Francisco Grahl, el jale de Sport Boys que entrenó con Riquelme y Palermo en Boca Juniors: “Dejé a mi familia en Argentina para lograr cosas importantes”

Una historia de superación que incluye no tener botines en sus inicios como futbolista, jugar de sparring de la selección argentina, ser amigo de un campeón del mundo y ahora vivir su primera aventura fuera de su país natal en el Callao.

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Francisco Grahl, refuerzo de Sport
Francisco Grahl, refuerzo de Sport Boys en 2024, jugó en la reserva de Boca Juniors. Crédito: Instagram

Sport Boys busca ser protagonista en la Liga 1 2024 y, para ello, se ha reforzado con interesantes nombres del exterior. Precisamente, Francisco Grahl es una de las grandes apuestas del conjunto chalaco esta temporada, un volante mixto de gran trayectoria que en la plenitud de su juventud vistió los colores de uno de los equipos más grandes -sino el más grande- de Argentina: Boca Juniors.

Cuando no llegaba ni a la mayoría de edad, en La Bombonera pusieron los ojos sobre ‘Pancho’. Talentoso y de gran proyección, el mediocampista interesó al ‘xeneize’, que apostó por su pase como proyecto a futuro.

Grahl, entonces, jugó en la reserva de Boca, pero el sueño cumplido de jugar en un club tan importante como ese no lo pudo disfrutar como quiso. La vida -el fútbol- le jugó una mala pasada: sufrió duras lesiones en las rodillas que le impidieron explotar su máximo potencial.

De todas formas, compartió momentos únicos con cracks de talla mundial y esa experiencia dura en su juventud le sirvió como fortaleza en sus desafíos posteriores. ‘Pancho’, pues, escribió su propia historia, jugando en diferentes equipos pasionales de Argentina y ahora llegó a uno de los clubes más importantes del Perú: el Sport Boys del Callao. Con ‘la misilera’, espera dejar huella.

Francisco Grahl es uno de
Francisco Grahl es uno de los refuerzos de Sport Boys. Crédito: Prensa SBA

En entrevista exclusiva para Infobae Perú, Francisco Grahl evoca sus inicios precarios, pero felices en Almirante Brown. También hace un recuento de su trayectoria como futbolista y nos cuenta los sacrificios que tuvo que realizar para ser un nuevo guerrero en el primer puerto del país.

- ¿Cómo recuerdas el inicio de tu carrera como futbolista?

Era muy feliz. Me quedé con muchos amigos. Inicié mi carrera en Almirante Brown desde que tenía nueve años. Hice todo inferiores ahí y tengo muchos amigos y mucha gente querida del club, con la que sigo en contacto. Yo soy de Isidro Casanova y esa era el equipo del barrio. Era una infancia dura en el sentido de la economía y muchas cosas más, pero la verdad se disfrutaba y era muy lindo, porque iba a jugar para el club del cual era hincha yo y toda mi familia.

- ¿Qué tanto lo padeciste en lo económico? ¿Cuánto afectó?

Éramos cuatro hermanos, mi papá trabajaba y mi mamá nos cuidaba a todos. Éramos una economía de clase media-baja, por momentos de clase baja, por otros momentos era clase media, según cómo estaba el país. Pero prácticamente iba a entrenar caminando, yo estaba a unas 25 cuadras del club. Íbamos caminando con amigos a la cancha de Almirante, muy pocas veces en colectivo. Después, en los viajes, no teníamos para llevar nada, ni un jugo. También el no tener botines, creo que la gran mayoría de los jugadores la hemos pasado, pero bueno, la pasé con mucha gente amiga, disfrutando y transitando ese camino. No quedó ese dolor de no haber tenido unos botines de chico, sino que me quedaron muchos amigos, con los cuales vivimos cosas muy lindas.

- Imagino que ahora esos recuerdos son valiosos… ¿Y cuánto demorabas en llegar hasta la cancha?

Sí, estaban esas travesuras de adolescente y de chico en esa caminata hasta el club. Siempre con alegría, sin maldad y sin faltar el respeto a nadie, se disfrutaba mucho de eso. Más o menos demoramos unos 40 minutos, a veces una hora, pero se pasaba rápido.

- Tuviste pasado en Boca Juniors, ¿Cómo recuerdas esa etapa?

Fue una etapa que me marcó mucho como jugador y como persona en la fuerza mental, porque en sí fui al equipo al que cualquier jugador quisiera ir. Boca estaba en su mejor momento y yo estaba en Almirante Brown. El club se fijó en mí y pude llegar a la reserva de Boca. De los tres años que estuve, dos años la pasé lesionado, así que lo sufrí un montón, porque era el sueño estar ahí y no podía disfrutarlo. Como te digo, me dejó la fortaleza de salir adelante y también conocer gente que me ayudó mucho en mi carrera deportiva y en lo personal. El primer año que llegué, jugué el primer partido y me lesioné. Cuando volví, jugué seis meses y me volví a lastimar la otra rodilla, así que me hice muy amigo de los médicos, de los kinesiólogos, tengo muy buena relación con todos. Es un club en el que uno siempre soñó estar, no tuve la suerte de poder disfrutarlo al máximo. Tuve que transitar ese camino de fortaleza y de lesiones que tiene el futbolista.

Francisco Grahl y los aprendizajes que se llevó de su etapa en Boca Juniors.

- ¿Qué representó para ti que Boca Juniors se haya fijado en ti a tan corta edad?

Era un sueño. Un tiempito antes, yo había ido a Niza de Francia a una prueba. Estuve dos semanas y por cuestiones económicas y otras cosas entre clubes, no se pudo dar el traspaso. Yo me puse muy triste, porque tenía 17 años y el hecho de poder ir a jugar a Europa en un club como el Niza -imagínate- era algo hermoso. Pero bueno, Dios me llevó al camino de no ir a Europa y que después Boca se haya fijado en mí y darme esa posibilidad de formar parte del club.

- ¿Con qué cracks reconocidos compartiste en Boca?

Obviamente en reserva con Boca, uno iba a entrenar con Primera bastante seguido. Por nombrarte algunos, pude entrenar con Juan Riquelme, Martín Palermo, Hugo Ibarra y muchos otros jugadores reconocidos. Ahí en el club, por el barrio además, también me hice muy amigo de Leandro Paredes, que compartimos plantel en reserva y después generamos un vínculo fuera de la cancha. Hoy es campeón del mundo, no es para menos. Después muchos más como ‘Pichi’ Herbe, Nicolás Colazo, Fernando Evangelista, que estuvo jugando acá en Perú también, y muchos amigos que también fueron parte de la ayuda en la rehabilitación, porque todos los días pasaban por kinesiología a ver cómo estaba y darme su apoyo. Lo tengo presente hasta ahora.

Francisco Grahl sobre su amistad cercana con Leandro Paredes.

- Ahora también fuiste sparring de la selección argentina? ¿Qué anécdotas te dejó?

Yo me acuerdo que nosotros íbamos con la sub 17 de Argentina a entrenar martes y miércoles. Fuimos un día lunes, porque nos notificaron que teníamos que ir de sparring a disposición del técnico que era el ‘Coco’ Basile en ese momento. Ese día, hicimos unos remates a los arqueros y recuerdo que tuve una gran tarde. Convertí muchos goles y lindos goles, así que disfruté mucho ese día. Dos o tres compañeros más fuimos a hacer fútbol con ellos el día miércoles y recuerdo que me marcaba (Gabriel) Heinze, que del otro lado estaba (Javier) Pastore, (Martín) Demichelis , Tevez y justamente todos queríamos lograr ver a (Lionel) Messi, pero ese día fue uno de los que no entrenó por una sobrecarga. No lo vi. Me quedó esa mala espina de no poder cruzarlo y saludarlo, pero después todo lo otro fue felicidad.

- ¿Qué cosas puedes destacar de trayectoria como futbolista?

Muchas cosas. Yo debuté a los 17 años y me pasó rapidísimo el tiempo. Es increíble lo rápido que me pasó la carrera y la verdad que en estos momentos uno analiza y quiere disfrutar el día a día y conocer nueva gente. Creo que lo que más se rescata del jugador de fútbol es que comparte con muchas personalidades y muchos compañeros que piensan distinto, con otra ideología, otra religión y otra realidad (...) Futbolísticamente, uno ve otras cosas que antes no veía en el orden táctico, el juego, los perfiles… son muchas cosas que me hubiera encantado aprender a los 20 años y lo aprendí de más grande. Ahora trato de inculcarles a los chicos que lo aprovechen, que es algo que le va a dar años de carrera, como también cuidarse, entrenar de vez en cuando a la tarde. Son cosas que uno va adquiriendo en los años recorridos. Son muchísimas cosas que obviamente uno trata de adquirir para que le vaya bien en la vida. Me gustaría al día de mañana ser técnico también, estoy terminando el curso, ya me queda un año.

- Esta es tu primera experiencia fuera de tu país natal, ¿cómo afrontas jugar en el Perú?

Es mi primera experiencia lejos de mi familia. Mi señora y mis hijas se han quedado en Argentina y la verdad que es algo muy duro. Siempre hicimos todo para el bien de mis hijas y este era uno de los motivos por el cual vine solo, porque están terminando los colegios y era un cambio muy brusco para ellas. Es algo importante para mí, por eso yo hablo con mis compañeros y les digo que yo acá no solo vine a ver qué pasa en la Liga de Perú. Se lo transmití a los dirigentes también, que es una apuesta increíble para mí, no solo porque me gusta el fútbol de acá, porque me gusta el equipo o porque me gustaría lograr cosas con Boys, sino también porque uno deja a la familia, que ahora solamente la ve por el teléfono, que no le puede dar un abrazo a su hija, no puede comer con su señora y charlar. Son esas cosas que uno sacrifica y ojalá que dé sus frutos. La verdad que estoy muy contento por cómo me recibió el grupo. Tenía miedo de llegar a un país con otra costumbre, otras ideologías y cómo te reciben y la verdad que fue extraordinario. Todo el equipo, jugadores, utilería, kinesiología, me brindaron un apoyo y un acompañamiento espectacular en los primeros días, así que debo agradecerle a ellos, que son los que te hacen el día a día más fácil cuando uno está un poco bajón.

- ¿Cómo te sientes al representar a un equipo de gran cariño y pasión como el Sport Boys?

Desde que llegué, me lo remarcaron y me lo dijeron. Me entusiasmó mucho, por eso estaba muy ansioso de poder jugar el partido contra The Strongest para estar en contacto con la gente, porque el recorrido durante todo este año van a ser ellos y nosotros. Nosotros representando dentro de la cancha y ellos con su apoyo incondicional. La verdad que me pone muy contento, porque me ha tocado estar en equipos muy pasionales como Atlético Tucumán, Aldosivi, San Martín (SJ)... en Argentina la gente es muy pasional, pero me demostraron que Boys tiene un carácter de amor por el club y por la camiseta que te hace sentir parte de esto. Uno ya quiere ir a la cancha y compartir con la gente cada pelota disputada, cada remate al arco, cada cosa que pasa durante el partido y escuchar en las tribunas que no paran de alentar. Para el jugador es muy importante eso.

Francisco Grahl sobre el apoyo de la hinchada de Sport Boys.

- ¿Qué es lo que has podido conocer en este tiempo sobre el club?

Yo creo que el club tiene una ideología a futuro, está en una transición muy buena, en un proyecto de poner a Boys donde realmente merece estar, que es peleando por entrar a Copas y peleando el torneo local. Creo que es cuestión de tiempo y de este lado se entiende que la hinchada necesita resultados, que necesita estar peleando cosas, pero hay muchos ejemplos de clubes que iniciaron estos proyectos y lo que quieren es pelear cosas a futuro y lleva tiempo. Armar una estructura en todo lo que es el juego del equipo, en jugadores, en cuerpo técnico… De mi lado he visto que están proyectando, a nivel club, muchas cosas para el futuro y la verdad que ser parte del equipo me pone muy contento. Ojalá que sea este año y si no es este año, será el siguiente, pero no tengo duda de que si siguen trabajando de esta misma manera, Boys va a pelear cosas importantes.

- ¿Qué está pidiendo Fernando Gamboa esta temporada a ti personalmente y al plantel?

Son cosas realmente que se van viendo partido a partido. Por empezar, lo principal que él pide es intensidad, orden y juego, tres cosas puntuales que él nos exige día a día. Pero después obviamente hay equipos que te van a dejar tener la pelota y tenés que tener más juego; hay otros equipos que la tienen más y tenés que estar más ordenado. Depende siempre de los equipos que uno va a enfrentar, pero principalmente es eso. Tratamos siempre de estar a la altura y tenemos un plantel con mucha competición interna. Eso es muy bueno, porque estás todo el tiempo tratando de minimizar el margen de error, porque ya tenés un compañero al lado que puede entrar, o al revés, que está jugando otro y vos, si laburás bien, estás al límite de poder entrar.

- ¿Qué te han aconsejado tus compañeros que ya llevan más tiempo en el club, como el ‘Chengue’ Morales o Jesús Barco?

Consejos no exactamente. Solo charlamos, preguntamos algunas inquietudes que van surgiendo día a día en el club, pero lo que dicen siempre es que la gente es exigente, que es un club en el que uno tiene que salir a ganar todos los partidos. Uno como jugador siempre quiere salir a ganar, pero hay equipos que no te exigen como te exigen otros y algunos se estancan un poco, así que está bueno el hecho de estar todo el tiempo pensando y analizando cómo ganar, cómo jugar. Ellos mismos transmiten eso. Son referentes del plantel, que conocen bien el club y cada inquietud que tenemos lo charlamos con ellos.

- ¿Cuáles consideras que son tus virtudes y cómo puedes aportar al Boys?

A veces es difícil hablar de uno mismo. A mí me cuesta un montón. Por haber hablado con amigos o con técnicos, me dicen por ahí algunas virtudes que tengo: la organización de juego, trato siempre de ser opción de pase y de jugar. Eso es lo principal. Después, tengo buen remate a media distancia, llego bien al área, siendo volante trato de llegar al área para incomodar a los rivales. El orden táctico también me gusta mucho y creo que aporto bastante al equipo en ese sentido, estando adentro o afuera de la cancha.

Francisco Grahl, el refuerzo de Sport Boys en la Liga 1 2024.

- ¿Qué impresiones te dejó la ‘Tarde Rosada’ en lo futbolístico? ¿Cómo sentiste la conexión con la hinchada en el Callao?

En el partido dimos una muestra de carácter impresionante, porque salimos a presionar a un equipo grande. Es como el Boys, un equipo importante para su país, y salimos a jugarle igual a igual, generamos situaciones muy rápido, pero después destacar el carácter de que nos convirtieron gol y seguimos jugando igual a igual, buscando el partido como si hubiéramos estado 0 a 0. Va a pasar, habrá partidos que quizá va a haber algún error, y uno tiene que salir a revertir eso. Eso es lo principal para sacar adelante un partido, así que lo rescato. Con la gente, la verdad me fui muy feliz, hablé con mi señora después del partido, le conté que me hubiera encantado que hayan estado en esa tarde ahí con toda la hinchada, la emoción que tenían de ver a su equipo, y la ilusión que también comparten con nosotros de poder lograr cosas. Lo principal es dejar reflejado dentro de la cancha que no nos vamos a dar por vencidos nunca, y que nos vamos a representar mutuamente tanto en la tribuna como en la cancha.

- ¿Cuál es tu mayor propósito en el club? ¿Qué esperas lograr?

Yo siempre soy muy cauto, es difícil hablar de resultados. Siempre tenemos sueños y objetivos, pero la realidad es que el resultado también depende del rival, depende de un equipo en conjunto. Lo principal es entrar a una Copa internacional después de bastante tiempo y creo que tenemos un equipo para pelearlo, pero no lo puedo prometer. Sé que voy a dar lo máximo para tratar de lograrlo, de eso no tengo duda. En descanso, comida, entrenamiento, en todos los detalles. Haré lo mejor que me corresponde para poder buscar ese objetivo. Dejé a mi familia en Argentina para buscar este sueño de lograr cosas importantes y no voy a dejar pasar esta oportunidad.

- En tu carrera como futbolista, ¿qué sueño te falta cumplir?

Aunque parezca loco, mi sueño realmente era jugar en el exterior y lo estoy logrando ahora. Quizás a esta edad uno quiere jugar una Copa Internacional, algo que me tocó jugar con Atlético Tucumán y la verdad que fue un proceso hermoso en mi carrera, poder viajar y ver que la gente viaja a otro país para poder verte. La verdad que es algo hermoso. No sé si es un sueño, pero es un gran objetivo en lo personal poder jugar una Copa Internacional. Ojalá sea con Sport Boys para poder representarlo de la mejor manera.

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