Una de las peores fatalidades colectivas ocurrió el 29 de diciembre de 2001, sumiendo a Lima en una catástrofe que aún resuena con dolor en la memoria de los peruanos. El incendio de Mesa Redonda se convirtió en una de las peores catástrofes; la magnitud de la desgracia se reflejó en la pérdida de vidas humanas, fragmentando familias enteras y generando un impacto devastador en la sociedad.
Muchos de los afectados por este desastre fueron identificados a través de pruebas de ADN, mientras que otros quedaron registrados como ‘N.N.’, sumidos en el anonimato. A pesar de la crudeza de esta experiencia, la lección parece no haberse interiorizado por completo. El flujo descontrolado de la venta de productos pirotécnicos persiste, desafiando la prudencia y la seguridad de la comunidad.
¿Qué pasó en Mesa Redonda?
Era sábado, una noche tranquila en Lima, y los peruanos se alistaban para celebrar el Año Nuevo. Cuando el reloj marcó las 19:15, un artefacto pirotécnico conocido como ‘chocolates’, detonado por un vendedor informal, desencadenó un incendio que dejó una marca indeleble en la capital peruana. El desastre devoró cinco galerías comerciales en el cruce de las calles Andahuaylas y Cusco, expandiéndose rápidamente a través de cuatro manzanas.
A pesar de ser reconocido como un área de alto riesgo debido a la concentración de personas y a la sobresaturación de mercancía, aproximadamente 900 toneladas de productos pirotécnicos se almacenaban en ese lugar. Los bomberos, previsores de la potencialidad de un suceso catastrófico, contaban con reservas de agua, mientras Sedapal y las municipalidades proporcionaban camiones cisterna.
Sin embargo, acceder al lugar se convirtió en una odisea. Los esfuerzos por controlar el incendio se vieron obstaculizados por ambulantes y comerciantes, quienes, preocupados por salvar su mercancía, bloqueaban el paso. Paradójicamente, varios se encerraron en los locales, negándose a deshacerse de sus productos. Durante ese lapso, el fuego devoró dos manzanas enteras.
La tragedia se reflejó en la pérdida humana: 277 fallecidos y 180 desaparecidos. Los fuegos artificiales destinados a celebrar el Año Nuevo provocaron 247 heridos, 137 de ellos con quemaduras, 45 asfixiados y 38 con lesiones múltiples. Se estima que en el epicentro del incendio las temperaturas alcanzaron los 1.200 °C, carbonizando a las víctimas, mientras una bola de fuego de 800 °C se desplazaba por las calles atrapando personas y vehículos. Más de 2.000 policías y 50 fiscales adjuntos se movilizaron en Mesa Redonda.
El excomandante del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, Tulio Nicolini, recuerda vívidamente el olor a cuerpos carbonizados, a cenizas y lodo que impregnó el ambiente. “Mucha gente quedó atrapada y solo se les reconoció por el pelo”, relató el hombre, quien lideró la emergencia junto a 14 compañías de bomberos y unos 250 hombres de rojo. La lucha contra las llamas se extendió por dos días.
La magnitud de la catástrofe llevó al entonces presidente Alejandro Toledo, quien se encontraba en Punta Sal, Tumbes, por las festividades de fin de año, a llegar al lugar de los hechos a las tres de la madrugada. Impactado por la cantidad de víctimas, declaró dos días de duelo nacional y anunció la prohibición de la producción y comercialización de productos pirotécnicos en el país.
¿Dónde descansan las víctimas de Mesa Redonda?
El fatídico suceso dejó a muchas personas atrapadas entre las llamas y el humo, con desenlaces lamentables. Mientras algunos perecieron asfixiados o con graves quemaduras, otros lograron escapar, pero no sin sufrir heridas de consideración.
Los cuerpos de varios fallecidos descansan ahora en el cementerio ‘El Ángel’ de Lima. Entre ellos se cuentan numerosos vendedores que buscaron refugio en sus propias galerías, tal vez con la ilusión de resguardarse o priorizando su mercancía por encima de sus propias vidas. Se estima que las temperaturas generadas por el incendio alcanzaron los mil grados, mientras que los esfuerzos de los bomberos para controlar las llamas se extendieron por días. Algunos de los fallecidos no fueron identificados, siendo marcadas sus tumbas con un simple ‘N.N.’
Los familiares de los desaparecidos relatan las dificultades para identificar a sus seres queridos, un proceso que podía tomar hasta un año y ocho meses, requiriendo pruebas de ADN y muestras dentales para obtener una identificación certera.
Luego de la tragedia
A un año de la tragedia, en el 2002, la Superintendencia Nacional de Bienes Estatales (SNBE) recibió la facultad para otorgar tres terrenos con la intención de ayudar a los familiares de las víctimas del devastador incendio en Mesa Redonda a recuperar su sustento. Sin embargo, este gesto se materializó tres años después, cuando la entidad cedió los terrenos a la Municipalidad de Lima, ocupando uno de ellos de manera inmediata.
Pero, sorprendentemente, tras otros tres años, la Municipalidad de Lima devolvió los terrenos a la SNBE sin ofrecer una explicación clara, desatando una situación agustiante para los deudos.
Félix Horna, abogado de las familias afectadas, sostiene que la justicia no ha logrado alcanzar a los verdaderos responsables: la Municipalidad de Lima, el Ministerio del Interior y el empresario Ricardo Wong. Este último ordenó el almacenamiento de más de 100 toneladas de pirotécnicos en los locales de Mesa Redonda, los cuales detonaron, desencadenando la fatídica muerte de más de 400 personas.
A pesar de los esfuerzos de los gobiernos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala para compensar a los familiares, las comisiones creadas para tal fin no cumplieron su cometido. La Asociación de Deudos, liderada por Rubén Pajua Huaccachi, se vio obligada a luchar por encontrar soluciones. Tras 22 años de ocupación en el predio entre los jirones Miró Quesada y Andahuaylas, la asociación logró que el Ministerio de Cultura modificara la calificación de monumento histórico del lugar y obtuviera una zonificación comercial. A pesar de este avance, el problema persistía: la asociación solo tenía ocupación efectiva y no la propiedad legal.
Ahora, los familiares de las víctimas denuncian que Bienes Nacionales y la Municipalidad de Lima buscan desalojarlos del único edificio que les entregaron como reparación civil. “Estamos en un predio que ocupamos desde 2004, y Bienes Nacionales nos quiere desalojar. Lo que queremos es que se nos entregue y se respete el decreto supremo, el 008-2002″, lamentó Pajua.
A pesar de los intentos de los deudos por buscar apoyo del gobierno de la presidenta Dina Boluarte, el Ministerio de Justicia y la Defensoría del Pueblo, no han obtenido respuesta favorable. Los pedidos dirigidos al Ejecutivo parecen haber sido redirigidos a Bienes Nacionales, según denunció el abogado de las familias, sin obtener una audiencia o respuesta concreta por parte de las autoridades correspondientes.
Denuncias a nivel internacional
El 1 de abril de 2010, los familiares de las víctimas del incendio en Mesa Redonda llevaron su reclamo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, acusando al Estado peruano de violar derechos fundamentales como la vida, la integridad física, la identidad y el debido proceso de las víctimas y sus familias. Argumentaron que el Estado no cumplió con su deber de prevenir incendios en la zona ni de identificar adecuadamente a las víctimas después del desastre.
Dos procesos penales se llevaron a cabo al respecto, resultando en la determinación de un pago de reparación civil de 200 mil soles por cada fallecido y 30 mil por cada persona lesionada. Sin embargo, al momento de la demanda, el Estado aún no había cumplido con estas compensaciones. La demanda fue finalmente admitida por la CIDH tras 9 años de su presentación.
¿Puede volver a ocurrir un incendio en Mesa Redonda como del 2001?
Han pasado 22 años desde el trágico incendio en Mesa Redonda, sin embargo, la realidad es dolorosa y persistente: la zona se convierte nuevamente en un riesgo latente. Las vías se encuentran obstruidas por comerciantes, y la afluencia masiva de personas durante estas fechas genera una situación de peligro.
En una entrevista concedida a Infobae Perú, Mario Casaretto, gerente de Gestión del Riesgo de Desastre de la Municipalidad de Lima, abordó la situación actual de Mesa Redonda: “Somos conscientes de que los jirones Puno cuadra 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 son lugares muy estrechos. Hemos solicitado a los bomberos que realicen simulacros de forma constante en esa zona. Además, hemos llevado a cabo simulacros contra incendios y se han impartido capacitaciones”.
Adicionalmente, Casaretto asegura que hay incidentes diarios. No se limitan exclusivamente a la problemática de la pirotecnia, sino que abarcan una gama de situaciones peligrosas que ponen en riesgo la integridad de los transeúntes y comerciantes locales.
“Las recomendaciones que hemos estado brindando no se centran únicamente en el tema de la pirotecnia, sino en evitar que se repita la experiencia vivida. (...) Los incendios que hemos presenciado esta semana son resultado de negligencias y prácticas que continúan poniendo en peligro la seguridad de los comercios”, sostuvo el gerente de Gestión del Riesgo de Desastre de la Municipalidad de Lima.
Los recientes incendios que han sacudido esta zona comercial son el resultado de descuidos y prácticas negligentes que persisten a pesar de las advertencias y recomendaciones brindadas. Tales sucesos han creado una atmósfera de inquietud y alarma entre la comunidad.
¿Dónde se encuentran las ferias autorizadas para la venta de productos pirotécnicos?
A pesar de que los peruanos saben que el incendio de Mesa Redonda del 2001 fue provocado por un artefacto pirotécnico, todavía se sigue comprando este producto a los vendedores ambulantes, quienes desafían las normas de las autoridades en diciembre.
Debido a que la costumbre de comprar petardos y cohetes sigue arraigada en los peruanos, el Gobierno del Perú ha dado a conocer la ubicación de las ferias donde se venden los artefactos pirotécnicos. Cabe precisar que estos negocios están autorizados por la Sucamec.
A continuación, presentamos los lugares donde los ciudadanos pueden acercarse a adquirir estos productos.
- Piura - Sullana MZ. F4 LT. 18 V sector Nueva Esperanza (explanada del estadio Campeones del 36)
- Ucayali - Coronel Portillo avenida Yarinacocha MZ. 21 (plano regulador del Puerto Callao).
Lima
- Jesús María avenida Salaverry Nº 1650
- Los Olivos avenida Alfredo Mendiola cuadra 57 S/N MZ. K LT. 4-B (lotización industrial Infantas II etapa).
Las autoridades también se pronunciaron sobre los lugares que no tienen autorización para la venta de productos pirotécnicos. “Cualquier otro punto de comercialización de productos pirotécnicos es ilegal y debe ser denunciado; así como el almacenamiento clandestino en lugares urbanos que representan un peligro para todas las personas que habitan a sus alrededores”, se lee en el portal web del Gobierno.