En las profundidades del Vraem, la Policía Nacional del Perú (PNP) llevó a cabo un operativo contra el narcotráfico, según revela un informe de Contracorriente. El enfrentamiento ocurrió en el sector Carrizales, donde las fuerzas policiales pusieron a prueba su valentía contra narcotraficantes locales. El objetivo era un campamento que albergaba un laboratorio de maceración de coca, destinado a la producción de pasta básica de cocaína.
Los agentes lograron tomar el control de la poza de maceración, un paso crucial en la cadena de producción de drogas ilícitas. Esto destaca la constante lucha que enfrenta la policía en el distrito de Pichari, ubicado en el Vraem, la región cuzqueña con la base policial más grande. En esta zona, los agentes encontraron costales cargados de ladrillos de cocaína con un distintivo logo de un caballo, revelando vínculos entre narcotraficantes peruanos y la mafia italiana.
Los análisis posteriores confirmaron la excepcional pureza de la droga incautada. Este descubrimiento refleja la magnitud del problema del narcotráfico en la región y sus conexiones internacionales.
El jueves por la mañana, se ejecutó un operativo integral contra el narcotráfico peruano en el Vraem, donde las fuerzas del orden enfrentan desafíos incluso en territorios controlados por Sendero Luminoso. Al cruzar puntos ciegos y riesgosos, el coronel a cargo recibió un aviso sobre un pozo, una señal común en la zona. Durante la operación, se observó el secado de hojas de coca, indicando la persistencia del problema en la región.
Captura de los ‘Bravos del Sur’ y las rutas de la cocaína hacia Chile y Bolivia
La guerra contra el narcotráfico internacional en el Vraem tuvo un importante avance con la captura de los ‘Bravos del Sur’. Esta organización tenía una red especializada en la exportación de cocaína hacia Chile y Bolivia, utilizando diversas modalidades de transporte, desde vehículos hasta desplazamientos a pie.
El líder de la organización, Enrique Lapa Pérez, conocido como “Gringo”, supervisaba la elaboración, producción y distribución de la droga. Sorprendentemente, los narcotraficantes utilizaban el lago Titicaca para enviar cocaína hacia Bolivia, aprovechando la falta de control fluvial por parte de la policía.
La investigación, iniciada el 27 de octubre, reveló detalles impactantes. El tres de diciembre, un taller en Huamanga, Ayacucho, sirvió de punto de partida para el transporte de drogas hacia Bolivia. Las intervenciones telefónicas evidenciaron la participación de chilenos en la operación, adueñándose de la coca incautada.
Tras un primer fracaso, se coordinó un operativo que abarcó diversas ubicaciones, desde Puno hasta Arequipa. La incautación de 4 camionetas valuadas en más de un millón de soles fue un golpe significativo a la red de narcotráfico.
Emboscada y tragedia en el Vraem
Sin embargo, la lucha contra el narcotráfico en el Vraem no está exenta de tragedias. El año pasado, al menos siete agentes de la PNP perdieron la vida en una emboscada perpetrada por “presuntos terroristas con armas de fuego de largo alcance”. El ataque ocurrió en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro, la mayor cuenca cocalera del país y una zona donde persisten los remanentes de Sendero Luminoso.
Las autoridades expresaron su pesar por la pérdida de los valerosos efectivos y anunciaron investigaciones para determinar a los culpables y su conexión con los remanentes de Sendero Luminoso. Imágenes difundidas en medios locales muestran la magnitud del atentado, con vehículos dañados y cuerpos de policías en el camino.
La trágica emboscada resalta la complejidad de la situación en el Vraem, donde la lucha contra el narcotráfico se entrelaza peligrosamente con la presencia de grupos terroristas. La región continúa en estado de emergencia, evidenciando la necesidad de estrategias integrales para abordar los desafíos que enfrenta la seguridad en esta área crítica del país.