La semana laboral de cinco días existe como tal, aproximadamente, desde los ochentas. En Perú, inclusive hay varios trabajadores que laboran seis días, dada la alta tasa de informalidad el país —alrededor del 75,7% del total de empleados, según la última Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)—.
Así, las tendencias actuales favorecen el bienestar, los pedidos para tener más tiempos libres y ser consumidos menos por el trabajo —y evitar el agotamiento laboral—, sobre todo luego de haber pasado por la pandemia del COVID-19 en que las empresas tuvieron que instaurar regímenes de trabajo remoto, que aumentó el sedentarismo, la ansiedad e hizo bajar la actividad física, según un estudio de la Revista de la Facultad de Medicina Humana de la Universidad Ricardo Palma.
Es un hecho que el trabajo cambió. Y, en Perú, actualmente, el agotamiento laboral es uno de los indicadores que andan al alza. Aunque las cifras no superan el ‘burnout’ durante el año de la pandemia —el 89% indicó haber padecido este cansancio—, del 2022 al 2023 aumentaron los peruanos que afirmaron experimentar este síndrome —de 66% a 78%—, según un estudio de Bumeran.
Frente a esto, el panorama de lo que se quiere de la vida laboral también ha cambiado, y así la propuesta de la semana laboral de cuatro días va ganando más terreno. ¿Sabías que ya varios países han realizado pruebas piloto para ver sus ventajas? Por eso, Infobae Perú conversó con diferentes expertos para saber más de esta revolución laboral y qué tan listo estaría Lima y Perú para implementarla?
No son poco los países que ya está buscando activamente probar las ventajas (o desventajas) de instaurar una semana laboral de cuatro días. Uno de los más representativos ha sido Islandia, el cual ha llevado diversas pruebas entre el 2015 y 2019, en se ensayaron este cambio laboral con más de 2 mil 500 trabajadores —lo que representaba el 1% de la población activa—. Estos implicaron una reducción de las horas de trabajo, sin disminuir el salario, y resultaron en mayor o igual productividad, más bienestar para los empleados, y menor riesgo de agotamiento (’burnout’), según un informe la BBC.
Así también otros países han seguido esta tendencia, entre los que están Reino Unido, Nueva Zelanda, Finlandia y España. De los últimos pilotos que se realizaron y se planean, estos fueron en Valencia (España), República Dominicana y Alemania. En el primero, según un reporte de El País, se aprovecharon varios lunes festivos en los meses de mayo y abril del 2023 para probar esta iniciativa, lo que mejoró la salud y bienestar de los trabajadores, la calidad del aire, pero disminuyó en 20% en las ventas de los comercios y se dio mayor saturación de los servicios de emergencias médicas —según el informe elaborado del Ayuntamiento de Valencia—.
Los dos siguiente países que la probarán son República Dominicana y Alemania. A partir de este 1 de febrero, el primer país realizará el “Plan Piloto Voluntario de Semana Laboral Reducida”, el cual plantea reducir la jornada laboral de 44 a 36 horas, donde los trabajadores recibirán su salario completo, pero trabajaran 20% menos de la jornada usual, intentando mantener el 100% de la productividad.
En el caso de Alemania, desde febrero también 45 empresas alemanas y organizaciones harán la prueba de la semana laboral de cuatro días durante seis meses con salario íntegro—la iniciativa ahí es dirigida por la consultora Intraprenör, en colaboración con la ONG 4 Day Week Global, una de las organizaciones que busca este cambio—. En este país, se espera que esto pueda probar útil para afrontar la escasez de talento así como aumentar la productividad de los trabajadores.
La iniciativa de la semana laboral de cuatro días ha probado efectiva en ciertos aspectos, y ha contagiado hasta Latinoamérica: en abril el Congreso de Chile aprobó la reducción de la semana laboral de 45 a 40 horas, lo que habilita esta posibilidad. Sin embargo, Latinoamérica no es lo mismo que Islandia, y Perú, con una formalidad de más del 70%, vive un contexto sumamente diferente.
Hace unos meses el portal Bumeran sacó un estudio donde se reveló que un 73% de especialistas en recursos humanos, una gran mayoría, cree que es posible reducir la jornada laboral sin afectar los sueldos. Sin embargo, a pesar de esto, la encuesta mostró que en un 68% se cree que se pueden disminuir las horas de trabajo, mientras que 33% considera posible que se trabajen cuatro días. Por eso, Infobae Perú contactó a Bumeran para tener más alcances sobre esta encuestas y la propuesta de la semana laboral de cuatro días.
“Los especialistas en recursos humanos en Perú consideran viable disminuir la jornada laboral sin afectar los salarios, destacando a Perú, a nivel regional, como un país donde los expertos en recursos humanos ven más factible reducir la jornada laboral y mantener los mismos salarios”, contestó a este medio Dora Pinedo, jefa de marketing de Bumeran Perú.
A pesar de esto, un 84% señaló que en sus empresas no tienen planes inmediatos de implementar esta reducción, pero sí “el 94% opinó que las empresas con jornadas más cortas son más atractivas para el talento”. Asimismo, Pinero destacó que esta tendencia se relaciona con la necesidad de equilibrio entre la vida laboral y la personal, así como una forma de adaptación a nuevas dinámicas sociales; todo esto, atravesado por la forma en que la tecnología está transformando la forma de trabajar.
Por esto, “el 88% de los especialistas en RRHH sí cree que la tendencia a futuro apunta a la reducción de la semana laboral”, como se ha visto que ha empezado a brotar en el mundo. Susana Sugano, directora del Área Académica de Factor Humano y Gestión Pública de la Escuela de Postgrado UPC, comentó a Infobae Perú que esta tendencia “ha nacido a través de esta necesidad de ajustarse a lo que el talento busca ahora en los trabajos, que es tener mayor flexibilidad; y también a raíz de la pandemia las personas se han dado cuenta de que necesitan ese balance para poder equilibrar mejor tanto el plano personal como el profesional”.
“Entonces, las empresas han visto necesario incorporarlo dentro de la propuesta de valor para el empleado, de tal manera de que esta sea atractiva. Entonces no solamente basta una remuneración competitiva ni tener un buen posicionamiento de mercado, sino qué es lo que se le ofrece al colaborador”, revela Sugano.
Perú está entre los países que más trabajan, pero, así mismo, entre los que son menos productivos. “Lo que los informes reportan es que todavía se presenta mucha informalidad. Entonces, en ese sentido quizás también la falta de formación profesional en varios sectores podría afectar esos indicadores, que tenemos que trabajar más para poder lograr los niveles de productividad que otros países más avanzados, como en Europa, en donde el esquema de flexibilidad laboral ha tenido varios indicadores de éxito, donde se ha comprobado que las empresas y trabajadores reconocen que ha habido un aumento de la productividad reduciendo el número de los días a cuatro”, explica la experta Susan Sugano.
Para Dora Pinedo de Bumeran Perú la semana laboral de cuatro días es la tendencia que prevalecerá. “De acuerdo a nuestro a estudio Burnout 2023, el 43% de las personas trabajadoras indicaron que trabajan entre 45 y 50 horas semanales; el 29% de ellos indicaron más de 50; el 19% de trabajadores entre 35 y 45; el 5%, 25 y 35; y el 4% menos de 25 horas”, resaltó la jefa de marketing de la empresa.
Así, el panorama incluso muestra que los peruanos trabajan más de las 40 horas usuales, inclusive sumando un día extra de labores. La semana laboral de cuatro días podría probar ser beneficiosa para la masa obrera, y sin afectar la productividad.
Sin embargo, para Daniel Robles Ibazeta, abogado laboralista y socio de Robles Ibazeta Consultores, esto todavía sería difícil de aplicar para un contexto como el de Perú. “Si tu mantienes la misma remuneración de un trabajador y en vez de trabajar cinco o seis días va a trabajar cuatro, es altamente probable que ese costo lo va a asumir el empresario. Y a su va a tener una productividad menor”, explica para Infobae Perú.
Si bien en otros países se ha detallado con informes de los pilotos aplicados que la productividad no se afecta, Robles Ibazeta señala que es lógico que “si una persona producía 36 zapatos a la semana va a pasar a producir 30″. Asimismo, para el abogado laboralista es imposible que se genere una reducción de la jornada de trabajo, dada la cantidad de vacaciones, días feriados y licencias con goce de haber que asume el empleador, y que ya mantienen la semana laboral más corta durante el año.
“Si el empresario no asume el costo transaccional de esta situación, se lo traslada al trabajador, entonces lo que va a hacer es acordar una reducción del salario, pero esto en un país con el porcentaje más alto en el tema de la informalidad, ¿cómo negocios por bajo de salario mínimo? Es ilegal, no se podría”, detalla Robles Ibazeta.
En las opiniones sobre la reducción de la jornada de trabajo hay un contraste. Porque mientras el abogado laboralista detalla diferentes impedimentos para la semana laboral de cuatro días, varias experiencias en países detallan que, por ejemplo, la productividad no se afecta. ¿Por qué sería diferente en Perú?
“Si tú en Alemania como empleador, te da igual tener dos personas, porque el costo es el mismo o más bajo, y por el contrario, estás teniendo hasta dos trabajadores, con seguridad social y todo, y a ti no te cuesta más. En cambio, en el Perú es más caro tener dos trabajadores de seis horas uno solo que dos de doce. Entonces, este solo hecho hace que la semana laboral de cuatro días en el Perú sea muy cara de implementar”, revela el abogado laboralista.
En Alemania, ante las pruebas que se hicieron, el investigador de la Universidad de Ratisbona y del Instituto de Investigación sobre el Empleo, Enzo Weber, se mostró escéptico, dado que los resultados del piloto de la semana laboral de cuatro días fueron revelaron datos sobre la productividad a corto plazo (fueron hechos para seis meses), y “las empresas no suelen notar las consecuencias inmediatamente, sino a mediano plazo”, según se resaltó en DW News.
Sin embargo, Sandra Cubas, Regional Managing Partner de Cornerstone, firma global de consultoría estratégica de gestión de talento, respondió a Infobae Perú sobre cómo esta productividad sí aumentaría con menos días. “La reducción de la semana laboral podría ayudar a aumentar la productividad si se implementa analizando a detalle las características de la organización (políticas, madurez, cultura, entre otros), ya que puede fomentar una mayor concentración y eficiencia durante el tiempo de trabajo, permitiendo que los colaboradores descansen adecuadamente para mantener su rendimiento en niveles óptimos”, explicó.
De igual manera, Infobae Perú contactó con la agencia Mambo Perú, consultora de transformación de empresas, que actualmente lleva una semana laboral de cuatro días, instaurada en 1 de enero del 2020. Nicolás Aramburú, CEO y confundador, comentó que, a raíz de esta jornada innovadora de trabajo, la productividad se ha potenciado en todo sentido. “Vimos entre 30% y 40% de aumento, tanto en declarada como en ventas por cabeza”, agregó. Y aunque es difícil medirlo dada la pandemia (y las cifras muy malas de esa temporada), el CEO de Mambo sostiene que la operación actualmente es más saludable que antes del COVID-19.
Así, Aramburú cree que en la mayoría de industrias esta semana de cuatro días es el diseño correcto y va a ganar terreno. “Quizás en lugares donde hay atención al cliente y en retail es más complejo, pero creo que incluso ahí se puede innovar y pensar en nuevas maneras de sacarle valor a la gente”, agrega.
“La filosofía para mí es: si generas más bienestar en tu gente. esta va a ser más productiva, más entregada y va a estar más enganchada con tu propósito”, concluye el CEO de Mambo Perú.
Entonces, ¿no hay posibilidad de un piloto si quiera en Lima? Daniel Robles Ibazeta revela que primero se deberían hacer una serie de cambios a las leyes de trabajo en Perú. “El marco legal laboral, hoy, es carísimo. No resiste una jornada de seis horas porque estarías obligando CTS, vacaciones, una serie de conceptos. Si quieres bajar la jornada tienes que cambiar otros elementos; entre ellos una contratación menos cara”, enfatiza.
Asimismo, Dora Pinedo, de Bumeran Perú señala que para establecer un piloto para probar en Lima, se debe tener en cuenta los factores de cada organización, sector, la cultura laboral, así como el tamaño y las estructuras de las empresas que lo implementen. Inclusive depende del tipo de operaciones. Pero un punto más importante es la disposición del sector.
“En caso de implementar un piloto, será esencial realizar una evaluación de resultados durante y después del periodo experimental para determinar la efectividad y sostenibilidad a largo plazo. De este modo, la transición hacia una semana laboral más corta requerirá no solo la adecuación de la estructura organizativa, sino también un cambio cultural que respalde la flexibilidad y la eficiencia en el trabajo”, detalla Pinedo.
En el caso de las empresas, el apoyo del lado legal o de un estudio de abogados es importante si se busca implementar esta jornada. “Sobre todo también si tienes sindicatos donde hay acuerdos relacionados con el tema de la flexibilidad laboral. Un piloto es importante, los trabajadores deben estar informados, se debe estimular la participación de los empleados, hay que tener un protocolo de comunicación, y revisar el modelo que se ajuste más a la operatividad de la organización. Tener indicadores de productividad y de satisfacción de los colaboradores también es importante”, aporta Sugano.
En Islandia, se comentaba en la nota de la BBC, que a raíz del éxito de los ensayos de la semana laboral de cuatro días, esta medida obtuvo gran respaldo de trabajadores, pero también de empleadores. Así, se ha facilitado que más parte de la población activa del país trabaje menos horas. Si prueba efectivo en otros países a largo plazo, dada la tendencia creciente y preocupación de las personas de vivir más sanamente y descansar más, sobre todo si se prueba su productividad sostenida en el tiempo, pronto la cultura global del trabajo tendrá que adaptarse.