Dina Boluarte no viajará a Puno, región que la rechaza: “Nunca dijimos que iba a ir a la fiesta de la Candelaria”

El jefe de Gabinete, Alberto Otárola, confirmó que la mandataria no arribará a la región del sur con ocasión de la celebración de la Virgen de la Candelaria, su fiesta más representativa

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Premier Alberto Otárola descarta que Dina Boluarte vaya a ir a Puno para la Fiesta de la Candelaria. TV Perú

La presidenta Dina Boluarte no viajará a la celebración de la Virgen de la Candelaria, la fiesta más representativa de Puno, donde los deudos de los fallecidos en protestas le invocaron abstenerse de participar en la festividad para no “generar caos” ni “más derramamiento de sangre”.

“(Ella) va a viajar a todo el país, no tiene ninguna restricción de hacerlo, pero nunca dijimos que iba a ir a la fiesta de la Candelaria o que se había puesto en concreto una fecha para este viaje. Creo que (la fiesta) va a ser exitosa y vamos avanzando a la reconciliación nacional”, confirmó este lunes el jefe de Gabinete, Alberto Otárola, después de participar en el Consejo de Ministros.

“Como jefa de estado tiene la obligación de coordinar con todas las autoridades; por ejemplo, hoy ha estado reunida con ocho gobernadores regionales y también con los alcaldes de todo el país”, agregó en la misma rueda de prensa sin ahondar en detalles.

La semana pasada, después de que Boluarte fuera agredida durante una visita a Ayacucho, el ministro Juan Carlos Mathews deslizó que continuaría con sus visitas a otras regiones, entre ellas Puno, donde ocurrió la jornada más sangrienta de las manifestaciones hace un año, ya que ahí murieron 18 personas en enfrentamientos con las fuerzas del orden.

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“Va a seguir viajando a todas las regiones que corresponda, donde haya obras que entregar y cerrar, y unas actividades que amerite su presencia. Ha habido fallas que el propio premier ha expresado. Y si se habla de continuar con los viajes, es porque se van a tomar todas las precauciones para que una cosa así no suceda”, dijo el titular de Comercio Exterior y Turismo.

El último jueves, familiares de las víctimas celebraron una conferencia de prensa en Puno en la que también pidieron a la Policía Nacional (PNP) y al Ejército que no participen con sus conjuntos de danzas “por el dolor que han generado”.

“Señora Dina Boluarte y Alberto Otárola, dejen en paz a Puno. Nosotros estamos aún con el dolor por la muerte de nuestros familiares. Sus presencias pueden generar un caos. No queremos más derramamiento de sangre”, dijo el presidente de la Asociación de Mártires y Víctimas en la Protesta Juliaca-Puno, Raúl Samillán.

El dirigente sostuvo que las acciones de Boluarte “solo aumentan el dolor y odio”, ya que el año pasado estigmatizó a las víctimas. Juliaca, ubicada a unos 1.300 kilómetros de Lima, fue el epicentro de las movilizaciones que exigían su dimisión, el cierre del Congreso y nuevas elecciones. Una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llegó hasta la ciudad andina mientras se celebraba una procesión con ataúdes y una misa comunitaria.

La presidenta Dina Boluarte fue agredida en Ayacucho cuando una mujer la insultó y le jaló el cabello. Video: Canal N

Rechazo en Ayacucho

El sábado pasado, Boluarte participó en la colocación de la primera piedra del asfaltado de una carretera en tres distritos ayacuchanos, cuando se dirigió a la población para lanzar caramelos. En ese momento, Ruth Bárcena, viuda de un asesinado en protestas, burló las medidas de seguridad y se acercó a encararla. En seguida, Ilaria Aimé, madre de un adolescente que recibió un disparo, jaló del cabello a la presidenta.

Aunque el Gobierno anunció que las tenía “debidamente identificadas”, hasta ahora no ha hecho mención a sus identidades ni ha asociado la agresión con las muertes en protestas, un caso por el que la jefa de Estado ha sido denunciada.

El exministro del Interior, Mariano González, consideró una “provocación” que Boluarte haya arribado a la región sureña. “Condeno tajantemente la agresión por parte de las señoras en Ayacucho, pero es claro el desencanto y el dolor. Es entendible la indignación”, dijo.

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