Está de más decir que el mercado laboral en el Perú responde al campo informal. Más del 70 % de los trabajadores de la nación no labora en centros regulados y el propio sistema presenta trabas para aquellos negocios que desean formalizar sus procesos. Uno de los problemas es que, lejos de ofrecer protección a los jóvenes, son precisamente ellos quienes se ven como grupo perjudicado ante la irregularidad. El año pasado, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó un informe titulado Perú: Comportamiento de los Indicadores del Mercado Laboral a nivel nacional y en 26 ciudades, el cual señaló que en el tercer trimestre del 2023, el 85.4 % de los jóvenes entre 14 y 24 años era parte del sector informal.
“La alta tasa de informalidad entre los jóvenes no solo limita sus oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional, sino que también impacta negativamente en en el aspecto económico y social en su conjunto. Esta realidad plantea un desafío fundamental para el desarrollo sostenible y el bienestar de una generación que juega un papel crucial en el futuro del país”, resaltó Rodrigo Kon, quien se desempeña como director general de Fundación Forge, organización que busca la inserción laboral de calidad para jóvenes de escasos recursos económicos.
Población económicamente activa
La población económicamente activa (PEA) incrementa su edad promedio por una simple razón: las personas entre los 14 y 24 años de edad trabajan menos. Según cifras del INEI, dicho grupo etario disminuyó en un 6.3 % apenas en un año (del 2022 al 2023). Esto quiere decir que los jóvenes de 14 a 24 años representan ahora un 15.3 % del total de la población económicamente activa, habiendo bajado un punto porcentual del 16.3 % que tenían en el 2022.
El crecimiento del desempleo no es tema ligero. Hay una disminución del 7.9 % en la población ocupada menor de 25 años. Mientras los mayores de 45 años tienen una tasa de desempleo de apenas un 3.4 % y los adultos de 25 a 44 años cuentan con una tasa de desempleo de un 4.9 %, los jóvenes entre 14 a 24 años tienen una tasa de desempleo de un 10.1 %, más que las cifras de desempleo de mayores y adultos combinadas.
Para Kon, el panorama actual evidencia que este grupo particular enfrenta una serie de obstáculos que lo colocan como el sector más vulnerable del mercado. Las altas tasas de informalidad y el desempleo dificultan que los jóvenes consigan un empleo estable y bien remunerado, al igual que limitan su desarrollo.
Herramientas para facilitar la transición estudio-trabajo
Desde Fundación Forge, Kon se encarga de los programas que asisten a los jóvenes en su paso previo al trabajo. Según el director, este proceso de inserción laboral no es nada sencillo, pues se le debe proporcionar a los jóvenes todas las herramientas que simplifiquen su transición de la educación al trabajo. No solo eso, sino que hay que apoyarlo en su búsqueda por un empleo y asesorarlo para que obtenga habilidades específicas para el mismo. Además, también resulta oportuno acompañarlo pues carece de una red de contactos elaborada.