Pocas personas en este mundo han sido capaces de entender al Perú profundo al nivel en el que lo hizo el destacado escritor, poeta, antropólogo y profesor peruano José María Arguedas. Lo logró al combinar su sensibilidad artística con un compromiso profundo por retratar y difundir la cultura indígena del país.
Y es que el novelista, antropólogo, estudioso del folklore y traductor de la lengua quechua, introdujo en la literatura una exploración del mundo andino con una mirada íntima, reflejando las dualidades culturales de un Perú dividido por las herencias quechua y occidental.
Autor de obras como “Yawar Fiesta” (1941), “Los ríos profundos” (1958), “Todas las sangres” (1964), y “El zorro de arriba y el zorro de abajo” (1971), Arguedas es considerado por diversos críticos como el británico Martin Seymour-Smith como “el más grande novelista de nuestro tiempo”.
No la tuvo fácil
Nacido en Andahuaylas en 1911, José María Arguedas tuvo una infancia marcada por la temprana pérdida de su madre y una relación tormentosa con su madrastra y hermanastro que lo llevaron a cobijarse en el afecto de los sirvientes andinos.
Dicha experiencia nutrió su vínculo con la cultura indígena y forjó su postura en defensa de los derechos de los indígenas.
Sus estudios primarios y secundarios lo llevaron a distintas ciudades del Perú, y finalmente se licenció en Literatura en la Universidad de San Marcos en 1931. En la década de 1940, comenzó su carrera como docente y funcionario en el Ministerio de Educación. Incursionó en varios campos profesionales y académicos, sirviendo de catedrático en San Marcos y la Universidad Nacional Agraria La Molina.
Tras años de lucha con conflictos emocionales, que fueron reflejados en varios de sus escritos, el 28 de noviembre de 1969, Arguedas se dio un balazo en la cabeza.
A pesar de haber sido trasladado aún con vida al Hospital del Empleado, cinco días después, el 2 de diciembre, el vate dejó de existir. Sus restos fueron enterrados en el Cementerio El Ángel, pero en el 2004 fueron exhumados y traslados a su Andahuaylas natal.
En su vida como etnólogo e investigador social, estableció estrecho contacto con artistas de diversas regiones del Perú, contribuyendo significativamente a la difusión de la cultura nativa. Además, sus traducciones y difusiones de la literatura quechua enriquecieron la herencia literaria peruana, posicionándolo como una figura clave en el reconocimiento y aprecio del patrimonio cultural andino y quechua.
Legado impresionante
La obra de José María Arguedas, como novelista y etnólogo, trasciende en la cultura de su país con más de 400 escritos que incluyen novelas, cuentos, poesía y ensayos sobre cultura peruana, quechua, mitología prehispánica y folclor.
Destacado por su habilidad para entrelazar su formación en las culturas occidental e indígena, Arguedas dejó un legado que se extiende en el reconocimiento póstumo, con obras que van desde la premiada “Los ríos profundos” hasta sus compilaciones de estudios etnológicos y antropológicos.
José María Arguedas se distinguió por novelas como “Yawar fiesta” (1941) y “El Sexto” (1961), ambas galardonadas con el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma. Sus cuentos destacados incluyen “Agua” (1935), premiado en Buenos Aires, y “La muerte de los Arango” (1955), que recibió el primer premio en el Concurso Latinoamericano de Cuento en México.
Entre los poetas y colegas que valoraron su trabajo se encuentra Mario Vargas Llosa, quien le dedicó el libro “La utopía arcaica”. A pesar de la magnitud de su trabajo, Arguedas es todavía poco conocido fuera de Perú, aunque su importancia sigue creciendo con el tiempo.
El extenso trabajo de Arguedas también se manifiesta en sus estudios etnológicos y antropológicos, que sobrepasan el ámbito narrativo con obras como “Mitos, leyendas y cuentos peruanos” (1947) y “Dioses y Hombres de Huarochirí” (1966), un trabajo que resalta porque su traducción se mantiene fiel al castellano antiguo.
Ya es internacional
En el plano del reconocimiento internacional, su legado ha sido honrado a través del Premio de Narrativa José María Arguedas de Casa de las Américas, que se otorga desde el año 2000 para promover la narrativa latinoamericana.
Su vínculo con la cultura hispana se reflejó en estudios comparativos de comunidades en España y Perú, y él mismo proclamó la afinidad entre indígena e hispanidad.
A pesar de la importancia de su obra, para el centenario de su natalicio, en el 2011, y a pesar de diversos homenajes en su nombre, el gobierno peruano optó por celebrar el centenario del redescubrimiento de Machu Picchu en lugar del centenario de Arguedas como Año Nacional.
La vida y obra de José María Arguedas son testimonio de un acercamiento vivencial a la riqueza cultural de las comunidades indígenas del Perú, un legado que trasciende generaciones y fronteras, narrando desde adentro los dilemas y angustias de un país de culturas convergentes.