Alejandro Olmedo: el tenista peruano que campeonó en Australia

En enero de 1959, el ‘Cacique’ arequipeño ganó su primer Grand Slam en singles a pesar de fuertes dolores en la zona abdominal. Ese título lo llevó a ser considerado el número uno del tenis mundial amateur. Aquí repasamos esa campaña histórica

Alex Olmedo, tenista peruano con doble nacionalidad. (AP)

Hace 65 años, el peruano Alejandro Olmedo consiguió dos hazañas extraordinarias para el tenis mundial en menos de un mes frente a los entonces imbatibles jugadores australianos en su propia casa: a fines de diciembre de 1958, en Brisbane, ganó la Copa Davis para Estados Unidos, y el 25 de enero de 1959, en Adelaida, se llevó el Campeonato Nacional de Australia –que desde 1969 se llama Australian Open–, en lo que fue su primer título de singles de un Grand Slam. Ambos torneos se disputaron en canchas de césped.

El protagonista de semejante proeza había nacido en marzo de 1936 en un modesto hogar arequipeño. Su padre era el encargado del cuidado de las canchas de tenis del Club Internacional de Tiro y daba clases a los muchachos interesados en aprender este deporte, por lo que Alejandro creció entre raquetas, cemento y polvo de ladrillo. Ya a los 14 años le ganaba a los mejores jugadores de Arequipa –que le doblaban la edad–, por lo que fue traído a Lima por la Federación Peruana de Tenis para progresar ante mejores rivales y bajo la preparación del entrenador estadounidense Stan Singer. Siendo un adolescente, representó al Perú en cuanto torneo hubo: sudamericanos juveniles y mayores (Copa Patiño y Mitre, respectivamente), los Bolivarianos de Caracas 1951 y matches amistosos contra jugadores de Chile, Bolivia y Ecuador. Fue campeón nacional juvenil; no llegó a serlo en la categoría mayor, que en esos años era dominada por los hermanos Buse, salvo en la modalidad de dobles. En 1954, cumpliendo los 18 años, viajó a Los Ángeles (EE.UU.) con el apoyo generoso de un grupo de aficionados al tenis, encabezados por Jorge Harten, para estudiar y perfeccionar su juego en una ciudad que se consideraba entonces como La Meca del tenis. Allá fue dos veces campeón nacional universitario, en singles y dobles, representando a la Universidad del Sur de California. En agosto de 1958, haciendo pareja con Ham Richardson, ganó el Campeonato Nacional de Estados Unidos en dobles –lo que hoy es el US Open–, su primer título de Gran Slam.

La Copa Davis para Estados Unidos

Ya para entonces, Olmedo era conocido como The Chief (’El Jefe’ o el ‘Cacique’). Perry Jones, capitán del equipo estadounidense de Copa Davis, lo invitó a unirse a sus dirigidos para arrebatarle la Ensaladera a los australianos. Olmedo no aceptó nacionalizarse, se sentía peruano, seguía recibiendo ayuda económica desde Lima y además tenía un puesto remunerado en el Consulado peruano en Los Ángeles (siendo tenista amateur, ese era su único ingreso regular). Jones insistió tras leer el reglamento de la Copa Davis. Olmedo no necesitaba cambiar de nacionalidad. Bastaba con que fuera amateur, residiera al menos tres años en el país al que iba a representar –y ya llevaba cuatro años en Estados Unidos– y que no hubiera jugado por otra selección. Hechas las consultas a la Federación Peruana de Tenis, esta le dio el pase a Olmedo para jugar por Estados Unidos. Perú no participaba entonces en la Copa Davis, como la mayoría de países latinoamericanos, así que no había conflicto. Es más, desde Lima los dirigentes de la Federación le dijeron que no perdiera esa gran oportunidad. Perú recién debutaría en Copa Davis en 1968, tres años después de que Olmedo se hubiera retirado del tenis profesional.

Alex Olmedo, tenista de origen peruano, en acción.

En Estados Unidos se generó una gran polémica. ¿Un país de 170 millones de habitantes, que se preciaba de ser una potencia en tenis, necesitaba a un jugador peruano para defenderlo en la Copa Davis? Jones se mantuvo firme y Olmedo calló las críticas con actuaciones incontestables. En la serie por el título de visita ante Australia, en Brisbane, ganó sus dos partidos de singles ante Ashley Cooper y Mal Anderson (entonces números 1 y 2 del tenis mundial amateur) y ganó también el partido de dobles haciendo pareja con Ham Richardson ante Mal Anderson y Neale Fraser. Con esos tres triunfos, Estados Unidos le arrebató la Copa Davis a los australianos con un marcador global de 3-2 (Barry MacKay, el otro singlista de Estados Unidos, perdió sus dos partidos).

Campeón en el Grand Slam australiano

Perry Jones y sus muchachos se quedaron en Australia para participar en el Campeonato de Australia Occidental, en Perth, y luego en el Campeonato Nacional de Australia, torneo este de Grand Slam que se iban rotando Melbourne, Sydney y Adelaida (la sede de 1959). Ocasión de revancha para los australianos, que en las décadas del 50 y 60 ejercían una superioridad aplastante en el tenis mundial. Con Harry Hopman como entrenador y jugadores de la talla de Rod Laver, Ken Rosewall, Roy Emerson, Lew Hoad, Frank Sedgman, Mervyn Rose, Ashley Cooper, Mal Anderson, Neale Fraser, John Newcombe, Tony Roche y Fred Stolle, en esos 20 años ganaron 15 veces la Copa Davis y –solo en singles– 18 veces el Campeonato de Australia (Australian Open), 13 veces el Campeonato de Estados Unidos (US Open), 12 veces Wimbledon y 10 veces Roland Garros.

En su primer partido en Perth, Olmedo batió en 4 sets al local Alleck Bridge. En la segunda ronda venció a Rod Laver, por entonces, la nueva gran figura australiana. Fue en 5 sets: 6-2, 6-3, 4-6, 3-6 y 6-3. El ‘Cacique’ estaba en control del partido hasta que en una jugada en la net hizo un gran esfuerzo para alcanzar un passing shot de Laver, se estiró de forma increíble y sufrió un tirón muscular en la zona abdominal. Adolorido, sin embargo, logró sacar el partido adelante.

“No puedo ni levantar las manos arriba de los hombros”, explicó Olmedo al día siguiente, cuando debió retirarse del partido de dobles que junto a MacKay jugaba contra los suecos Schmidt y Lundqvist. Tampoco pudo jugar su partido de singles por semifinales ante el español Andrés Gimeno.

Alex Olmedo, tenista de origen peruano.

Su participación en el Campeonato Nacional de Australia, que comenzaba la siguiente semana, quedaba en duda por la lesión. En ese entonces, los organizadores del torneo hacían dos cuadros preclasificatorios: uno para los tenistas australianos y otro para los extranjeros. Considerando a Olmedo en esos momentos como el mejor jugador amateur del mundo, lo colocaron como el sembrado número uno entre los extranjeros, sobre el español Gimeno y el estadounidense Barry MacKay. Como número uno australiano fue sembrado Neale Fraser, sobre Roy Emerson y Rod Laver (comenzando el año 1959, Ashley Cooper y Mal Anderson se habían hecho profesionales, por lo que salieron del circuito de la Federación Internacional de Tenis, organizadora de la Copa Davis y los torneos de Gran Slam).

Olmedo se sometía diariamente a sesiones de fisioterapia, alternando calor y frío para superar sus dolores abdominales. Recibió un bye en primera ronda, por lo que debutó en la siguiente etapa del Campeonato Nacional de Australia, venciendo al local Wayne Reed por 6-1, 6-3 y 6-3. Al día siguiente, le recrudeció la lesión en un duro partido que se extendió hasta 5 sets contra el australiano John Pearce: 5-7, 6-3, 3-6, 6-2 y 6-3 a favor del ‘Cacique’. Con dificultades para golpear con fuerza por encima de la cabeza, Olmedo debió cambiar su juego agresivo sobre la net, que requería muchos golpes de smash, y se mantuvo al fondo de la cancha. Incluso, muchos saques los hizo por abajo. “El dolor que tengo en el abdomen me da la sensación de que algo se hubiera hecho un nudo. Cuando levanto la raqueta por sobre la cabeza, me parece que me voy a partir por la mitad”, declaró el tenista peruano.

La pregunta de cada día era si Olmedo abandonaría el torneo o seguiría jugando. De la cancha iba directamente a rehabilitación, a descansar, y luego otra vez a la cancha. Muy disminuido, se presentó a jugar fajado en la zona abdominal contra el sueco Ulf Schmidt por cuartos de final. En un esfuerzo heroico, lo venció por 6-4, 9-7, 3-6, 3-6 y 7-5. Perry Jones declaró conmovido: “Ha sido la demostración de valor más grande que he visto en una cancha de tenis”. Alejandro virtualmente ha sido un inválido durante estos últimos días, ha estado sometido a tratamiento y ha pasado la mayor parte del tiempo en cama. Es de mucho mérito que en esas condiciones haya venido a jugar y a ofrecer una demostración tan buena”.

El tenista peruano, de 22 años, ya estaba en las semifinales del torneo, junto a Barry MacKay y los australianos Neale Fraser y Bob Mark. Le tocaría enfrentarse a MacKay, su amigo y compañero de equipo de Copa Davis, que venía de eliminar sorprendentemente a Roy Emerson en un durísimo partido. Tocaría otra batalla a 5 sets: 3-6, 8-6, 6-1, 3-6 y 6-3 para Olmedo, en medio de un calor húmedo salpicado por lluvias ocasionales.

Alex Olmedo, tenista de origen peruano, en acción.

Así llegó a la final del Campeonato Nacional de Australia, el domingo 25 de enero en el Memorial Drive Stadium de Adelaida ante 6,500 espectadores. Olmedo versus Fraser, los dos sembrados como favoritos por los organizadores del torneo. Nuevamente, el ‘Cacique’ debió prescindir de una de sus armas más letales, el violento servicio tipo cañón, sacando con lo que se conocía como ‘american twist’, con un ligero cambio de empuñadura para darle efecto a la pelota, ya que no gran potencia. Tampoco pudo exhibir al máximo su agilidad felina. Sin embargo, demostrando su dominio total del juego, desplegó todo un arsenal de tiros colocados y rasantes desde el fondo y tres cuartos de cancha que desconcertaron a Fraser. Contra las limitaciones que le impuso la lesión que arrastraba, contra el público local, contra el inclemente clima veraniego de Adelaida y contra un rival de primer nivel, el tenista arequipeño ganó su primer título de Grand Slam en singles por 6-1, 6-2, 3-6 y 6-3, con más facilidad de lo esperado.

Con la sencillez que lo caracterizaba, Olmedo declaró tras campeonar en Australia: “Ahora me estaré tranquilo durante algún tiempo. Mi propósito principal en estos momentos es retornar a la universidad en Los Ángeles. He estado mucho tiempo alejado de los libros, así que por un tiempo no habrá mucho tenis para mí. Tengo la esperanza de jugar en Wimbledon y Forest Hills, pero no podré jugar en Roland Garros porque ello interferiría con mis estudios”.

En enero de 1959, Olmedo se ubicó claramente como el número uno del tenis mundial amateur (aunque en esas épocas no existiera un ranking oficial), posición que confirmaría seis meses después, al obtener otro histórico título como campeón de Wimbledon.