Exportación de pitahaya pinta bien

Como bien se sabe, el consumo de pitahaya a nivel mundial es bajo; pero, de la mano de una estrategia conjunta, exportación peruana de este producto podría romper esquemas

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La pitahaya o fruta dragón es una fruta exótica de color intenso. Fotos: Pinterest
La pitahaya o fruta dragón es una fruta exótica de color intenso. Fotos: Pinterest

En el primer año del gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016), cuando las agroexportaciones peruanas apenas superaban los US$ 6.000 millones, se estableció la meta de US$ 10.000 millones en envíos del sector agrícola. En ese entonces, con el ánimo de generar los incentivos para superarla lo más pronto posible, desde ComexPerú expusimos la necesidad de acelerar la ejecución de grandes proyectos de irrigación, que ampliarían la frontera de producción agrícola para exportación en 200,000 hectáreas: Majes Siguas II, Chinecas, Alto Piura, Chavimochic, entre otros, que se encontraban entrampados debido a la burocracia estatal, por falta de decisión política. Hoy, en 2024, siguen paralizados.

Para colmo de males, en diciembre de 2020, el Congreso de la República derogó la Ley de Promoción Agraria, herramienta normativa que fue la piedra angular para el despegue de las agroexportaciones peruanas, para motivar las inversiones en el campo y convertir desiertos en tierras aptas para el desarrollo de negocios agrícolas. Sí, una piedra más en el camino hacia la ansiada meta, que limitó las inversiones y la generación de empleo formal en el sector, e incluso hizo que empresas y grupos económicos exploraran alternativas de inversión en otros países.

En 2023, pese a las condiciones climáticas, con fuertes temperaturas que impactaron negativamente la producción agrícola, el sector alcanzó envíos al exterior por US$ 10.165 millones. Pero, más allá de triunfalismos, tendríamos que ser conscientes no solo del tiempo que tomó superar la meta, sino también de que este año se logró por efecto de los precios. Las condiciones climáticas golpearon todo el mundo, y al ser uno de los principales jugadores a nivel mundial en abastecimiento de determinados alimentos, la escasez de algunos nos benefició. Por ejemplo, nuestras exportaciones de arándanos, que registraron un crecimiento del 27% en valor, cayeron un 25% en volumen, lo que daría cuenta de un aumento del precio relativo por kilogramo de casi un 70%.

No obstante, al bucear en las cifras, un nuevo producto salta a la vista: la pitahaya. Si bien aún no existen registros oficiales sobre su producción en nuestro país, lo cierto es que se vienen dando luces sobre el éxito que alcanzarían nuestras exportaciones de este producto. El año pasado, los envíos de pitahayas peruanas al mundo alcanzaron los US$ 212.676, mientras que en años anteriores apenas se superaron los US$ 20.000. Es decir, con el resultado del año pasado, ya podríamos inferir que el periodo de envío de muestras habría concluido, para darle paso a un periodo de expansión o crecimiento en sus exportaciones.

Asimismo, el volumen exportado alcanzó los 96.440 kilogramos (kg), cifra muy superior a los 4.301 kg exportados en 2022. En lo que respecta a los destinos de exportación, Países Bajos se posiciona como el principal, ya que a ese mercado se dirigió el 71% de los envíos, seguido por Alemania (7%), España (6%), Reino Unido (5%), Canadá (5%) e Italia (3%).

Si bien los resultados de este cultivo están lejos de los mostrados por los principales productos de nuestra canasta agroexportadora —como arándanos, uvas, paltas y mangos, por mencionar algunos—, generan mucha expectativa de cara a los próximos años. Vendría bien ir pensando en una colaboración público-privada para promover la demanda de este producto en mercados selectos. Como bien se sabe, el consumo de pitahaya a nivel mundial es bajo; pero, de la mano de una estrategia conjunta, podría romper esquemas. Actualmente, nuestros envíos de pitahaya provienen, en su mayoría, de los departamentos de Lima y La Libertad, aunque Piura y Lambayeque ya se muestran como los principales productores.

Así es como seguiríamos diversificando nuestra canasta agroexportadora, de la mano con las herramientas promotoras del comercio exterior, gracias a una política comercial de apertura e integración con el mundo que trasciende hace años.

Rafael Zacnich
Rafael Zacnich
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