La Guerra del Pacífico fue uno de los eventos más dolorosos de nuestra historia, ya que marcó un punto de inflexión para el país como nación recientemente independizada. Pero también marca una etapa en la que la moral de la ciudadanía fue aplastada por las constantes derrotas y se perdieron miles de vidas tanto de soldados como de civiles que valientemente se enlistaron para defender el Perú.
Muchos de ellos son recordados hasta nuestros días y se les sigue rindiendo homenaje, sin embargo, también hay otro grupo de valientes que son un poco menos conocidos, pero que se caracterizaron por su patriotismo, coraje y, sobre todo, por la corta edad que tenían al momento de entregar la vida por el país.
Los niños héroes de la Guerra del Pacífico
Corría el año 1879 y oficialmente la guerra había iniciado, posteriormente, una serie de movilizaciones militares se darían en diversos espacios, donde el ejército chileno demostró gran supremacía frente a las tropas nacionales y los aliados bolivianos. El conflicto se extendió durante algún tiempo dando espacio para el nacimiento de figuras que han pasado a los anales de la historia.
En este contexto es donde ubicamos a los conocidos como ‘niños héroes’. Muchos de ellos procedían de instituciones como el Colegio Guadalupe, el colegio San Ramón de Cajamarca o la Escuela de Clases de Chorrillos. Asimismo, cuenta la historia que muchos otros se enlistaron en medio de la contienda debido a su deseo de defender el territorio nacional.
Cabe mencionar que en esas épocas hubo un fomento en la formación militar, incluso antes de la guerra, razón por la cual se crearon entidades para estos fines que entrenaban a jóvenes entre 14 y 18 años, como la Escuela de Clases de Chorrillos, conocida también como ‘cabitos’. Varios alumnos participaron de batallas como la de San Juan o Miraflores. Muchos de ellos reposan hoy en la cripta de los Héroes, en el cementerio Presbítero Maestro.
Isaías Clivio
El joven Isaías tenía tan solo 16 años cuando se enlistó voluntariamente en el Ejército peruano para pelear en la Batalla de San Juan. Sus padres se llamaban Juan Clivio y María de la Roca de Vergalo, quien fuera hermana de Nicanor de la Roca de Vergalo, famoso poeta del siglo XIX. Según explica el libro “Niños héroes de la Guerra del Pacífico”.
Perteneció al Cuartel de Santa Catalina y formó parte de la unidad de artillería rodada bajo el mando del capitán Hernando de Lavalle, que a la vez estaba al mando del coronel Ezequiel Piérola. La tarea principal de este batallón era defender la zona de Pamplona, en Chorrillos.
El 13 de enero de 1881 Isaías fue acribillado en el calor de la batalla, sin embargo, una carta para su madre, escrita antes de partir al frente, mantiene viva hasta hoy su memoria y el gran amor a su patria y familia.
Parte de la emotiva misiva reza: ”Madre querida, madre de mi alma. No puedo ir a comer con usted porque partimos enseguida para campaña. En este instante solemne comprendo lo que vas a sufrir. Perdóname madre mía si ofuscado por el amor a mi patria te abandoné. Si tengo la suerte de volver ya no me separaré de ti y te haré olvidar con mis caricias mi ingratitud”.
Juan José Soto Siles
Nacido en Tacna, Juan Siles y su padre se alistaron en el “Batallón de Artesanos de Tacna Nº 29″, bajo el mando del sargento mayor Armando Blondel y con la consigna de defender el Puerto de Arica. Según Alejandro Borboy, el joven Juan José desempeñó el papel de corneta del regimiento.
Durante la batalla del Alto de la Alianza, que abarcó las campañas del sur, Tacna y Arica, el joven presenció la incansable lucha de Bolognesi y su caída. Finalmente, fue alcanzado por una descarga de fusilería que lo hirió mortalmente, siendo rematado por las fuerzas chilenas que ocuparon el Morro de Arica.
Néstor Batanero Infantas
Natural de Cajamarca y huérfano desde muy temprana edad, Néstor se enlistó en el cuartel de Santa Catalina, llegando a ostentar el cargo de sargento con tan solo 12 años. Un año después era subteniente y estaba listo para dejar la vida en la batalla. Bajo las órdenes del coronel Lorenzo Iglesias, defendió valerosamente la ciudad desde el Morro Solar.
Para el año 1882 formaba parte del Cuerpo “Libres de Trujillo”, como teniente, para luego pelear en la Batalla de San Pablo. Conforme a los partes de guerra, Batanero luchó contra un pelotón de chilenos con tan solo siete hombres, un movimiento estratégico que permitió ganar tiempo para esperar a los refuerzos y obtener la victoria en lo que se considera uno de los pocos encuentros bélicos en los que el Perú tuvo buenos resultados durante la guerra.
Vale destacar que durante la batalla participaron también los llamados ‘héroes sanramonianos’, alumnos del Colegio San Ramón de Cajamarca: Gregorio Pita García, José Manuel Quiroz Goicochea y Enrique Villanueva, protagonistas del ‘juramento de los escolares’, que se habría hecho en el patio de la entidad educativa.
Braulio Badani
Hoy en día sus restos descansan para la eternidad en la Cripta de los Héroes, pero en su paso por este mundo perteneció a la Escuela de Clases en Chorrillos y como sargento estuvo en las campañas del sur y la defensa de Lima. Perteneció al batallón ‘Canta’, donde resultó herido para luego enrolarse en la batalla de Miraflores, donde finalmente perdió la vida.
Esteban Gómez
El joven Esteban, natural de Ayacucho, también fue una de las víctimas de la guerra. Se dedicaba a tocar el tambor en uno de los primeros batallones que pelearon en la batalla del sur. Asimismo, recogía los rifles de los soldados heridos o fallecidos para abrir fuego delante de sus compañeros. Su labor lo llevó a morir acribillado en la batalla de Tacna.