La sala de arte Luis Miró Quesada Garland ha sido convertida en una oficina temporal para la cobranza de impuestos municipales, eliminando sus galerías que albergaban diversas exposiciones. Las funciones de arte están suspendidas, pues ahora de lunes a viernes se realizan pagos y trámites administrativos.
Residentes del distrito de Miraflores han expresado su descontento tras la decisión de la municipalidad de darle ese uso a la galería, pues esta acción es para ellos un desdén hacia la cultura.
Dicha medida, anunciada por el municipio, se justifica como una solución provisional hasta el 29 de febrero, lo que ha provocado una ola de críticas por parte de la comunidad contra la gestión del alcalde Carlos Canales.
La inconformidad ha cobrado fuerza en redes sociales, particularmente en el grupo de Facebook “El Destape Miraflores”, donde vecinos han calificado este cambio de función como un “desprecio inadmisible e imperdonable hacia el arte y los artistas plásticos de nuestro país”. Este sentimiento es compartido por varios miembros de la comunidad, quienes argumentan que el arte y el deporte parecen ser relegados ante las prioridades políticas actuales.
A pesar de la justificación del municipio, que reitera su “compromiso con la cultura” al declarar la temporalidad de la medida, las voces de rechazo sugieren alternativas de digitalización y uso de tecnología para la recaudación de pagos.
“Establecer una oficina específicamente para cobranzas parece pertenecer a la década de los 80, cuando no existían los avances informáticos de la actualidad. Hoy en día, es posible realizar pagos completamente a través de canales digitales”, señaló un usuario en redes sociales, evidenciando una preferencia por métodos más modernos y menos invasivos que no comprometan espacios dedicados al arte.
La situación ha llevado a cuestionamientos sobre cómo se valoran la cultura y el ambiente en Miraflores. “El alcalde está haciendo todo lo contrario de valorar la cultura y promover el cuidado del entorno”, expresó un vecino afectado por la decisión. Esta perspectiva es eco de la propuesta de especialistas y miembros de la comunidad de buscar alternativas a la conversión de espacios culturales en áreas administrativas, sugiriendo que “han podido alquilar un local y no cancelar el arte”, como indicó la vecina Lola Smith.
Entre las voces de la comunidad, también resuena la preocupación por cómo este cambio afecta no solo a los residentes de Miraflores, sino también a los visitantes y turistas que solían disfrutar de las exposiciones en la sala Luis Miró Quesada Garland. Julio Salviz, otro vecino, apuntó a una problemática mayor al mencionar que “el arte y el deporte no son importantes para los políticos”, una crítica que encapsula el sentir general de quienes ven en la medida una falta de sensibilidad hacia el valor cultural y social que representan estos espacios.
Centro Cultural Ricardo Palma transformado en oficina
Desde finales de 2022, un área del Centro Cultural Ricardo Palma, situado en el distrito de Miraflores, ha sido objeto de controversia por su uso como espacio de tareas administrativas, específicamente para el cobro de tributos. Esta situación fue revelada a través de consultas y debates generados en redes sociales, aunque la administración municipal confirmó este hecho, destacando que el espacio en cuestión se encuentra en el sótano de la instalación cultural.
La decisión de utilizar una parte del Centro Cultural para actividades administrativas ha generado un debate sobre la optimización de espacios públicos dedicados a la cultura. La movilización de usuarios en redes sociales refleja una creciente preocupación por asegurar que lugares de importancia cultural mantengan su propósito original. Por otro lado, las fuentes municipales han justificado esta medida como una solución temporal y necesaria, sin detallar los criterios empleados para tal elección o si existen planes para reubicar estas funciones administrativas en otro lugar.