El Gobierno de la presidenta Dina Boluarte reconoció este lunes que un miembro del Ejército fue detenido en la víspera durante un operativo para desarticular la banda criminal ‘Los Patrones de Ventanilla’.
Se trata del suboficial Werhli Mejía Samaritano (57), alias ‘Cachaco’, a quien se le incautaron dos fusiles de guerra, un lanzagranadas, dos escopetas, municiones de diferentes calibres y 6800 dólares americanos, según un despacho de Latina. Para la División de Homicidios y la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional (Dirnic-PNP), el militar sería proveedor de armas de la red delictiva.
“Esta es una muestra de que las fuerzas del orden están reaccionando de manera importante frente a estos grupos delincuenciales, así como contra quienes estarían siendo cómplices de las instituciones que están para cuidar a todos los peruanos”, declaró el ministro de Defensa, Jorge Chávez, en una rueda posterior al Consejo de Ministros.
Los otros dos detenidos durante la operación fueron Dalthon Trujillo Apolinario (28), alias ‘Diablo’, e Ida Manzanares Márquez (24), alias ‘Keka’. Según las investigaciones preliminares, ambos tendrían vínculos con ‘Los Tiguerones’, una de las bandas más peligrosas de Ecuador que opera con el apoyo aparente del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“[Se han incautado en total] seis fusiles, una ametralladora Uzi, cuatro cajas con 80 municiones, un lanzagranadas, dos escopetas y municiones de diferente calibre. [...] Todo soldado que se ponga al margen de la ley deja de ser soldado y se convierte en delincuente. Contra ellos aplicaremos todo el peso de la ley. No vamos a permitir que malos elementos manchen el uniforme de Bolognesi”, remarcó Chávez.
El titular también dispuso al Comandante General del Ejército, César Briceño, “prestar todas las facilidades, tanto al Ministerio Público como a la PNP, para desentrañar este caso en su totalidad e identificar si existen otros implicados”.
La desarticulación de ‘Los Patrones de Ventanilla’ ha llegado un día después de que el general Carlos Céspedes, jefe de la Dirnic, confirmara que una de las armas que acabó con la vida del excandidato presidencial ecuatoriano, Fernando Villavicencio, era de origen peruano.
“Ya los policías [de ese país] nos han informado al respecto que al menos una de las armas que han sido utilizadas para perpetrar este execrable crimen tendría registro nacional”, reconoció en Punto Final. El fusil habría sido un AR-15, que en el mercado negro peruano se puede adquirir por $1.500, mientras que en tierras ecuatorianas su valor asciende a los 10 mil dólares, según el dominical.
El jefe de Gabinete, Alberto Otárola, anticipó en la misma rueda de prensa que Boluarte ha encargado una investigación al respecto a la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de uso Civil (Sucamec).
“Vamos a tomar todas las medidas que permitan no solamente reducir la delincuencia, sino a aquellos malos funcionarios o ciudadanos que pretenden traficar con las armas, generando todo el daño que conocemos”, dijo.
Policías ladrones
A mediados de enero, el excomandante general de la PNP, Jorge Angulo, admitió que dos agentes de la unidad de Inteligencia de la institución habían participado de un asalto a una joyería de Magdalena del Mar.
De acuerdo con las cámaras de videovigilancia, el suboficial de tercera Víctor Alayo, vinculado a la red criminal ‘Los Charapas’, irrumpió en el establecimiento con su arma de reglamento y redujo a una de las trabajadoras. En medio del pánico, otro agente ―a quien no se identificó— rompió una de las vitrinas y sustrajo las joyas con ayuda de otro delincuente.
El monto robado alcanzó los 30 mil dólares. El ministro del Interior, Víctor Torres, anticipó penas drásticas contra los implicados en este “hecho lamentable” y remarcó que la institución no hacía “ningún tipo de espíritu de cuerpo”.
“Todo el peso de la ley va a caer sobre ellos luego de las investigaciones que en este momento se encuentran a cargo, de manera administrativa, de nuestra Inspectoría general, y por el lado penal sigue su curso. Repito: que el peso de la ley caiga de forma contundente sobre estos malos elementos”, zanjó.