Perú mantiene la condición de “régimen híbrido” (régimen político donde confluyen rasgos autoritarios con democráticos), según el Democracy Index 2023 elaborado por la Unidad de Inteligencia de The Economist.
En el primer año la gestión de la presidenta Dina Boluarte, el país no recuperó la categoría de “democracia imperfecta” que perdió en 2022, principalmente, por el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y la violenta represión por parte del nuevo Gobierno contra las manifestaciones sociales.
En 2023, Perú obtuvo un índice de democracia de 5.81 de un máximo de 10 puntos. Este puntaje se promedia a partir de cinco indicadores: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política. Estos son los valores de la nación en el referido año:
- Proceso electoral y pluralismo: 8.75 puntos
- Libertades civiles: 6.47 puntos
- Funcionamiento del Gobierno: 5.71 puntos
- Participación política: 5.00 puntos
- Cultura política: 3.13 puntos
La calificación obtenida por Perú posiciona al país en el puesto 77 en el ranking global y en la posición 18 en el ranking de América Latina y el Caribe.
¿Por qué Perú no es una democracia?
Perú dejó de ser considerada una democracia en 2022. El Democracy Index 2022 atribuyó la degradación, principalmente, al fallido intento de Pedro Castillo de cerrar el Congreso y copar organismos autónomos; la asunción de Dina Boluarte y la violenta respuesta del nuevo Ejecutivo hacia las protestas.
“El autoproclamado golpe de Estado de Castillo fracasó casi de inmediato, a las pocas horas del anuncio. El Congreso destituyó a Castillo de su puesto y (policías) lo detuvieron cuando se dirigía a la embajada de México, donde se le había otorgado asilo político. El fallido golpe de Estado de Castillo tuvo una pretensión similar a la de un expresidente, Alberto Fujimori (1990-2000), quien disolvió el Congreso en 1992 en un intento por concentrar el poder”, se lee en el Democracy Index 2022.
The Economist consignó en su informe que “a pesar de la transición ordenada” la gestión de Boluarte se enfrentó inmediatamente a manifestaciones sociales en diversos puntos del país. En respuesta, el Ejecutivo declaró estados de emergencia y desplegó a policías y militares en zonas de mayor agitación.
“Se informaron más de 20 fallecimientos relacionados con las protestas en los días posteriores a la destitución de Castillo. En respuesta, Boluarte presentó al Congreso un proyecto de reforma constitucional para convocar a elecciones generales anticipadas e impuso un estado de emergencia por un mes. Debido a estos eventos, el puntaje general de Perú disminuyó en 2022 y el país ahora se clasifica como un ‘régimen híbrido’”, apuntó la publicación internacional.
Cabe precisar que el fallido golpe de Castillo y lo que vino después de ello no fueron los únicos factores que consideró The Economist para rebajar a Perú de una “democracia imperfecta” a un “régimen híbrido”.
Por ejemplo, la revista tomó en cuenta el “entorno político cada vez más inestable”. En este punto, hizo mención de que Perú, desde 2016, ha tenido 6 presidente y 3 Parlamentos. “Los puntajes de cultura política de Perú se encuentran entre los más bajos de la región, lo que refleja una polarización extrema y una alta tolerancia por reglas militares”, se lee en el Democracy Index 2022.
The Economist también responsabilizó al debilitamiento de la capacidad estatal durante el mandato de Pedro Castillo, quien se caracterizó por nombrar ministros cuestionados e incompetentes que a su vez nombraban funcionarios no calificados en las distintas instituciones públicas.
“Bajo el mandato de Castillo, la capacidad estatal se debilitó considerablemente debido a más de 80 cambios ministeriales durante su breve período en el cargo y el nombramiento de muchos ministros que carecían de experiencia relevante. Este legado pesará en la economía del Perú, así como en la calidad de su gobernabilidad y democracia, durante muchos años”, señala el Democracy Index 2022.