Las monedas son ventanas al pasado, ofreciendo indicios a momentos históricos con solo observar sus fechas, las imágenes que ostentan y la nobleza de sus metales. En Perú, país rico en historia y cultura, las monedas de los siglos XIX y XX no solo sirvieron como medio de intercambio, sino también como testigos silenciosos de una nación en constante evolución y cambio. A lo largo de estos dos siglos, el país atravesó un torbellino de eventos: desde la lucha por la independencia hasta procesos de modernización y fluctuaciones económicas que, en su conjunto, dejaron su huella en las piezas acuñadas.
Este es el caso de una moneda peruana de diez centavos, marcada con el año 1899, cuya existencia contradice los registros oficiales y despierta interrogantes entre coleccionistas y académicos. Descubierta entre reliquias del pasado en los confines de la Pontificia Universidad Católica del Perú, esta pieza se ha convertido en una incógnita que convoca a la curiosidad científica y al empeño detectivesco.
¿Cuál es el misterio de la moneda peruana de 1899?
La aparición de una moneda que, en teoría, no debiera existir, ha sacudido al ámbito numismático: una enigmática pieza peruana de 1899 se encuentra en el centro de un fascinante debate. Desde los años setenta, el origen de este curioso metal es motivo de especulaciones, y la intriga se intensifica ante la creciente sospecha de que podría tratarse de una hábil falsificación.
Ante este desconcertante hallazgo, un equipo de especialistas de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha aceptado el desafío de dilucidar la autenticidad de la moneda. La investigación, plasmada en el estudio “Análisis meticuloso de una pieza monetaria peruana de 1899″, busca determinar si estamos frente a una reliquia legítima o ante una meticulosa falsificación.
En una entrevista concedida a The New York Times, el Dr. Ortega, uno de los responsables del estudio, relacionó el misterio de la moneda con el complejo escenario económico que atravesó Perú a comienzos del siglo XX, tras la Guerra del Pacífico. Destacó que, en aquella época, el interés gubernamental se centró en la emisión de billetes de gran valor para la gestión de deudas internacionales, lo que resultó en una escasez de moneda de menor denominación y, por ende, en un caldo de cultivo para la falsificación.
“Aunque es difícil asegurarlo, esta moneda falsificada podría haber pasado desapercibida debido a la necesidad vital de pequeñas monedas para el comercio diario”, mencionó el Dr. Ortega para una entrevista al medio The New York Times.
¿Cuál es el análisis científico del estudio?
En un estudio reciente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), se han arrojado luces sobre los aspectos singulares de una moneda datada en 1899. Aunque podría ser equiparada visualmente con otras monedas de la misma era, se ha identificado que su fabricación se debe a una combinación no convencional de metales. La moneda está compuesta por una aleación conocida como alpaca, integrada por cobre, zinc y níquel, materiales atípicos para la acuñación de ese período en Perú.
Los líderes de la investigación, el Dr. Ortega y la Sra. Bravo Hualpa, en una entrevista con el New York Times, señalaron que en la moneda también se encontraron pequeñas cantidades de hierro, cobalto y plomo. La existencia de estas impurezas apunta a que la moneda es falsa, creada posiblemente en una época anterior y no en tiempos modernos, tal como indican los análisis previos.
Sumado a esto, la conformación de la aleación ha llevado a los expertos a considerar la posibilidad de que su procedencia sea de América del Norte o Central, donde el uso de alpaca era más corriente, especialmente porque en Perú era una elección infrecuente para la producción de monedas. No obstante, tampoco se descarta un origen peruano ya que, en ese entonces, ya circulaban en la región réplicas falsificadas de objetos y monedas de plata de origen alemán.
¿Qué conclusiones arrojó el estudio?
La indagación en torno a esta enigmática moneda de 1899 ha develado hallazgos que despiertan asombro. Gracias a métodos de análisis de última tecnología, se ha determinado que su constitución se diferencia rotundamente de las monedas corrientes de su tiempo y evidencia un procedimiento de acuñación insólito.
Los vestigios de plata y el patente desgaste narran una extensa circulación, posiblemente prolongada mucho más allá de lo que su periodo natural sugeriría, persistiendo quizás hasta el siglo XX. Estos factores confluyen hacia una deducción tan incontrovertible como atrapante: nos enfrentamos a una moneda que, en vez de ser un mero ejemplar del siglo XIX, emerge como un objeto con un relato tan peculiar como digno de ser explorado.
En un último giro, el Dr. Ortega expresó al medio The New York Times su continuo interés por desentrañar las raíces de las monedas falsificadas y su trama histórica. Su siguiente paso es encontrarse con un coleccionista en Lima que ha atesorado diversos ejemplares posiblemente acuñados entre los años 1830 y 1960. La reaparición de otra moneda de 1899 en esta colección sugiere un patrón que Ortega está ansioso por investigar.
Monedas peruanas: piezas de colección que alcanzan valores extraordinarios
Bajo la perspectiva del coleccionista y apasionado de la numismática, Jean Pierre Casafranca, el valor de las monedas peruanas va más allá de su denominación nominal. Casafranca destacó a Infobae Perú la importancia de factores como el estado de conservación, la cantidad de emisiones anuales, y detalles distintivos, como las figuras masónicas y la escritura braille presentes en las monedas acuñadas entre 1991 y 2000.
Según el especialista, la moneda de 1 sol del año 1991, a pesar de su alta emisión de 32 millones, no adquiere relevancia por su frecuencia. En contraste, la moneda de 1995, con poco más de 1 millón de emisiones, se posiciona como una de las más escasas y, por ende, valiosas. En condiciones sin circular, su valor podría ascender a 700 u 800 soles.
Destaca la rareza de la moneda de 20 céntimos del 2006, cuyo valor se eleva hasta los 100 soles si se encuentra en estado sin circular, debido a su escasa emisión y al uso masivo durante la coyuntura económica de ese año.
Las monedas de plata, como la de 20 centavos del año 1879, relacionada con el conflicto con Chile, son especialmente buscadas por coleccionistas debido a su valor histórico, diseño destacado y rareza. Su precio varía desde los 20 soles en estado bajo hasta los 300 o 400 dólares en condiciones sin circular.
El aumento del interés en la numismática en Perú se atribuye al lanzamiento de monedas conmemorativas por parte del Banco Central de Reserva en los últimos años. Este fenómeno ha ampliado el grupo de coleccionistas, transformando el mercado y generando mayor escasez de algunas monedas en circulación.