Con una población superior al medio millón de habitantes, al día de hoy, Iquitos continúa siendo la única ciudad peruana que solo se puede conectar con el resto del país por barcos, lanchas, aviones o avionetas.
Esto a pesar de que la capital de la provincia de Maynas, en el departamento de Loreto, es fuertemente impulsada por medio del turismo, uno de sus ejes económicos principales.
No obstante, si bien este punto de la Amazonía norte peruana resalta por su singularidad geográfica y de infraestructura, actualmente la ciudad enfrenta importantes problemáticas en materia de transporte, las cuales vienen causando un impacto directo en su desarrollo urbano con responsabilidad social y ambiental.
Iquitos, donde la naturaleza y la urbe coexisten todo el tiempo
A la fecha, acceder a la ciudad de Iquitos representa un desafío único debido a su ubicación, cuya ruta atraviesa las aguas del río Amazonas, el más largo del mundo.
Por esta razón, el ingenio y adaptación de sus ciudadanos al entorno amazónico resalta en el marco de la movilidad urbana, que destaca la relación única de la ciudad con su geografía, marcando una evidente distinción con otras metrópolis.
Bajo este contexto, la vida en la capital de la provincia de Maynas se convierte en una mezcla particular entre la modernidad y la tradición, así como un punto de convergencia donde la naturaleza y la urbe coexisten todo el tiempo, excluyendo la posibilidad de su llegada en automóvil.
Por lo tanto, hasta ahora, la primera alternativa de transporte es el viaje aéreo, mientras que la segunda es la navegación a través del Amazonas, una experiencia que dista mucho de lo cotidiano.
Además, en el interior de Iquitos, el paisaje urbano se transforma drásticamente. Los automóviles son reemplazados por motocicletas y mototaxis que se han convertido en el pilar del sistema de movilidad local.
¿Por qué los proyectos viales en la Amazonía representan un riesgo?
La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) explica en un artículo, publicado en su web de noticias, que los proyectos de carreteras en la Amazonía peruana pueden llegar a desencadenar consecuencias negativas tales como la deforestación y tráfico de tierras.
Por ello, resaltan que antes de implementarlos es necesario se realicen evaluaciones integrales, subrayando el desarrollo sostenible como un equilibrio imprescindible entre el derecho a la movilidad y la conservación del medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas.
De otra parte, la SPDA han desmitificado la percepción de las carreteras como sinónimos de desarrollo, argumentando que estos proyectos deben justificar su viabilidad económica, social y ambiental de manera rigurosa. Por lo tanto, la selección cautelosa de proyectos viales debe estar basada en datos técnicos a fin de reducir en gran medida las pérdidas económicas, la deforestación, y las actividades ilícitas.
Proyectos de carreteras en Iquitos causan polémica
En el caso puntual de Iquitos, por ejemplo, el año pasado el 4° Juzgado Constitucional de Lima ordenó la suspensión provisional de la ejecución de la carretera LO 105 Jenaro Herrera – Colonia Angamos, situada cerca de la frontera con Brasil.
La medida respondió a una solicitud de medida cautelar ligada a una acción de amparo iniciada en 2021, con el fin de proteger el medio ambiente y los derechos de Pueblos Indígenas en Situación de Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI), los cuales se vieron amenazados por la construcción de la mencionada vía.
De acuerdo al portal Cuencas Sagradas Amazónicas, la construcción avanzó sin cumplir estas disposiciones, involucrando, además, daños a bosques primarios y áreas de amortiguamiento de reservas naturales protegidas, acciones que constituyen un delito ambiental y transgreden normas específicas para la protección de los Piaci.
La situación fue documentada mediante informes oficiales y supervisiones de entidades como el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), que confirmaron las irregularidades del proyecto.
Asimismo, está la carretera Iquitos-Saramiriza, una vía que uniría la ciudad de Iquitos con la localidad de Saramiriza, a más de 400 kilómetros de la capital de Loreto.
Este proyecto, clasificado como de “necesidad pública e interés nacional” por el Congreso en 2017, buscaba mejorar la conectividad en la zona. Sin embargo, levantó cuestionamientos sobre el impacto que podría tener en el ecosistema y las comunidades locales.
La propuesta, promovida inicialmente por el Gobierno Regional de Loreto en 2016 y más tarde respaldada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, intentó abrir un corredor vial en una de las áreas con mayor biodiversidad del país, planteando un debate sobre si los beneficios previstos justificaban los costos ecológicos y sociales, tales como la posible afectación de tierras de pueblos indígenas.