La foto, que data de 2020 y fue difundida por el diario El País, muestra al cura Pedro Rodríguez Ramos en una de sus estancias en Moyobamba, en la selva del Perú, tres años antes de que fuera condenado a prisión por abusar sexualmente de un menor. Aunque para entonces el caso ya estaba en los tribunales de otro continente, se deja ver junto a un grupo de seminaristas, mientras lee un folleto al lado de un enrejado.
El monseñor Francisco Cerro, arzobispo de Toledo (España), lo envió ese año a la diócesis donde rige, desde 2017, el obispo prelado Rafael Escudero, un declarado opositor del Vaticano que prohibió realizar bendiciones a parejas del mismo sexo o en situación irregular, en una crítica a la declaración Fiducia Supplicans.
Según una denuncia canónica presentada en el Dicasterio de Obispos y citada por Religión Digital, el sacerdote pederasta fue acogido por el prelado durante al menos cinco meses y durante ese tiempo estuvo contacto con menores.
Aunque el portal religioso desliza un presunto intento de ocultar fotos y publicaciones de su paso por la selva peruana, todavía aparece una postal en la cuenta de Facebook que administra el Seminario Mayor de San José de Moyobamba y del Seminario Menor San Juan Pablo II de la Prelatura de Moyobamba, adscrita desde 2004 a la archidiócesis de Toledo.
Al menos 32 sacerdotes de este municipio español fueron enviados desde entonces a Moyobamba, una ciudad con fuerte presencia española. El propio Rafael Escudero nació en el pueblo toledano de Quintanar de la Orden, estudió en el seminario de la archidiócesis y ejerció durante años como sacerdote en ella.
En 2017, el diario La República destapó otro caso de abusos en el seminario Juan Pablo II, donde cuatro menores acusaron al sacerdote Santiago Martínez de aprovechar su condición de guía espiritual para infiltrarse en las habitaciones y ultrajarlos.
Escudero ordenó entonces que el acusado viva en la sede de la catedral de la ciudad “hasta que el Vaticano decida qué es lo que debemos hacer”. Martínez enfrentó prisión preventiva, pero fue absuelto en 2019 por el Colegiado Penal de Tarapoto (San Martín), que ordenó su liberación inmediata.
Contra el Vaticano
En un mensaje pastoral inédito que captó la atención de la prensa internacional, el obispo prelado de Moyobamba drenó una diatriba hacia la declaración ‘Fiducia Supplicans’, un documento divulgado en diciembre pasado por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la bendición de parejas del mismo sexo o “en situación irregular”.
Con un marcado sesgo de homofobia, el prelado de nacionalidad española invocó a los sacerdotes bajo su jurisdicción a desacatar el texto eclesial, pues, bajo su óptica, estas bendiciones contravienen “la comunión” de la institución, son “un abuso grave del Santísimo Nombre de Dios” y suponen una forma “objetivamente pecaminosa de fornicación, adulterio, o aún peor de actividad homosexual”.
“Además, en el último caso hay que recalcar que ‘los actos homosexuales son desordenados y, sobre todo, contrarios a la ley natural’ [...] Dios no bendice nunca el pecado. Dios no se contradice. Dios no nos miente. Dios, que siempre ama incondicionalmente al pecador, por eso mismo, busca que se arrepienta, se convierta y viva”, sigue la misiva publicada la primera semana de 2024.
La postura de Escudero se distancia de la emitida por el Papa Francisco a inicios del año pasado, cuando condenó la penalización de relaciones homosexuales en el mundo. Posteriormente, los 51 sacerdotes que integran la prelatura de Moyobamba respaldaron la directriz e invocaron al pontífice a dejar sin efecto esa posibilidad abordada en el extenso documento eclesial.
El medio centenar de religiosos mencionó, sin embargo, que su pronunciamiento no implica un acto de rebeldía, “como lo están aquellos obispos y sacerdotes, especialmente de Europa central y norte, que desobedecen desde hace años, sin ningún recato, las enseñanzas inveteradas de la Santa Iglesia de Dios y de los últimos Papas, incluido el Papa Francisco”.
“No pocos, además, propagan, sin esconderse, su pretensión de cambiar la Doctrina y la Moral secular de la Iglesia. Eso sí, es rebeldía contra Dios, contra el Papa y contra el pueblo fiel. El presente mensaje conlleva el sincero deseo de ayudar filialmente al Santo Padre en su misión de guiar al Pueblo Santo de Dios, como tantas veces nos ha pedido”, zanjaron.