Los refranes son parte de la cultura oral de esta parte del mundo desde tiempos inmemoriales. Y es que estas curiosas construcciones, que comienzan siendo meramente orales, van pasando de generación en generación y que siempre llevan un mensaje o una reflexión.
Y dentro de este amplio repertorio lingüístico, los dichos populares emergen como pequeñas joyas que encapsulan la sabiduría y las enseñanzas de la vida cotidiana.
Uno de los más populares es la enigmática frase “me lo dijo un pajarito” y en la presente nota vamos a descubrir el misterio del origen de esta peculiar expresión.
¿Qué es un refrán?
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), un refrán es un dicho sentencioso y de uso común. En ese sentido, el diccionario de María Moliner señala que es una “frase hecha que contiene una máxima o una observación o consejo de sabiduría popular”. Estos conjuntos de palabras adquieren vida propia, moldeando nuestra comunicación diaria y transmitiendo lecciones y pensamientos morales.
El enigma de “Me lo dijo un pajarito”
Cuando nos topamos con la frase “me lo dijo un pajarito”, se disparan las interrogantes. Y es que más allá de su aparente simplicidad, esta expresión alberga un significado curioso que se entrelaza con nuestras interacciones diarias. ¿Alguna vez te han compartido información bajo el velo de un inocente “me lo dijo un pajarito”? Aunque pueda sonar como una línea de una fábula, en realidad, encapsula una acción que involucra a dos o más personas.
Para comprender su origen, nos sumergimos en las páginas de la Biblia, donde encontramos el relato de Noé y la paloma mensajera.
Según el principal libro de los cristianos, Noé envió a una paloma para obtener noticias sobre el estado de las aguas que rodeaban el arca que él mismo construyó. El retorno de la paloma con una rama de olivo marcó el momento propicio para descender a tierra firme.
Esta anécdota bíblica proporciona una perspectiva sobre la conexión ancestral entre las aves mensajeras y la transmisión de noticias. Sin embargo, más allá de las páginas sagradas, el dicho se arraiga en la capacidad de ocultar la fuente de información, manteniendo en secreto el origen de los datos compartidos, sembrando la duda en el receptor.
Por su parte, la lingüista española Juliana Panizo dice que esta curiosa frase es un “dicho con el que solemos encubrir jocosamente el conocimiento de alguna noticia llegada hasta nosotros de modo confidencial”. Aquí, la expresión no solo comunica información, sino que también teje una capa de misterio en torno a su procedencia.
Pájaro de buen (o mal) agüero
Tal vez nunca se sepa a ciencia cierta, pero la creencia en las palomas mensajeras pudo haber ayudado en la aparición de la frase “me lo dijo un pajarito”.
Y es que la idea de que los pájaros portan noticias, ya sean auspiciosas o desafortunadas, se remonta a épocas antiguas. La asociación de estas aves con augurios positivos o negativos se refleja en mitos y leyendas de diversas culturas.
Un ejemplo es la historia de Noé y su paloma mensajera, vinculando las aves al anuncio de eventos importantes. Ocurre que en la antigüedad, avistar una paloma blanca se interpretaba como un signo de buena fortuna, mientras que la presencia de un cuervo podría augurar lluvias. La caza de una paloma por un halcón, por otro lado, presagiaba problemas inminentes.
Así, el dicho “me lo dijo un pajarito” se convierte en un eco de antiguas creencias y leyendas, fusionando lo real y lo mitológico en una expresión que resuena en el habla cotidiana de hoy en día en casi todos los países del continente.