Con una licencia profesional de masajes y un spa registrado con todas las de la ley ante las autoridades de Florida, Alba Agenbroad, una peruana de 43 años, mantenía oculto su imperio de la prostitución en el corazón de Miami Beach, en Estados Unidos, de acuerdo a denuncias formuladas ante las autoridades de ese país.
Eva, como la llamaban las presuntas víctimas de explotación sexual, tenía todo fríamente calculado. Según las acusaciones en su contra, a través de anuncios de trabajo buscaba mujeres jóvenes, principalmente latinas e ilegales, para el puesto de masajistas en su spa. Prometía darles buenas ganancias y falicidades en el horario, pero todo esto solo habría sido el ‘gancho’ para captarlas.
Por el testimonio de las denunciantes, se supo que una vez aceptada la oferta laboral de Eva eran obligadas a ofrecer servicios sexuales a todo tipo de hombres, quienes pagaban importantes montos en dólares por horas de placer. La ‘masajista’ que intentaba renunciar u oponerse a sus órdenes era amenazada con ser reportada como ilegal ante las autoridades norteamericanas.
Varias de estas jóvenes tenían hijas pequeñas por lo que, en su desesperación para no ser deportadas, terminaban pidiéndole a Eva que se “apiade” de ellas. Las supuestas víctimas de tráfico sexual contaron que las insultaba y trababa mal, las llamada “esclavas” y nunca podían decirle que no a un cliente. Sentían que sus cuerpos ya “no les pertenecían”.
Los ‘Masajes de Eva’
La acusada compartía, a través de Facebook, publicaciones con el título de Masajes de Eva, con las que ofrecía trabajo a mujeres para supuestamente hacer drenajes linfáticos y otros tratamientos afines. Las jóvenes pensaban que nada podía salir mal, pues la mujer tenía una licencia vigente como terapeuta, además de sus papeles en regla en ese país.
“Ofrecía buenos pagos y hasta un lugar bonito donde vivir. En un inicio, las sesiones iniciaban con un masaje de lo más normal, pero luego los clientes empezaban con peticiones sexuales que eramos obligadas a cumplir”, dijo una ciudadana colombiana, de 32 años, que habría sido su víctima.
Las primeras investigaciones dieron cuenta que el supuesto imperio del proxenetismo de Eva empezó en octubre de 2021 y se prolongó hasta marzo del 2023. La peruana habría dejado de captar mujeres ilegales, luego que fue denunciada varias veces. Todas las afectadas revelaban haber sido ‘contratadas’ con el mismo modus operandi, para luego ser explotadas sexualmente.
Se quedaba con el 60 % de las ganancias
En los partes policiales, las ‘masajistas’ aseguraron que la mujer se quedaba con el 60 % del monto entregado por los clientes, pero una de ellas lanzó una acusación mucho más grave: Eva habría intentó tomarle “fotos para modelaje” a la hija de 9 años de una de sus “esclavas”. La madre denunciante sospecha que quería ofrecer los “servicios sexuales” de la niña.
Transcendió que, luego de las reiteradas denuncias en su contra, Alba Agenbroad pasó a estar en la mira de las autoridades. Después de un importante avance en las investigaciones, no le quedó más que entregarse a la justicia para no empeorar su situación legal. Lo hizo el pasado lunes 22 de enero, pasada las 7 de la noche, ante la estación del Departamento de Policía de Miami Beach.
Eva está enfrentando actualmente cinco casos pendientes en la corte del condado, tres de ellos sobre órdenes judiciales. El último 23 de enero intentó salir bajo fianza, pagando una importante suma de dinero, pero un magistrado decidió rechazar su solicitud por temor a que pueda obstruir la investigación o darse a la fuga.
Las autoridades sospechan que Eva, quien también es procesada por trata de personas, tendría más víctimas que tienen temor de denunciarla. Pusieron a disposición de la comunidad latina sus líneas para recibir más casos.