La activista peruana Ana Estrada, quien ha estado abogando por su derecho a la muerte asistida desde 2019 debido a una enfermedad incurable y degenerativa, finalmente falleció el domingo 21 de abril. Meses antes había expresado su satisfacción al obtener la posibilidad de elegir al médico que la asistiría en la eutanasia, luego de que EsSalud emitiera la resolución aceptando las observaciones que ella realizó al protocolo del procedimiento para concluir su vida de manera digna.
La psicóloga, de 45 años, padecía de polimiositis desde hace 12 años, una enfermedad que la tiene postrada en su cama, pues debilita sus músculos y la mantiene conectada a un respirador artificial durante casi todo el día y tiene que recibir la atención de enfermeras las 24 horas del día.
En un mensaje en su cuenta en X (anteriormente Twitter), Estrada anheló que este avance beneficie a otros derechos y personas vulnerables que buscan atención médica con dignidad. La pérdida de su voz el año pasado la lleva a comunicarse exclusivamente a través de redes sociales y su blog.
Médico que la asistió en la eutanasia no será denunciado
En enero pasado, el seguro social EsSalud resolvió las observaciones que hizo Ana Estrada contra el protocolo aprobado para aplicar la eutanasia en el Perú, referentes a la elección del médico o personal sanitario que la asistiría en el procedimiento y la necesidad de someterla a una evaluación psicológica.
Hace un año, el Poder Judicial ordenó al Ministerio de Salud y a EsSalud elaborar un protocolo de cumplimiento de derecho a la muerte digna de Estrada y respetar su decisión de “poner fin a su vida a través de la eutanasia”. “(...) a fin de que procedan a respetar la decisión de doña Ana Estrada Ugarte, de poner fin a su vida a través del procedimiento técnico de la eutanasia; mediante la acción de un médico de suministrar de manera directa (oral o intravenosa), un fármaco destinado a poner fin a su vida, u otra intervención médica destinada a tal fin”, se leía en la resolución.
La Corte Suprema aprobó, además, la demanda que solicitaba no aplicar el delito de ‘homicidio piadoso’ al caso de Ana Estrada, a efectos de que pueda acceder al procedimiento médico de la muerte asistida, cuando ella así lo requiriera. Aunque en el Perú la eutanasia está prohibida y conlleva hasta tres años de prisión para quienes lo ejecuten, en el caso de Estrada, el ente judicial estableció una excepción al ‘inaplicar’ el artículo 112 del Código Penal que prohíbe la asistencia en la muerte.
Ana Estrada tuvo libertad para elegir el día de su muerte
Con la comunicación de la resolución positiva de EsSalud a las observaciones formuladas al protocolo de eutanasia, la psicóloga peruana gozó de la libertad total para elegir el momento en que desee ejercer su derecho a una muerte digna.
Al respecto, la abogada Josefina Miró Quesada, en diálogo con Infobae Perú, precisó que el fallo estableció que la eutanasia deberá llevarse a cabo en un plazo máximo de diez días hábiles desde que Ana Estrada exprese su deseo de someterse al procedimiento.
Haciendo uso de sus redes sociales, a los que accedía mediante un programa especial de computadora que le permitía escribir a través de la mirada, Ana Estrada agradeció “la comprensión genuina del verdadero significado de la muerte digna” y pidió la atención del caso de María Benito, una paciente con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que ha solicitado ser desconectada del ventilador artificial que la mantiene con vida.
Respecto a la elección del médico que la asistirá, Estrada indicó en su momento que no podía dar nombres y que “este procedimiento va a ser en estricta privacidad”.
“Justamente, luchábamos por eso, para que escoja a un profesional de mi confianza, que esté convencido de aplicar la eutanasia. Muchos de los comentarios en contra, tienen que ver con este tema, de que al médico se le va a obligar. Pero este derecho se trata de no obligar a nadie, y eso incluye a los médicos”, explicó Estrada meses antes.
¿Qué enfermedad padeció Ana Estrada?
Ana Estrada, la activista peruana que ha estado abogando por su derecho a la muerte asistida, padeció de polimiositis, una enfermedad autoinmune que afecta principalmente los músculos esqueléticos. En esta condición, el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error los propios tejidos musculares.
Esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad, pero a menudo se diagnostica en adultos entre los 30 y 50 años. Algunos de los síntomas comunes incluyen debilidad muscular progresiva, especialmente en los cercanos al tronco, dificultad para tragar y respirar, fatiga, rigidez, pérdida de peso y dolor.
Es el médico reumatólogo el que diagnostica la polimiositis, pidiendo a los pacientes, ante las sospechas, las siguientes pruebas diagnósticas:
- Análisis de sangre, para evaluar los niveles de enzimas musculares y detectar marcadores específicos y radiografías para completar el estudio.
- Electromiograma, para medir el grado de afectación muscular.
- Imágenes por resonancia magnética, para evaluar la extensión de la inflamación muscular.
- Biopsia del músculo, para analizar anormalidades en el mismo.
Si bien la polimiositis no tiene cura, hay tratamientos para retrasar y aliviar los efectos de la enfermedad.