El viernes 5 de enero, un hombre arriesgó su vida al intentar rescatar a una adolescente de 15 años al borde de una caída desde un edificio en el Rímac. Las motivaciones de la joven en riesgo, que podrían estar vinculadas a problemas de salud mental, todavía no han sido esclarecidas.
A raíz de esta noticia, Infobae Perú solicitó un informe al Ministerio de Salud (Minsa) el cual dio a conocer que un total de 1 millón 076 mil 884 de menores, en el rango etario de 6 a 17 años, fueron atendidos por presentar episodios depresivos durante el año 2023. La cifra constituye un récord no visto antes en el país inca.
El Minsa, actualmente bajo la dirección de César Vásquez, detalló que esta cifra contrasta drásticamente con los números reportados en años anteriores.
Por ejemplo, en 2019, se atendieron a 928 mil 308 menores por esta causa, pero el año 2020 mostró un significativo descenso a 531 mil 773 casos, lo cual podría estar asociado a efectos colaterales del inicio de la pandemia de COVID-19, incluyendo el acceso limitado a servicios de salud mental.
Sin embargo, los reportes de años subsecuentes han mostrado una tendencia al alza. En 2021, se registró un aumento del 42.1% en comparación con el año 2020, alcanzando 755 mil 954 atenciones. Esta tendencia se mantuvo en 2022, año donde el Minsa reportó 959 mil 020 casos, y continuó ascendentemente hasta llegar al pico de 2023, lo que representa un aumento del 85.3% respecto al 2022.
Además, el Minsa reporta que en el año reciente se contabilizaron 125 mil 078 menores con diagnóstico de trastorno depresivo recurrente, un tipo de afección de salud mental donde un paciente experimenta múltiples episodios de depresión mayor a lo largo de su vida.
De acuerdo a varios especialistas en salud mental, la depresión es uno de los factores de riesgo más significativos para el suicidio. Según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), en el 2023 se ha registrado un total de 345 casos de suicidio a nivel nacional.
Estigmas en la sociedad
Mediante una nota de prensa publicada hace algunos meses, la doctora Isabel Vásquez, especializada en el área de salud mental, puntualizó que el manejo y la percepción social de los estigmas relacionados con la salud mental son problemáticos, particularmente en la forma en que la sociedad reacciona ante estos diagnósticos.
“Se suele menospreciar a los pacientes. Muchas personas los culpabilizan diciendo que si tienen ese problema es porque ellos no se esfuerzan por resolverlo o porque no toman actitudes adecuadas. Cada persona entiende la fuerza de voluntad de manera distinta. Solo querer o tener el deseo de cambiar no basta para poder mejorar; la salud mental se basa también en la parte bioquímica y neuronal”, indicó mediante un comunicado.
Añadió que los pacientes con trastornos de salud mental, al oír tales consejos supuestamente útiles, se ven sumidos en una mayor desesperación, se sienten más aislados y su preocupación aumenta. . “Les hace sentir culpa, rechazo y esto los aleja de los servicios de salud mental”, concluyó.
Canales de ayuda
En caso de enfrentar una emergencia de salud mental en Perú, como un episodio depresivo severo o un riesgo de suicidio, existen dos vías fundamentales para obtener asistencia inmediata.
Una opción disponible es comunicarse con el Sistema de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) marcando el número 106. Este servicio no solo se ocupa de emergencias médicas físicas, sino que también está capacitado para abordar crisis psicológicas o psiquiátricas.
Adicionalmente, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) proporciona atención especializada en salud mental a través del número 113 Opción 5. En este canal, se ofrece información, orientación y apoyo para diversas cuestiones relacionadas con la salud mental, incluyendo episodios depresivos y otros problemas emocionales.
¿Qué es la depresión?
De acuerdo a la OMS, la depresión, conocida también como trastorno depresivo, es una condición psicológica frecuente caracterizada por una persistente sensación de tristeza o una disminución significativa en el interés o el disfrute por las actividades cotidianas, extendiéndose durante extensos periodos.
Este padecimiento se diferencia de las fluctuaciones normales del ánimo y las reacciones emocionales transitorias. Sus efectos pueden permeabilizar todas las áreas de la vida de una persona, alterando las relaciones personales, sociales, académicas y laborales, y a menudo emergiendo o siendo exacerbados por situaciones estresantes, abusos o traumas.
Si bien la depresión puede presentarse en cualquier individuo, existen ciertos grupos, como las mujeres y aquellos que han enfrentado adversidades considerables, que presentan una mayor susceptibilidad a desarrollarla.