La Conferencia Episcopal Peruana pondrá en debate la bendición a parejas homosexuales y en situación irregular, una posibilidad que sigue la voluntad del Papa Francisco y se desarrolla en la declaración Fiducia Supplicans, publicada en diciembre pasado por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En un comunicado enviado al diario El País de España, el Episcopado Peruano confirmó que el documento eclesial será discutido en su Asamblea Plenaria Ordinaria, que se realiza en Lima desde este lunes con presencia de los 46 obispos a nivel nacional. La junta se extenderá hasta el viernes 26 de enero.
El anuncio llega dos semanas después de que 51 sacerdotes de la prelatura de Moyobamba, en la selva del Perú, respaldaran la directriz de su obispo Rafael Escudero, quien les prohibió realizar estas bendiciones. En pronunciamiento conjunto, también invocaron al pontífice a dejar sin efecto la disposición.
“En total unanimidad, sin fisuras, acatamos, suscribimos y agradecemos el mensaje pastoral de nuestro obispo. [...] Ante la confusión y perplejidad que ha provocado la declaración, suplicamos al Santo Padre que anule la validez del documento y toda afirmación que permita la administración de sacramentos o bendiciones a personas en pecado mortal objetivo sin arrepentimiento y deseo de conversión”, se lee en el texto.
Previamente, Escudero les invocó a declararse en rebeldía ante la declaración, pues, bajo su óptica, estas bendiciones contravienen “la comunión” de la institución, son “un abuso grave del Santísimo Nombre de Dios” y suponen una forma “objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio, o aún peor de actividad homosexual”.
“Además, en el último caso hay que recalcar que ‘los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios a la ley natural’ [...] Dios no bendice nunca el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que siempre ama incondicionalmente al pecador, por eso mismo, busca que se arrepienta, se convierta y viva”, anotó en una misiva inédita que convocó la atención de la prensa internacional.
La postura del prelado de Moyobamba se distancia de la emitida por el Papa Francisco a inicios del año pasado, cuando condenó la penalización de relaciones homosexuales en el mundo. “Criminalizar a las personas de tendencia homosexual es una injusticia. No estoy hablando de grupos, esto otra cosa, los lobbies son otra cosa. Yo hablo de personas y en el catecismo de la Iglesia ya se dice que nadie debe ser marginado”, declaró entonces.
Ocurre en un país donde más de 1.7 millones ciudadanos se identifica como no heterosexual y donde no hay políticas como la identidad de género, el cupo trans, la unión civil o el matrimonio igualitario. Según una encuesta citada por la Defensoría del Pueblo, el 19 % de peruanos comulga con lo vertido por Escudero y considera que la homosexualidad es una enfermedad.
En una homilía, el vicario general de la prelatura de Moyobamba, Jaime Ruiz del Castillo, también deslizó que “se puede bendecir a toda persona, haga lo que haga y sea quien sea”, pero que “es una barbaridad dar sacramentos o bendecir a una persona que quiere seguir en pecado”.
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Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, lidera la Asamblea Plenaria Ordinaria, que también abordará la situación del país, según Vatican News. A inicios de enero, el pontífice ya había mencionado al Perú durante un discurso en el que se declaró preocupado por el deterioro de democracia y crisis política.
“Pienso en las numerosas crisis políticas en diversos países [de la región], con su carga de tensiones y formas de violencia que agudizan los conflictos sociales. Pienso especialmente en lo que sucedió recientemente en Perú y, en estas últimas horas, en Brasil, y en la preocupante situación en Haití, donde finalmente se están dando algunos pasos para afrontar la crisis política que existe desde hace tiempo”, dijo casi al final de su alocución.
La agenda contempla, de igual modo, reflexiones sobre el Sínodo sobre la sinodalidad, que culminará con una reunión en Roma en octubre de 2024; el proceso de renovación y reestructuración de la Conferencia Episcopal Peruana; y la elaboración de una Carta Pastoral.