Ana Estrada, quien luego de una larga lucha consiguió que se le reconozca su derecho a una muerte digna, se refirió a las distintas declaraciones de odio propaladas por el alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima, Rafael López Aliaga, el mismo que se autoproclama un fiel creyente católico.
En entrevista con La República, la psicóloga de 45 años que padece de polimiositis desde los 12 años lamentó la violencia en las expresiones del funcionario público.
“Creo que nos estamos acostumbrando a la violencia; desde que despertamos y vemos las noticias, todo es violencia. Y es curioso porque estamos acostumbrados a ver la muerte desde el lado violento. Cuando este señor (Rafael López Aliaga) dice que me tire de un edificio o que me corte las venas, todo es violento ahí”, declaró.
En ese sentido, reflexionó e indicó que el burgomaestre es solo uno más de las personas que, lamentablemente, tienen una visión cerrada y sesgada sobre la muerte, a la cual le atribuyen hechos negativos.
“Él está repitiendo obviamente lo que mucha gente dice, no solo de mí, sino de otras personas que en otras partes del mundo también están luchando por una muerte digna. Y es muy raro todo esto, porque te recomiendan hacer cosas como contratar un sicario o que tomes racumín, etc. Todas son muertes violentas, no pueden concebir la muerte como un tránsito en paz, con tranquilidad”, sostuvo.
Al respecto, la valiente luchadora detalló que, luego de pasar mucho tiempo en batallas judiciales con el Estado peruano y conseguir que todo salga a su favor, ya tiene planificado cómo será su último día de vida.
“Va a ser muy privado. Tengo lo que es más importante: el médico de mi confianza. Eso era lo que EsSalud no me quería dar y al final ya lo conseguimos. Con eso me quedo tranquila. [...] Para mí, la muerte fue en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de EsSalud. Fue una muerte violenta. Me cortaron toda. Acabaron con la vida que tenía. Y yo tuve que volver a nacer, sacar fuerzas y ponerme bien porque tenía un objetivo, tenía que luchar y llegar hasta donde estoy ahora”, expresó tranquila desde su hogar.
Agregó que, previo a ese día, desea acompañar a su amiga María Benito, quien fue diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), en etapa avanzada, y pidió que se le retire el respirador artificial para tener una muerte digna.
“El caso de María Benito es muy especial para mí. Nos consideramos amigas, formamos parte del mismo programa de salud y así nos conocimos. Ella tiene una enfermedad mucho más grave que la mía y su caso, considero, sería más fácil que el mío, porque ella no está pidiendo eutanasia, sino que se reconozca su derecho a rechazar el tratamiento terapéutico”, agregó Estrada al mencionado medio.
“Si te quieres matar, te tiras de un edificio”
En un acto de demostración de su crueldad, el entonces candidato presidencial por Renovación Popular y actual burgomaestre de Lima intentó deslegitimar la causa de Estrada. Al ser consultado por el caso, expresó lo que fue considerado por la defensa de la psicóloga como el mayor ataque de odio recibido en su larga lucha.
“Sobre la eutanasia, yo les digo algo: si una persona se quiere matar, es libre. Si te quieres matar, te subes a un edificio y te tiras. ¿Para qué busca que el Estado se entrometa en un tema tan privado? Si usted quiere matarse, pone su tina, se corta las venas, y ya está. Para qué mete al Estado”, declaró, haciendo gala de su falta de empatía y posición antiderechos.