SIMA: su contribución decisiva a la industria marina del Perú y su importancia en el continente

La evolución del SIMA, desde sus orígenes como Factoría del Estado, refleja el ingenio peruano en la industria naval, impactando significativamente el desarrollo nacional.

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Desde su fundación en 1950,
Desde su fundación en 1950, SIMA ha transformado la industria naval, destacando en la construcción y modernización naval, consolidándose como líder en Sudamérica. (Andina)

El talento peruano es una marca registrada en cualquier lugar del mundo en donde haya un compatriota. Pero en nuestro país, también hay gente que se encarga de demostrar de lo que somos capaces.

Un lugar que representa esta situación es el SIMA (Servicios Industriales de la Marina S.A.), un astillero naval que ha dejado su huella en la industria naval y la construcción metalmecánica.

Este sitio, constituido como empresa estatal de derecho privado, ha demostrado su capacidad para la modernización, diseño y construcción de unidades de la Marina de Guerra del Perú, así como su versatilidad en proyectos para el sector estatal y privado. Y esta es su historia.

Más allá de las olas

Enfrentando desafíos económicos, SIMA se
Enfrentando desafíos económicos, SIMA se adaptó y prosperó, desplegando tecnología de punta en la construcción y modernización de embarcaciones. (Andina)

La historia de SIMA se remonta al 22 de mayo de 1845, cuando, durante el gobierno del Mariscal Ramón Castilla y Marquesado, se estableció la Factoría del Estado en Bellavista, hoy parte del Callao.

Esta factoría se convertiría en uno de los principales establecimientos de su tipo en América del Sur. Su creación respondió a la necesidad de adquirir el vapor “Rímac”, el primer buque de guerra a vapor de la Armada Nacional del Perú.

Desde 1861, la factoría pasó a depender completamente de la Armada, y su Superintendencia de la Factoría Naval marcó hitos históricos, participando en la construcción del primer blindado de América del Sur, el “Monitor Victoria”. Durante la Guerra del Pacífico, la Factoría desempeñó un papel crucial, atendiendo las demandas de la Armada y el Ejército Peruano.

La guerra tuvo consecuencias devastadoras para la Factoría Naval de Bellavista, sucumbiendo bajo la destrucción de los invasores chilenos en 1881. A pesar de sus esfuerzos por preservarla, el gobierno no pudo salvarla de los estragos de la guerra.

Renacimiento en el Siglo XX

Desde fragatas hasta plataformas fluviales,
Desde fragatas hasta plataformas fluviales, SIMA ha liderado con éxito proyectos navales que destacan su capacidad y liderazgo en la industria. (Andina)

Acabado el horror de la guerra, la Armada Nacional del Perú reparó sus buques en el dique flotante de la “Compañía Peruana de Vapores y Dique del Callao” hasta su hundimiento en 1930. A partir de 1938, con la inauguración de un dique seco, se inició una nueva etapa para la Marina peruana, permitiendo la atención de buques de alto bordo.

Sería en 1950, bajo el gobierno del general Manuel A. Odría, que nació el Servicio Industrial de la Marina (SIMA), administrado por la Marina de Guerra del Perú.

En los años siguientes, SIMA se consolidó como un astillero de renombre, construyendo desde tanqueros y cargueros hasta fragatas misileras de clase Lupo en colaboración con el astillero italiano Fincantieri. A pesar de desafíos económicos, sobre todo en los años convulsos años 80, el SIMA retomó su impulso en el nuevo milenio.

Proyectos Emblemáticos

La colaboración con gigantes internacionales
La colaboración con gigantes internacionales como Thyssenkrupp y Fincantieri subraya la apuesta de SIMA por la innovación y calidad en sus proyectos. (Andina)

A lo largo de su historia, el SIMA ha liderado proyectos navales de envergadura, construyendo fragatas, buques petroleros, cargueros, buques escuela, y participando en programas de modernización de submarinos. Desde el histórico BAP Zorritos en 1956 hasta el moderno BAP Paita en 2022, SIMA ha marcado hitos en la construcción naval de Latinoamérica.

Otro ejemplo se dio en el 2016, cuando en SIMA Chimbote, se completaron las patrulleras marítimas “BAP Río Pativilca” y “BAP Río Cañete”, con tecnología de la empresa coreana STX Offshore and Shipbuilding.

Posteriormente, se construyeron las patrulleras “BAP Río Piura” y “BAP Río Quilca” en 2017. Además, SIMA ha destacado en la construcción de unidades fluviales, como las Plataformas Itinerantes de Acción Social con Sostenibilidad (PIASS) en SIMA Iquitos.

Y en el 2018, SIMA Callao inició un programa de modernización de submarinos tipo 209/1200, en colaboración con Thyssenkrupp Marine Systems GmbH de Alemania. El BAP Chipana, el primero en el programa, experimentó la etapa de desmontaje y corte del casco en 2018.

Forjando puentes y más

Con sedes en Callao, Chimbote
Con sedes en Callao, Chimbote e Iquitos, SIMA capitaliza su cobertura geográfica para fortalecer su liderazgo en la industria naval y metalmecánica. (Andina)

Además de su experiencia en la construcción naval, SIMA ha incursionado con éxito en el sector de la metalmecánica. Con 46 años de experiencia, ha construido 280 puentes de acero en todo el país. Proyectos como el puente Pachitea, de 356 metros de longitud, y el Puente Puerto Ocopa, de 163 metros, han conectado regiones y beneficiado comunidades.

En la fabricación de 116 Huaros, un medio de transporte tipo teleférico, SIMA ha demostrado su versatilidad en soluciones innovadoras para zonas remotas.

Los pilares del éxito

SIMA opera en tres centros: Callao, Chimbote e Iquitos. SIMA Callao es el corazón, con instalaciones para atender embarcaciones de alto y bajo bordo, talleres metalmecánicos y un centro especializado en sistemas de armas y electrónica.

La sede de Chimbote, inaugurada en 1975, ha liderado la construcción de embarcaciones pesqueras y patrulleras. La de Iquitos, desde 1972, se especializa en embarcaciones fluviales, como las PIASS.

A través del tiempo, la historia del SIMA no es más que un ejemplo de perseverancia y de innovación en la industria naval. Su capacidad para evolucionar con los años y abrazar nuevos desafíos es un testimonio de su compromiso con el desarrollo naval y la prosperidad del país.

En las olas de la historia, SIMA sigue forjando el futuro, recordándonos que cada nave construida es un paso hacia adelante en el viaje de Perú en el océano de la innovación y la excelencia naval.

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