Las extorsiones a nivel nacional se han convertido en un delito común que tienen que enfrentar ciudadanos de todo el Perú. Según las denuncias registradas por las víctimas de este delito durante el año 2023, se puede identificar que estos casos aumentaron un 44% en el país, que llegó a un total de 22.302.
Los datos recopilados por el Sistema de Denuncias de la Policía (Sidpol) reflejan que al menos en 12 regiones del Perú los casos de personas afectadas por este delito presentaron un aumento de entre 100% y 220%, una cifra muy superior al promedio nacional, pero que refleja el estado actual de la seguridad ciudadana en estas zonas del Perú.
Los casos más alarmantes se presentan en las regiones de Amazonas y Ayacucho. Solo en el primer caso, se pasó de tener usualmente 103 denuncias a 330 durante ese periodo de tiempo, lo que implica un incremento de 220%. En la segunda región también se experimentó un aumento de estos delitos, aunque este es menor, ya que pasó de 117 a 351 (200%).
Por otro lado, se indica que los casos de Lima, Piura, La Libertad y el Callao son particulares, pues aunque no se superó el promedio de aumento de la presencia de estos crímenes, estas zonas del país concentran la mayor cantidad de denuncias con 14.870. Otras regiones como Cajamarca, Moquegua, Apurímac, Junín, Puno, Huancavelica, Loreto y Cusco sí tienen más de 100 % de crecimiento.
Gremios de construcción y bodegas: víctimas principales de extorsionadores
Aunque las denuncias por extorsión aumentaron, las modalidades por las que este crimen se ejecuta se han diversificado. Las víctimas más comunes suelen ser los gremios de construcción, transportistas y negocios como las bodegas.
De hecho, se ha registrado que al menos el 60% de estas son víctimas de extorsión, 20% sufren de cobro de cupos, mientras que el 15% está vinculada a los préstamos ‘gota a gota’ y el 5% es vulnerable a la actuación de tenderos según lo indicó la Asociación de Bodegueros del Perú.
El presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP), Andrés Choy, recalcó que los casos de extorsión no solo afectan la seguridad física y emocional del sector, sino que también obstaculizan el desarrollo de su economía al infundir miedo entre los empresarios, que como resultado dificulta el establecimiento de nuevos negocios.
Por ello, exhortó a las autoridades a implementar una respuesta firme con el fin de proteger su trabajo y garantizar su seguridad, que subraya se constituyen como pilares fundamentales para el crecimiento económico del Perú.
“Una bodega es una familia, en la bodega atendemos todos. Y todos se sienten amenazados. Los extorsionadores te dicen: sabemos dónde está tu esposa, tu esposo, el colegio de tus hijos. Te hacen un reglaje (...) Hay miedo ahora de abrir cualquier negocio puerta a calle, porque no se sabe si te extorsionan o te asaltan. Las autoridades deben darse cuenta de que la economía pequeña mueve el país y combatir ese delito”, explicó Choy.
Según los datos registrados por las asociaciones de bodegas de Lima y Callao, alrededor de 345 bodegas cerraron solo en los últimos seis meses del año 2023. “Últimamente, se han implementado delitos adicionales como el cobro de cupos y la extorsión, que es cuando ya te amenazan incluso contra tu vida si no les entregas entre 5 mil a 15 mil soles, cuotas que son imposibles de pagar”, explicó el vocero Andrés Choy.