el origen de algunas cosas es necesario retroceder muchas épocas en la historia. En este caso, hay más de una teoría que explica de dónde viene esta palabra y se remontan incluso a tiempos prehispánicos.
La primera asegura que esta palabra tiene su raíz en el idioma náhuatl, que era hablado por los aztecas y aún se usa en México.
En náhuatl clásico la palabra ‘tocaitl’ era usada para referirse a una persona que tenía nombre o ‘de renombre’. De dicha expresión se desprenden palabras como ‘tocayotl’, que con el paso del tiempo daría lugar a la famosa palabra que hoy conocemos y usamos.
Sin embargo, también hay otras teorías que aseguran que esta palabra viene del latín, específicamente de la formula que se usaba durante la ceremonia del matrimonio romano: ‘ubi tu Caius, ibi ego Caya’, que significaba ‘donde tú eres Cayo, ahí yo soy Caya’. A su vez, los estudiosos afirman que esto hacía referencia ‘donde tú serás llamado Cayo, yo seré caya, somos tocayos’.
Existen quienes aseguran que esta versión es poco verosímil, y más bien ubican la palabra en el lenguaje español, específicamente en textos como el Diccionario de autoridades o el Corpus Diacrónico del Español.
No obstante, se cree que esto se debe a que hay menos registros del náhuatl de los que hay en español. Así, la versión más aceptable sigue siendo el origen azteca de la palabra que, por cierto, es bastante fraterna y denota cierta familiaridad al usarla.
Otras expresiones populares
Aunque tocayo es de uso bastante común, en Perú también tenemos algunas jergas y expresiones muy propias y particulares. Para muestra un botón, ya que solo hace falta remitirse a palabras como ‘causa’, que es un plato típico limeño, pero también se usa para referirse a un amigo cercano; ‘chamba’, que representa trabajo y hace referencia también a un grupo de personas trabajadoras; o ‘jato’, que significa casa, pero adicionalmente se usa para decir que alguien está durmiendo profundamente.
Otras palabras o jergas comunes en Perú están ligadas a las frutas, verduras y platillos, como en el caso de ‘zanahoria’, que usamos para dirigimos a una persona ingenua e inocente; ‘palta’, posiblemente de las más populares y que hace referencia a vergüenza o alguna situación bochornosa; y el clásico ‘piña’, en referencia a alguien con muy mala suerte.