Pedro Suárez Vértiz, uno de los grandes artistas de rock que ha nacido en el Perú, ha partido a la eternidad y sus fans, y los que no lo son tanto, lo lloran en recuerdo de todas aquellas canciones que dejaron una huella imborrable en más de una generación.
Y es que, por más que haya muchos millenials que recién se enteran de quién es, o de su legado, lo cierto es que la música de Suárez Vértiz acompañó a muchos, me incluyo, en los momentos más oscuros que vivió el Perú debido a la tormenta perfecta que se dio en nuestro país.
Eso es lo que formaron la crisis económica provocada por el primer gobierno de Alan García y los grupos terroristas, que con su ola de muerte nos dieron una puñalada que parecía ser mortal. Pero como un halo de luz tenue, apareció la música de Arena Hash, para que con sus letras atrevidas y alegría juvenil nos dijeran sin decirlo que no todo estaba perdido en el país.
Comienza la historia
En los últimos meses de 1983, mientras Sendero Luminoso y el MRTA aprovechaba la pasividad del gobierno de Fernando Belaúnde Terry para hacer de las suyas; Pedro y su amigo del colegio María Reina Marianistas de San Isidro, Álex Kornhuber, buscaban un nombre que tenga ese punche que los llevaría a la cúspide la fama.
Luego de buscar entre más de una alternativa, llegaron a la conclusión de que Arena Hash era la mejor opción. Al joven Pedro siempre le gustó jugar con ese doble sentido y que la palabra Hash sonara parecida a ‘hachís’ le pareció excitante.
Y con esa osadía juvenil, la misma que mostrara Alan García para ser el presidente más joven en la historia del Perú, en 1985 mandan su primer demo llamado ‘Difamación’ a la radio especializada en rock Doble 9. Pero a pesar del relativo éxito que tuvo el tema, no fue transmitido por otra emisora.
Poco tiempo después, el fundador Álex Kornhuber abandonó la banda por motivos personales y permitió el ingreso del tecladista Christian Meier. Esto resultaría fundamental para el giro que necesitaba Arena Hash, que completaban Arturo Pomar Jr. y Patricio Suárez Vértiz.
El primer LP
Con la alineación completa, Arena Hash publica su primer disco titulado como la banda. Era 1988 y la crisis económica que Belaúnde había dejado tras su gobierno, el de Alan García se encargó de convertirlo en la hiperinflación más dolorosa que haya sufrido nuestro país.
Literalmente todos los sectores se empobrecieron, aunque como es lógico, los de abajo fueron los que más sufrieron. Y como los de abajo éramos mayoría, se temió un golpe de Estado o una renuncia prematura de García a la presidencia de la república.
En medio de tanta incertidumbre, la juventud peruana encontró refugio y distracción en temas como ‘Y es que sucede así’, ‘El rey del ah, ah, ah’ y ‘Materialismo sexual’.
Ocurre que estas canciones, y las demás que completan el álbum, trataban temas que eran un completo tabú en nuestra sociedad, como lo son las relaciones interpersonales. “De sexo no se habla” parecía ser la ley en aquellas épocas, pero eufemismos como “y me la llevé a pasear” o la historia de una princesa que no podría vivir sin hacer ‘ah, ah, ah’, lo dejaban bastante claro y abría las cerradas mentes de una juventud ávida de nuevas experiencias.
La voz de los 80
A pesar de que el Perú parecía irse por el despeñadero y que el resto del continente nos veían como unos parias, pues el gobierno aprista se negó a pagar la deuda externa. Eso trajo como consecuencia que nadie nos preste ni un solo dólar para sobrellevar la ridícula política económica a la que habíamos caído.
Mientras todo esto pasaba, y Arena Hash saboreaba las mieles de su primer éxito, la banda liderada por Pedro Suárez Vértiz tuvo la lucidez de lanzar dos sencillos mientras esperaban el momento exacto para grabar lo que sería su segundo LP.
Estos temas fueron ‘Cuando la cama me da vueltas’ y ‘Me resfrié en Brasil’, los dos lanzados en 1988. ¿El resultado? Himnos de toda una generación que hasta suenan hasta hoy y no hay amante del rock peruano que no se las sepa.
El fin de la primera gran etapa musical de Pedro llegó con la publicación del LP ‘El rey del ah, ah, ah’ en 1990. De los temas que resaltan en esta producción resaltó uno que más parecía un mensaje de su generación a la década que acaba de terminar: ‘A ese infierno no voy a volver’.
Dictadura sexual
Con la llegada del régimen fujimorista, el Perú parecía encaminarse a un rumbo distinto. Hasta que el autogolpe de 1992 nos devolvió a nuestra triste realidad.
Aunque para Pedro no fue problema, pues una vez disueltos los Arena, continuó su carrera en solitario y presentó el ‘(No existen) Técnicas para olvidar’ en 1993. Aquí demostró su madurez musical y como ser humano. Pero sin dejar de lado las letras traviesas y de doble sentido como ‘Cuéntame’, ‘Globo de gas’ o ‘Me elevé’.
Esta última situación se hizo mucho más clara en su trabajo posterior a la cual le puso el sugerente nombre de ‘Póntelo en la lengua’. Ocurre que, a pesar de estar cerca del final del siglo XX, la sociedad peruana seguía cometiendo el pecado de ser demasiado conservadora de cara a la galería. Pero para la privacidad guardaba todo lo que no era capaz de hacer en público.
Un ejemplo de eso es el rotundo éxito que tuvieron temas con letras que hoy serían prohibidas como ‘Los globos del cielo’, ‘Mi auto era una rana’ y ‘Me estoy enamorando’. El disco vendió más de 40 mil copias y logró el triple disco de platino en Perú.
Si bien la década de los noventa no se pareció en nada a lo que había pasado en la anterior, el autoritarismo y la manipulación del gobierno a los grandes medios de comunicación fueron moneda corriente. Y otra vez, los jóvenes encontraban en la música de Pedro una válvula de escape ante un país que parecía ser víctima de un secuestro.
El siglo XX no podía terminar de otra manera que con otra producción en la que resalte el sexo y las relaciones de pareja. ‘Degeneración actual’, ‘Un vino, una cerveza’, ‘Alguien que bese como tú’, ‘El tren sexual’ o ‘Placeres y dolor’, fueron los temas más conocidos y que los fanáticos cantaban a viva voz en cada show, más como un desahogo ante la situación.
Volvió la democracia
Con el orden constitucional restituido y las aguas calmas, luego un tormentoso proceso de renuncia de Fujimori y elecciones en las que resultó ganador Alejandro Toledo; en el 2004 Pedro Suárez Vértiz volvió a la carga con ‘Play’, un disco más muy a su estilo, pero con la producción que los nuevos tiempos traían.
Esta primera década del siglo XXI tuvo al fallecido cantante muy activo, ya que en el 2003 publicó ‘Anécdotas’, un grandes éxitos de su carrera solista. En el 2006, lanza ‘Talk Show’; para el 2009, ‘Amazonas’, en el que demuestra su preocupación por la deforestación de la selva. Poco tiempo después, se alejaría de los escenarios por esa parálisis bulbar que lo aquejó hasta el último de sus días.
Más allá de su recuerdo, que desde ahora se han convertido en eterno, lo que sus fans tampoco olvidarán es como sus canciones, primero con Arena Hash y luego en solitario, ayudaron a muchos a transitar los momentos más duros del país con la alegría y desfachatez que traían sus letras. Y eso, querido Pedro, es impagable.