El 2023 ha sido un año que ha tenido alegrías, pero también dificultades para todos los peruanos. Desde victorias deportivas, hasta niveles de delincuencia que mantienen en vilo a la ciudadanía. No obstante, dentro de toda esta vorágine de emociones, resalta un nuevo reconocimiento a un compatriota: Vidal Merma, un periodista independiente cuzqueño que denuncia la contaminación que sufre el pueblo K´ana, ubicado en la provincia de Espinar, causada por la minería.
El pasado jueves 21 de diciembre, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que Wings of Dust, un cortometraje documental centrado en sus batallas sociales y ambientales, se encuentra entre los 15 preseleccionados para competir en los premios Óscar del próximo año. La lista final se dará a conocer el 23 de enero del 2024.
En el tráiler de esta producción norteamericana, Vidal afirma que en su localidad ha tenido “40 años de minería” y que, sin embargo, siguen sin tener los beneficios prometidos. “No tenemos agua, no tenemos saneamiento básico, aquí la gente está muriendo lentamente”, sostiene.
Dentro de su larga trayectoria, Merma ha producido los documentales ‘Espinar se levanta’, ‘Hanccollahua’, y ‘La vida no vale un cobre’. También es colaborador del Pulitzer Center, una organización internacionalmente reconocida por crear reportajes y trabajos periodísticos independientes sobre problemáticas en todo el mundo.
Entre el 2007 y el 2010, trabajó como reportero en Espinar, en la radio Los Ángeles y en el canal 11, en Cusco. Entre el 2011 y el 2014 fue el director del canal de televisión de la municipalidad. En este puesto, se encargaba de dirigir reportes, programas y documentales.
Asimismo, desde el 2018 colabora con el fotoperiodista italiano Alessandro Cinque, y con diferentes ONG internacionales basadas en Perú y en otros países.
Aunque la noticia de la nominación ya era de por sí un triunfo, el cortometraje no se quedaría con las manos vacías este 2023, ya que el 24 de octubre el director del film, Giorgio Ghiotto, fue premiado con el Óscar estudiantil, un concurso internacional en el que estudiantes de cine de todo el mundo compiten cada año.
Wings of Dust ganó el premio a mejor documental y Vidal Merma pudo dar un discurso frente a los demás competidores.
“Yo soy un simple periodista indomable que no acepta ninguna violación de derechos humanos, mucho menos un atentado a nuestra casa grande, a nuestro medio ambiente. Mi mayor motivación para seguir con este trabajo es luchar por una vida justa, sana para todos y todas”, dijo el periodista.
Luego, agradeció a su hijo, Eric, a quien calificó como su mayor motivación. “Lamentablemente por la avaricia de las personas, por la ambición, sobre todo, esta sociedad que se ha convertido en consumista hasta destrozar nuestro planeta. Voy a seguir trabajando con esta motivación, mientras Dios me dé la vida, seguiré laborando, seguiré denunciando, seguiré de alguna otra manera defendiendo y cuidando aún todavía lo poco que queda de nuestro planeta. Muchas gracias a todas y todos”, sentenció.
Por su parte, Giorgio Ghiotto dedicó un extracto de su discurso a conmemorar a su compañero de trabajo.“Todavía recuerdo este momento: estaba manejando en la noche junto a Vidal en medio de la nada, en Perú. Estaba completamente oscuro y estábamos volviendo de un día bastante complicado de filmación. Recuerdo que en ese momento sentí en mi interior que no importa que él ponga en riesgo su vida todos los días, él siempre será la persona más positiva y resiliente que he conocido en mi vida”, afirmó entre los aplausos de los asistentes.
“Usualmente, los directores de documentales vamos a lugares bastante alejados, conocemos personas que están en situaciones menos cómodas que nosotros y pensamos que necesitamos ayudarlas. Sin embargo, Vidal, su familia y su comunidad, fueron los que en realidad me salvaron. Ellos cambiaron mi vida porque me enseñaron cosas como el amor, la empatía y la resiliencia”, agregó.
La presencia del Perú en los premios Óscar ha sido esquiva durante los últimos 13 años, desde que la película nacional La teta asustada fuera nominada como mejor largometraje en idioma extranjero, en el 2010.
Más de una década ha pasado desde que Magaly Solier y Claudia Llosa estuvieran presentes en la ceremonia y no se ha vuelto repetir semejante hazaña.
En conversación con Infoabe Perú, Gabriel Quispe, cineasta y escritor, comenta que el camino de una película peruana a los Óscar se basa en una campaña bastante “física”, ya que es necesario que la producción debe ser vista en distintos festivales que son considerados importantes para “Hollywood”.
Algunas características que tendría que tener el producto, para ser del agrado de los expertos, es que haya un “acabado técnico y expresivo relevante”, es decir, “que tengan algunos elementos que puedan atraer a la Academia”
“Suelen ser obras que de alguna manera representen una esencia cultural oriunda. La película, sin pretender ser exhaustiva o demasiado ambiciosa, logra convertirse en un vértice de la cultura de ese país”, sostiene.
No obstante, Quispe también resalta la importancia de una decisión política firme del Estado para otorgar el apoyo económico necesario.
“Se necesita mucha promoción del Estado peruano, sobre todo oportuna, no cuando ya los países competidores tienen dos o tres meses de trabajo en Los Angeles. Es una cosa muy completa, se necesita un presupuesto significativo para esta etapa, para este objetivo concreto”, manifiesta.
“La burocracia estatal no ayuda. Si es que quisiera competir en este nivel, debería tener un protocolo administrativo-legal que esté listo para el momento en que se elige a la película peruana que nos represente en el Óscar”, añade.
De acuerdo al entrevistado, una vez que se ponga en marcha este protocolo, se entrega el dinero y la publicidad debe comenzar inmediatamente en California. “Es algo muy concreto, no es algo misterioso. Es una cuestión de fechas, de plazos, de contratar a un relacionista público en Los Angeles que tenga contactos”, precisa.
De esta manera, durante un cierto tiempo, varios sectores del Estado se juntan para un mismo fin, dar a conocer este producto cinematográfico. Por ejemplo, el consulado peruano en California podría realizar proyecciones.
“Se debe empezar con un presupuesto muy importante, no pequeño como es hasta ahora. (Como van las cosas hasta ahora) no vamos a tener posibilidades de competir por un Óscar en la categoría con mayor visibilidad, que es la de largometraje, ni en una menos visible, como la de corto documental”, lamenta.
El cineasta recuerda, además, que la campaña de La teta asustada tuvo como gran elemento el apoyo de un productor español, que tenía contactos en la Academia, por lo que su camino pudo allanarse más fácilmente. Una travesía que hasta el momento no ha podido ser replicada.