En los últimos cuatro años, Perú enfrentó una serie de desafíos tanto internos como externos que han impactado en la economía del país. Desde la pandemia del Covid-19 hasta la inestabilidad política y los efectos del Fenómeno El Niño, diversos factores contribuyeron al aumento generalizado de los precios a nivel nacional.
Esta situación se ve reflejada en una inflación anualizada que superó el 8 % durante más de un año, cifra cuatro veces mayor al objetivo del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Sin embargo, a pesar de estos contratiempos, Perú logró cerrar el 2023 con uno de los niveles de inflación más bajos de América Latina, situándose en un 3,41 % a diciembre.
En comparación con otros países de la región, como Colombia y México, cuyas tasas de inflación alcanzaron el 9,28 % y el 4,66 % respectivamente, Perú demostró una gestión relativamente efectiva en materia de control de precios. La rápida acción del BCRP, que comenzó a utilizar la tasa de interés de referencia desde agosto de 2021, fue fundamental en este proceso, anticipándose a medidas similares adoptadas por otros bancos centrales.
Según Mónica Muñoz-Nájar, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), esta pronta respuesta, combinada con la reducción de los efectos de eventos negativos como la pandemia del Covid-19 y los conflictos internacionales, ha contribuido a la disminución de los niveles de inflación en Perú. De hecho, para enero de 2024, la inflación ya se encuentra dentro del rango meta establecido por el BCRP, que oscila entre el 1 % y el 3 %.
La inflación afecta la canasta básica familiar
A pesar de estos avances, las familias peruanas continúan sintiendo el impacto de la inflación en su día a día. La inflación acumulada en los últimos cuatro años ha superado el 22 %, lo que significa un aumento significativo en el costo de la canasta básica familiar. Este incremento de precios ha afectado de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, reduciendo su capacidad adquisitiva y dificultando el acceso a alimentos y servicios básicos.
Si en el año 2019 la canasta básica tenía un costo total de 100 soles, en la actualidad se necesitan 122 soles para adquirir los mismos productos en la misma cantidad.
Las disparidades regionales también son evidentes, con ciudades como Madre de Dios, Áncash e Ica experimentando los mayores incrementos de precios, mientras que otras, como Puno, Lima y Apurímac, registran cifras más moderadas. Esta situación evidenció las desigualdades económicas y sociales en el país, agravando aún más la situación de aquellos con bajos recursos.
Para abordar estos desafíos, la economista enfatiza la necesidad de aumentar la inversión privada, cuya caída se estima en un 7,3 % para el año 2023. Un mayor crecimiento económico requiere de una mayor financiación en sectores clave, lo que a su vez contribuirá a la creación de empleo y al fortalecimiento de la economía nacional. Solo a través de un crecimiento sostenido y equitativo podremos superar los desafíos que enfrenta el país y garantizar un futuro próspero para todos los peruanos.
Los alimentos que costaron más en enero
En cuanto al panorama actual, el mes de enero de 2024 tuvo aumentos en los precios de varios alimentos, a pesar de la estabilización general de la inflación. Según el informe mensual del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), productos como la cebolla china, el apio y varias frutas han experimentado aumentos significativos en sus costos, lo que representa un desafío adicional para las familias peruanas.
- La granadilla sufrió la mayor variación, costando 22,9% más.
- La mandarina subió su precio en 21,3%.
- La papaya aumentó en 17,4% su costo.
- La piña se vende en 16,9% más.
- La fresa valió 15,8% más.
- El mango se vendió por 12,9% extra.
- El limón aumentó en 9,4% su precio.
- El durazno huayco costó 8,0% más.
- La naranja de jugo incrementó su costo en 5,2%.
- El plátano de seda costó 1,7% más.