La Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) publicó su reporte quincenal sobre la situación climática en nuestro país, en donde mantiene la “Alerta de El Niño costero”; evento que, según sus proyeccciones, se mantendrá hasta finales de verano, donde continuarán las condiciones cálidas moderadas en febrero y cálidas débiles en marzo.
Esta situación fue explicada en su reciente Comunicado Oficial N°03-2024 del Enfen. En el documento señala que en la región Niño 1+2 son más probables las condiciones cálidas moderadas en febrero y cálidas débiles en marzo. “En abril se espera una transición de condiciones cálidas débiles a normales. A partir de mayo es más probable un escenario de condiciones neutras (seguidas de condiciones frías), por lo pronto, hasta agosto”, señala el escrito.
Situación en el Pacífico Central
De otro lado, en el documento el Enfen refiere que en el Pacífico Central (región Niño 3.4), es más probable que las condiciones cálidas se mantengan hasta abril variando de moderadas a débiles. En mayo y junio son más probables las condiciones neutras, mientras que en julio y agosto las condiciones serán frías.
“El pronóstico vigente para febrero-abril 2024 indica la persistencia de las temperaturas del aire por encima de lo normal a lo largo de la costa norte y centro. Por otro lado, es más probable que las lluvias en la costa norte registren valores normales con eventos puntuales de lluvia de moderada intensidad; mientras que en la sierra norte las lluvias estarían entre valores normales y sobre lo normal”, detalla la comisión multisectorial del Enfen.
Posible crecida de ríos
De otro lado, entre los meses de febrero y mayo se prevén caudales en condiciones hidrológicas normales en los ríos de la zona noroccidental del país, con la posible ocurrencia de crecidas, principalmente, en febrero y marzo.
En la zona centro-occidental, se espera en promedio caudales normales, sin descartan eventos de crecidas repentinas que podrían afectar las actividades en los ríos y áreas aledañas, además de posibles activaciones de quebradas. Se prevén caudales en el rango normal a debajo de lo normal en ríos de la región hidrográfica del Pacífico sur y Titicaca.
Situación pesquera
En el ámbito pesquero, la caballa y el jurel mantendrán su disponibilidad para la flota artesanal, principalmente en la zona costera. Asismimo, para las próximas semanas, se espera que se mantenga la disponibilidad y la distribución de la merluza a niveles similares a los observados durante enero de 2024.
Asimismo, se espera que el calamar gigante o pota mantenga su disponibilidad a la pesquería, especialmente frente a la costa norte y centro.
“Se recomienda a los tomadores de decisiones tener en cuenta los posibles escenarios de riesgo, de acuerdo con el pronóstico estacional vigente y las proyecciones hasta agosto, con la finalidad de que se adopten las acciones que correspondan para la reducción del riesgo y la preparación para la respuesta”, exhortó el Enfen.
¿Fuertes vientos o lluvias son alertas de posibles sismos?
En un esfuerzo por desmontar mitos y ofrecer información precisa en el ámbito de la meteorología y la sismología, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) recurrió a su plataforma de X (anteriormente conocida como Twitter) para abordar una creencia popular largamente sostenida por la población.
Recientemente, tras el sismo en Huaral que alarmó a cientos de miles en Lima este 15 de febrero, resurgió el debate sobre si fenómenos climáticos como vientos fuertes o lluvias inusuales pueden ser indicadores de terremotos inminentes. Senamhi compartió un video con declaraciones del ingeniero Nelson Quispe, que rápidamente se ha difundido entre los usuarios, buscando ofrecer una explicación científica al respecto.
El ingeniero Nelson Quispe destacó, “mucha gente comenta que previo a un movimiento telúrico se dice que las condiciones atmosféricas cambian”. Sin embargo, fue enfático al señalar que “científicamente eso no está comprobado, por lo tanto, no hay ninguna asociación entre este tipo de eventos”. Sus palabras buscan clarificar que no existe correlación directa entre las variaciones del tiempo y la ocurrencia de sismos o terremotos, intentando así desmitificar una creencia arraigada en la percepción colectiva.