En los primeros días de febrero, el aeropuerto Jorge Chávez fue escenario de un caos operativo, con no pocos usuarios reportando demoras en los vuelos programados. Las alarmas saltaron tras la primera queja, alimentando especulaciones sobre una posible huelga de los controladores aéreos afiliados a la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac), lo que desencadenó una crisis en el primer terminal aéreo del país.
En un comunicado emitido por el Sindicato Unificado de Controladores de Tránsito Aéreo del Perú (Sucta Perú), se aclaró que la situación caótica se originó por decisiones tomadas por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), las cuales llevaron a una reducción de personal, generando una sobrecarga de trabajo para el personal restante.
El periodista Paolo Benza, quien ha seguido de cerca este conflicto, describe estas acciones como una “huelga blanca” por parte de Corpac, en protesta por cambios en las políticas de gestión de horas extra y los protocolos de fatiga. Según Benza, los controladores solicitaron en múltiples ocasiones períodos de descanso de hasta 10 minutos entre vuelos, lo que contribuyó significativamente a los retrasos operativos.
Además, el comunicador reveló en un último informe que a finales de 2022, solo había 312 controladores aéreos en activo en todo el país, una cifra que ahora está pasando factura en forma de demoras y malestar entre los pasajeros. Sin embargo, otro aspecto que llama la atención es la situación salarial de los controladores aéreos.
Los altos sueldos de los trabajadores de Corpac
En cuanto a los sueldos, ser controlador aéreo se presenta como una de las opciones más atractivas en el panorama laboral peruano en términos de ingresos estables y competitivos. Según datos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), un controlador aéreo puede percibir un salario mínimo de 3.500 soles al mes, aunque este monto es solo el punto de partida.
Este sueldo puede variar dependiendo de varios factores, como las horas extras y el nivel de servicio alcanzado. Por ejemplo, aquellos que acceden a puestos de instrucción pueden disfrutar de aumentos salariales considerables.
Sin embargo, un informe de Punto Final en 2022 sugiere que los controladores aéreos pueden ganar entre 7 mil y 60 mil soles al mes, dado el reducido número de personal disponible, lo que los lleva a realizar horas extras de forma obligatoria.
Benza también alertó hace unos meses que los sueldos de 14 trabajadores aéreos de Corpac ya habían alcanzado o superado el monto máximo de 300 mil soles al año, mientras que ocho estaban cerca de alcanzarlo, según el Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe). Estos altos sueldos se deben a la gran cantidad de horas extras realizadas debido a la escasez de personal interno.
El centro de control radar es una de las áreas más afectadas por esta escasez, ya que los controladores deben pasar por cursos de especialización para ser ‘radaristas’. Este centro requiere un mínimo de 16 controladores en un mismo turno para operar de manera óptima.
¿Cuántas horas extras trabaja un controlador aéreo?
Según la regulación aeronáutica RAP 311, los controladores aéreos tenían permitido trabajar un máximo de 180 horas al mes, divididas en 144 horas regulares y 36 horas extras. Sin embargo, debido a la pandemia, el MTC, a través de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), autorizó una extensión de las horas laborales, permitiendo hasta 216 horas mensuales, es decir, 144 horas regulares y 72 horas extras, el doble de lo establecido.
Esta exención se mantuvo hasta el accidente ocurrido en 2022, tras el cual, y debido al escándalo subsiguiente, se revocó la excepción, devolviendo a los controladores al régimen de 180 horas.
En respuesta a esta situación, el sindicato de controladores aéreos, en una asamblea extraordinaria el 31 de enero, decidió no brindar apoyo a Corpac en sobretiempos hasta que se resolviera la problemática. Esto significaba que los controladores no realizarían ni siquiera las 36 horas extra reguladas.
En un comunicado emitido por Corpac, se explicó que se habían aumentado los tiempos de separación entre vuelos, lo que estaba afectando la regularidad de las operaciones aéreas en todo el país. Esta medida llevaba a demoras en el flujo de llegadas y salidas de vuelos en el Aeropuerto Jorge Chávez. La normativa establece que, cuando hay 16 o menos controladores en un turno, se debe ordenar una separación entre ellos por motivos de seguridad.
Los principales sindicatos aeronáuticos alertaron que esta política de separación de vuelos por parte de Corpac estaba causando retrasos en las salidas, que variaban entre los 30 minutos y las tres horas. Estas demoras afectaron a 120 vuelos y a un total de seis mil pasajeros, especialmente en ciudades como Ayacucho, Cajamarca, Jauja e Ilo.
Solución del Estado
El ministro de Defensa, Jorge Chávez Cresta, dio a conocer un plan para fortalecer el control del tráfico aéreo en el país. Según su anuncio, 50 militares de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) serán capacitados como controladores aéreos para intervenir en casos en los que Corpac no pueda hacer frente a la demanda, como sucedió recientemente en el Aeropuerto Jorge Chávez. Estos incidentes resultaron en retrasos y, en algunos casos, cancelaciones de vuelos.
El titular de la cartera detalló que estos militares recibirán formación de instructores brasileños y actuarán como una “reserva complementaria” en situaciones en las que se requiera apoyo adicional a los controladores aéreos. El objetivo es garantizar las mejores condiciones de navegación para pasajeros y aeronaves en caso de contratiempos.
Sin embargo, la preocupación radica en que, según el sindicato de controladores, durante los casi tres años de pandemia, solo se contrató a 15 nuevos controladores en todo el país, una cifra claramente insuficiente para cubrir la demanda existente. ¿Serán suficientes las medidas tomadas?