Según expertos, en 2017, el 70% de los 180 puentes que colapsaron durante el Fenómeno El Niño costero en Perú fue consecuencia de deficiencias en el diseño y la falta de trabajos vinculados al mantenimiento adecuado.
A pesar que dichas revelaciones surgieron hace siete años, en un contexto de análisis sobre las defensas ribereñas y la gestión de inundaciones en el país, hoy, estas continúan poniendo sobre la mesa el problema en torno al deterioro de este tipo de estructuras en el país.
Pues, el comienzo de la temporada de lluvias en la región, una vez más, provoca que las comunidades locales vuelvan a enfrentarse al peligro de cruzar puentes peatonales en condiciones inseguras, entre ellos quienes viven cerca a los ríos Rímac y Chillón, los cuales han alcanzado ya más de la mitad de su capacidad máxima.
Ciudadanos sin alternativas seguras de tránsito
De acuerdo a un informe de El Comercio, el puente ubicado en el límite de los distritos de Puente Piedra y Comas, en Lima norte, presenta graves riesgos para los habitantes del sector Tambo Río debido a la fragilidad de su infraestructura, construida por el municipio de Comas en 2009.
Actualmente, esta estructura muestra signos visibles de desgaste, se mantiene sobre vigas incrustadas en un terreno inestable y corre el riesgo de desplomarse. Sin un mantenimiento adecuado o planes de reconstrucción a corto plazo, la comunidad de Tambo Río se ve obligada a enfrentar las condiciones climáticas adversas sin alternativas seguras de tránsito.
Al respecto, Jaime Limonchi, gerente de Gestión de Riesgos de Puente Piedra, señaló a Infobae Perú que, a la fecha, el Gobierno no ha brindado una respuesta al pedido de atención por la emergencia.
“A Puente Piedra no se le transfirió ni un solo sol. Nosotros hemos pedido a través de oficios, a la presidencia, a la PCM, al MEF, y no se nos ha dado respuesta desde el año pasado, a la ANA también le pedimos su programación, su calendario, nunca se nos respondió. Se nos confirmó que en el mes de noviembre iban a intervenir Puente Piedra, Comas, Los Olivos y San Martín y no se hizo nada de ello”, declaró Limonchi a este medio.
Por otro lado, el puente Huampaní, ubicado en Chaclacayo, también muestra señales preocupantes de deterioro y oxidación y aún requiere de la intervención del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para su reparación.
La estructura, que ya presentaba un retraso considerable en su rehabilitación, es de crucial importancia para el distrito de la provincia de Lima, y continúa en uso por los ciudadanos a pesar de los riesgos que implica el aumento del nivel del río Rímac. Sobre ello, el ministro de Transportes, Raúl Pérez Reyes, ha comunicado que la culminación de las obras está programada para abril de este año.
¿Por qué colapsan los puentes peatonales en época de lluvias?
Jorge Abad, exdirector de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (Utec), explica que el desconocimiento de factores cruciales en la construcción de infraestructuras hidráulicas es una problemática significativa en este contexto.
Abad destaca que la falta de comprensión sobre la morfología fluvial, la dinámica de los ríos, así como la erosión, entre otros temas relacionados, afecta directamente la sostenibilidad y estabilidad de estas estructuras esenciales.
Por lo tanto, la correcta gestión del transporte de sedimentos y la comprensión de la dinámica fluvial son claves para garantizar que estos proyectos peatonales sean funcionales en el tiempo.
La historia cuenta con precedentes, como las caídas de puentes durante los eventos de El Niño en 1983 y 1989. “Este es un problema hidráulico y no de estructura del puente. Solo hay que recordar cuántos puentes se cayeron en los fenómenos de El Niño de 1983 y 1989. Y se sigue incurriendo en los mismos errores, haciendo puentes con base en necesidades locales, sin ningún estudio hidráulico”, comentó el especialista para RPP.