Pese a que la presidenta ejecutiva de Essalud, María Elena Aguilar, apunta que los recursos financieros del Seguro Social son insuficientes y constituyen el principal problema de la entidad, un análisis del Instituto Peruano de Economía revela graves dificultades de gestión y gobernanza como causantes del bajo desempeño y la insatisfacción entre los asegurados, que ha llevado a una reducción en el uso de sus servicios.
La Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del 2022 reflejó un promedio de espera de 8,4 días para recibir atención en Essalud, una cifra similar a la de una década atrás y el doble comparado con hospitales del Ministerio de Salud (Minsa) o consultorios privados. Peor aún, un 5% de los asegurados esperó al menos un mes.
Este retraso ha generado una disminución en la preferencia de los asegurados por utilizar Essalud, cayendo de 45% a 31% entre los años 2004 y 2022, mientras aumenta el porcentaje que opta por clínicas privadas o atención en farmacias.
Esto sugiere un descontento que podría estar afectando la efectividad con la que se destinan los recursos recaudados de los empleadores, quienes contribuyen con el 9% de la remuneración de sus trabajadores a la entidad.
Aumenta cifra de afiliados de EsSalud que prefiere atenderse en privados
De acuerdo a datos de Enaho, la proporción de asegurados de EsSalud que frente a una enfermedad o malestar visitan un hospital de Essalud ha disminuido de 45% en el 2004 a 31% en el 2022. En contraste, el porcentaje que acude a una clínica o consultorio privado se ha incrementado de 10% a 17%, mientras que quien se atiende solo en farmacias y boticas pasó de 5% a 15%.
En tanto, el porcentaje de personas afiliadas a un seguro privado que se atiende en clínicas o consultorios privados aumentó de 56% a 61% en el mismo período.
“Es decir, los empleadores que aportan el 9% de la remuneración de sus trabajadores a EsSalud están pagando por un servicio que, en su mayoría, no es demandado por estos”, sostiene el Instituto Peruano de Economía (IPE).
Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del IPE, sostiene que la evidencia entierra el relato de que el principal problema de EsSalud es de recursos escasos. “La evidencia indica que no. En los últimos 15 años, la recaudación real y el número de afiliados prácticamente se duplicó, pero el número de consultas apenas creció 5%”, sostuvo.
Mala gestión y débil gobernanza
En los últimos 15 años, la recaudación de EsSalud experimentó un aumento significativo del 93% ajustado por inflación, superando incluso el incremento en el número de asegurados que fue del 86%. A pesar de este crecimiento financiero, otros indicadores de desempeño de EsSalud apenas han mostrado avances notables.
Aunque se registró un incremento del 35% en el número de consultorios y camas hospitalarias, las consultas ambulatorias solo aumentaron un 5% entre 2007 y 2022, especialmente después de la reducción de la oferta de servicios tras la pandemia.
Fernando Barrios, expresidente de Essalud, apunta a una gestión ineficiente como causa principal de la problemática, no a la falta de fondos. A pesar de un aumento del 93% en la recaudación en los últimos 15 años, las condiciones de infraestructura y prestación de servicios no han experimentado mejoras significativas.
Barrios destaca la necesidad de realinear los incentivos del personal, sugiriendo incentivos basados en productividad para mejorar la calidad del servicio médico. El deterioro del servicio en Essalud en los últimos años también se debe a la mayor inestabilidad política, que juega un rol fundamental. En los últimos tres años (2021-2024), se cuentan ocho presidentes de Essalud.
Este es un problema relevante, pues en cada cambio de gestión en una entidad pública se retrasan aún más los proyectos en marcha. Urge entonces fortalecer y mejorar el proceso de designación de los presidentes de Essalud, actualmente en manos exclusivas del Poder Ejecutivo.
De los representantes de los trabajadores y empleadores, de su forma de designación y competencias. En ese sentido, se viene evaluando en el Congreso el Proyecto de Ley 6097/2023-CR, que contempla que el presidente de Essalud sea designado por los miembros de su consejo directivo, entre otros aspectos.
“Parte del problema se debe a que se pasó de un sistema que otorgaba incentivos a médicos en función de las consultas u operaciones realizadas, a uno donde los bonos no están vinculados al cumplimiento de metas. Este es el caso, por ejemplo, de la asignación de liberalidad por S/5.500 otorgada a fines del 2023 para el personal de Essalud”, señala la investigación del IPE.
Alternativa para solucionar problemas de EsSalud
De acuerdo con Fuentes, las Asociaciones Público-Privadas (APP) han demostrado ser una alternativa clave para contribuir al cierre de brechas, prueba de ello es el eficiente funcionamiento de los hospitales Kaelin y Barton, gerenciados por el sector privado desde 2010.
Recientemente, se adjudicaron más proyectos de este tipo en Chimbote y Piura, no obstante, estas concesiones excluyen los servicios médicos asistenciales, los cuales son esenciales.
De esta forma, la colaboración entre Estado y sector privado se perfila como una estrategia clave para optimizar el servicio de salud. Para cumplir su misión, Essalud no solo requiere recursos sino también profundas reformas institucionales que garanticen una gestión adecuada y una atención de calidad a los 13 millones de asegurados.
“Toda entidad querrá siempre mayores ingresos. En este caso, no se debe perder de vista que la mejor forma de incrementar los ingresos de Essalud es impulsando un mayor crecimiento económico, de la inversión y así del empleo, y no encareciendo el costo de la contratación. Essalud tiene la obligación de velar oportuna, adecuada y eficientemente por la vida y la salud de sus 13 millones de asegurados”, considera el IPE.
Sin embargo, para cumplir ese objetivo, sostienen, se requieren profundas reformas que fortalezcan su institucionalidad y velen por la gestión adecuada de recursos.