La economista Mónica Muñoz-Nájar analizó un reciente estudio sobre el gasto de bolsillo y equidad financiera en el acceso a medicamentos en América Latina, que revela cuánto destinan las familias peruanas a servicios médicos fuera de la protección estatal, como el Seguro Integral de Salud (SIS) y el Seguro Social de Salud (EsSalud). En el estudio participan autores de diferentes países así como el docente e investigador Rafael Cortez de la Universidad del Pacífico.
“Aunque los pacientes deberían recibir sus medicamentos de forma gratuita, pueden tener que hacer frente a importantes gastos generales para adquirirlos en el sector privado debido a su falta de disponibilidad en el sector público”, refiere el estudio.
Según apunta la experta, el gasto promedio de una familia en Perú para servicios de salud es de 541 soles. Sin embargo, hay notables disparidades regionales, llegando a 700 soles anuales en Lima. Este fenómeno es preocupante, ya que “en teoría” todos los peruanos deberíamos estar asegurados en un sistema de seguridad universal, pero algo no está funcionando adecuadamente en el país, sostuvo en RPP.
El gasto de bolsillo en salud se refiere a los desembolsos que realizan los pacientes por servicios médicos fuera del sistema de seguro y del gasto gubernamental. Esto incluye situaciones como la falta de medicamentos o análisis en una posta de salud, la necesidad de buscar atención fuera del sistema por temor a la falta de atención en hospitales, entre otros casos.
“Por ejemplo si nos atendemos en una posta, no hay las medicinas, no se pueden hacer los análisis, tenemos que irnos a otro lado o si necesitamos buscar atención ni siquiera vamos al hospital porque tenemos temor a que no nos puedan atender”, explicó la economista.
Es necesario reconocer los déficits estructurales en el sistema de salud del país. Con solo 14 médicos por cada 10 mil habitantes, el Perú está muy por debajo del promedio de países desarrollados, donde la proporción es el doble. En el 2022, el 98% de los establecimientos de salud presentaban capacidad inadecuada, lo que obliga a la mayoría de las personas a realizar gastos de su propio bolsillo en lugar de enfrentar estas limitaciones.
“En países desarrollados de la OCDE, son 35 médicos por habitante. Más del doble”, anotó la también coordinadora de Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
El estudio también resalta que América Latina es una de las regiones donde las familias enfrentan mayores gastos en salud a nivel mundial. Esta situación afecta especialmente a los más pobres, ya que un porcentaje mayor de sus ingresos se destina a este fin. Se estima que para las familias más pobres, el gasto en salud puede representar hasta el 10% de sus ingresos mensuales, mientras que para aquellos con ingresos más altos, es solo el 1,5%, marcando una diferencia significativa.
“Le golpea más a una persona en situación de pobreza que gasta en salud igual que el resto” porque destina una proporción importante de su ingreso, afirmó Muñoz-Najar.
El informe señala que las familias que enfrentan gastos más elevados en salud son aquellas con miembros que padecen enfermedades crónicas como hipertensión, obesidad, diabetes o depresión, donde los costos se disparan e incluso triplican. Además, los afiliados al Seguro Integral de Salud (SIS) tienden a gastar más en proporción que aquellos que no están afiliados, creando así una fuente de desigualdad en el acceso a la atención médica.
Gasto en salud: ¿Cuánto representa del ingreso mensual en una familia?
De acuerdo al estudio, se ha estimado que puede ser hasta el 10% del ingreso para las familias más pobres, mientras que para hogares con más fuente de ingreso, el gasto en salud es solo 1,5%, lo cual revela una diferencia sustancial por sector socioeconómico.
“Si estás en el SIS, en una zona rural y te encuentras en una situación pobreza o tienes en casa a alguien con enfermedad crónica, vas a gastar más en salud como porcentaje de tu ingreso, y eso es una fuente de desigualdad”, enfatizó la especialista.